El final.

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Estoy sentada en este incómodo y viejo sofá,
la lluvia sigue golpeando el tejado
y siento un vacío muy grande en este pequeño hogar.

El frío me abraza,
ni el ardor de la chimenea me hace entrar en calor
y mis huesos están congelados.
Tú sigues ardiendo.
Quizás me faltes tú

Me pongo a escribir con la excusa de calentar las manos en el portátil
e intento que estas sean mis últimas palabras dirigidas a ti.

Me inspiro en el último cigarrillo que compartimos,
que sigue en el cenicero
y mientras escucho nuestra canción
y la melodía me va consumiendo.

Me acogías entre tus brazos
y sentía calma.
Me dejabas tu vieja sudadera gris
que sigue en mi armario
porque también es mía
y huele a ti,
también suelta aroma a promesas sin cumplir.

Siento que sigo atrapada.
La misma canción
y los mismos aromas.

Te necesito a ti a pesar de que ya no te tengo
pero como sé con certeza que no volverás
solo me necesito a mi de vuelta.

La última florDonde viven las historias. Descúbrelo ahora