Siempre el mismo chico.
Siempre está con la misma chica.
Parece que son novios. Bueno, no lo parece, lo son.
Se besan. Se ríen. Se hacen el amor con los ojos.
Yo me siento siempre delante de ellos. Los observo amarse.
Él se sube en la misma estación que yo, ella se sube unas estaciones después. Todos nos bajamos en la misma. Supuse que irían a un colegio cerca del mío, ya que no llevaban mi uniforme.
Les inventé una vida (¡el trayecto es largo y no tengo cómo matar el tiempo!), incluso nombres, edades y cómo se conocieron. Qué hacen en sus tiempos libres, cuáles son sus colores favoritos, etcétera. Pero sobretodo las cosas de él, me atrae de una manera descomunal.
Tiene una sonrisa perfecta, unos ojos verdes excelentes y un cuerpo de 10. Con razón tiene novia. Jamás me miraría, mi metro 50, mis pecas y mis rizos chocolate no son exactamente atractivos.
El tren llega a las 10:43 a.m., como siempre. Él está a mi lado, con unas auriculares perdido en su mundo; como me encantaría estar allí y perdernos juntos.
Sube primero, siempre lo dejo pasar primero a él para saber dónde se sienta y yo ponerme cerca o en frente.
En sus manos lleva un libro, sin embargo por mucho que lo intente no alcanzo a ver el nombre de este.
Por mi cabeza pasa la idea de preguntarle el título de la novela, como excusa para hablar con él, pero mi cobardía era mayor. Me sentía más seguro admirándolo en las sombras.
El tren estaba llenísimo, por lo que la gente me lleva a apretujarme contra él. Sin querer lo empujo y casi tira su libro. Me mira. Por primera vez desde que lo conozco, me mira. Sus ojos verdes se posan en los míos marrones.
Me disculpo con la mirada, intento sonreírle simpático pero me sale una mueca absurda. Él, para mi sorpresa, me sonríe. Trato de no quedarme embobado viendo aquella expresión pero fallo. Vuelve a la lectura de su libro, y estoy tan cerca que puedo leer con él.
Nuestros cuerpos están totalmente pegados, solo nos divide la tela de nuestra ropa. Es más alto que yo, por lo que mi mejilla está casi apoyada en su hombro. Me tengo que resistir para no inclinarme completamente contra él. Probablemente sea la primera y única vez que vamos a estar tan cerca y unidos.
Estoy seguro que leemos un capítulo completo juntos antes de que el tren se detenga en la estación en la que sube su novia.
La gente baja del tren y el espacio aumenta pero yo no quiero despegarme de él, me veo obligado a tomar asiento.
Fuera de lo habitual, él se sienta al lado mío. Me toma todo el valor no voltear a verlo. Jamás nos habíamos sentado así de pegados.
Levanto mi cabeza al ver una cabellera rubia entrar al tren. Si novia avanza hacia nosotros, bueno, solo hacia él. No tendría que sentirme parte del grupo cuando soy un completo acosador sin vida social.
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Historias Cortas.
Historia CortaConjunto de historias de una sola parte con temática homosexual.