Narras tú
- Todo ha sido un sueño, tranquilo. No volverá a pasar -le dije al oído.
Le deseé buenas noches y me abrazó. Me quedé dormida escuchando su respiración más tranquila.
+++
- Benjamin, _____, Benjamin, _____, Benjamin, ______ -escuché la voz de Marius.
Abrí los ojos lentamente por la luz que entraba por mi ventana. El pequeño estaba sobre nosotros saltando.
- ¿Pero qué...? -preguntó Ben.
- ¡Buenos días Benjamin! -sonrió Marius.
- Marius, Marius, para, ¡qué me...! -cayó al suelo de golpe.
Me eché a reír junto al pequeño mientras Benjamin se quejaba. Le ayudé a levantarse del suelo. Se acarició su culo y luego su espalda. Marius se tiró encima él abrazándolo. Me quedé mirando la escena tan cariñosa con una sonrisa.
- Venga Marius, suéltame ya por favor.
- Vale -sonrió el pequeño y se fue pero antes me besó la mejilla.
- Me encanta tu hermano. Es demasiado...
- ¿Asdasfhklsdf?
- Sí -reímos.
- Venga, nos vestimos, desayunamos y damos una vuelta.
- ¿Y Marius?
- Para eso están nuestros canguros, Niall y Louis -respondió él.
- Jajajajaja, bueno, vale -sonreí.
- ¿Dónde te apetece ir? ¿O llamamos a los chicos?
- Pues no sé -miré hacia arriba y ví a mi rata Remi.
Era una ratita blanca de peluche que me regaló mi hermano cuando fuimos al IKEA para comprar algunos muebles para el jardín.
- ¡Mira! ¡Remi!
- ¿Quién es Remi? -me preguntó.
- ¡Él! -señalé a la rata y me subí encima de la cama para cogerla de la estantería-. Es mi rata con swag -dije pronunciando demasiado la 'g'.
Sí, mi rata tenía swag porque le puse una funda, como un disfraz, para guardar mi móvil. Tenía forma de dinosaurio verde y rosa. Y además, llevaba una pulsera que me quedaba pequeña de color plata que se unía en dos esposas entrelazadas.
Benjamin se descojonó totalmente cuando vio a Remi. Le echó una foto y la subió a su Instagram, como no, y como título: "La primera rata con swag del mundo xD"
- Me encanta enserio.
- Jejeje, me aburro mucho Ben.
- Eso no tienes que afirmalo -reímos.
- Un beso ¿no? -sonreí y unió nuestros labios suavemente-. ¿Qué tal estás de ayer? Ya sabes, la pesadilla esa que tuviste.
- Mejor gracias -susurró en mis labios.
- ¿Me lo vas a contar? -pregunté.
- Vale... -suspiró y se alejó unos centímetros de mi-. A ver, nos encontrabamos en un bosque y tú querías atravesar un potente río por un tronco de madera. Te advertí que sería muy peligroso pero no me hiciste caso y seguiste hacia delante. Tropezaste y fuí a ayudarte con cuidado para que regresaras a la orilla -paró para coger un poco de aire y continuar-. Seguiste sin hacerme caso y resvalaste otra vez... pero no pude ayudarte y caiste al río... Supongo que sabrás como termina esto -me miró con un cierto temor en los ojos y al instante le abrazé-. Nunca te dejaré ir como en el sueño.