¿A quién elegirás? "Cuando el destino interviene" [en corrección]

3

En la casa de los Nakamoto...

–Hey Suu, ¿has pensado a qué club quieres entrar? –preguntó Ayami a su amiga.

–No realmente. ¿Y tú?

–Tampoco.

–Oh, bueno... Si te decides, dime a cuál entrarás.

–¿Por qué? ¿Entrarás al mismo que yo? –interrogó Suzuka.

–Obviamente, no quiero dejarte sola. Sabes que eres una nerd y que sin mí no puedes vivir.

–¡Ahí vas de nuevo con lo de nerd! ¡Pero esta vez no te escapas! –exclamó la más alta corriendo para tirarla contra el suelo y ponerse encima de ella para poder hacerle cosquillas.

–¡Espera, espera! ¡Suu, no! –rogó la más baja riendo con fuerzas–. ¡Suzukabasta!  –gritó entre risas–. ¡Suzuka!

–Ah, ¿y ahora me llamas Suzuka? –luego de hacerle cosquillas por unos segundos más, la nombrada la tomó de las muñecas para amenazarla–. Si te atreves a llamarme "nerd" una vez más no serán cosquillas lo que recibas.

La joven de mejillas esponjosas iba a responder algo cuando fue interrumpida por unos golpes sobre la puerta de la habitación.

–Oye, Su-chan, ¿has visto mi...? –era Himeka, su hermana mayor–. Ah, siento interrumpir.

–Espera Himeka no es lo que crees –vociferó la pelinegra levantándose del suelo–. ¿Qué querías de todas formas?

–Quería saber si habías visto mi blusa negra con encajes, no puedo encontrarla.

–Ah... no... no la vi.

–Mmm, bien –dijo la mayor no muy convencida de las palabras de su hermana–. Era solo para eso... me iré ahora. Eh... ¿Piensas soltarme? –interrogó luego de ver que Suzuka no soltaba su mano.

–Ah, sí, lo siento –exclamó liberando a Himeka de su agarre, quien la miró extraño antes de irse.

–Mmm, eso sí que fue raro. ¿Acaso la blusa que Himeka busca no es la que está allí en tu armario?

Su amiga suspiró y la miró divertida.

–Sí, pero no podía decirle. Ella probablemente me hubiera matado si sabía que agarré su ropa sin permiso.

–Eso pasa porque no te sacas la costumbre de tomar sus cosas –contestó Ayami riendo suavemente.

–¡Cállate! Tú eres la menos indicada para hablar. Siempre estas tomando mi ropa aún sin mi permiso.

–Pues eso es porque no tengo hermanas mayores como tú, así que las tomo de ti –respondió volviendo a reír.

–Mmm...

–En fin, creo que debería irme ya. Pronto será la hora de la cena y tengo que ayudar a mi madre a prepararla.

–Oh, claro... Entonces deja que te acompaño hasta la entrada.

Luego de bajar las escaleras y de que su vecina se despidiera de sus padres y su hermana, fueron hasta la puerta de entrada.

–Bien, entonces nos vemos mañana hermosa –se despidió Ayami tratando de molestar a Suzuka.

–Sí, sí... Hasta mañana, Ayami-chan.

–Oye, podrías ser un poco más tierna a veces, ¿lo sabes?

–Bien... Hasta mañana Ayami.

–¿Y eso que tiene de diferente al saludo anterior?

–¡Solo vete de una vez! –se quejó la más alta poniendo sus ojos en blanco.