18

235 21 7
                                    

Su PDV

Vi a mi padre abrir levemente sus ojos al oír el nombre de Moa y pensé por un momento que era algo malo y que no me dejaría ir a su casa, pero fue todo lo contrario.

–Deja que se vaya –le dijo a mi madre luego de darle la mano a Moa.

–¿Qué? ¿Lo dices en serio Hiroaki? –preguntó ella confundida.

–Sí, no veo el por qué no... Por cierto, es un placer conocerte, Kikuchi-san.

–El placer es mío señor –respondió Moa con una sonrisa.

–¿Lo dices en serio, pa?

–Si, hija, puedes ir... pero con la condición que practiques combate conmigo este fin de semana –me extrañó la petición de mi padre, pero qué más daba.

–¿Bromeas? ¡Claro que sí! ¡Gracias, gracias! –exclamé saltando hacía él para besar su mejilla, aunque por alguna razón se sintió extraño, como si me hubiera dado rechazo el hacerlo.

–Se sintió raro, ¿verdad?

–Demasiado –respondí.

–Ve a preparar tus cosas, quisiera hablar con Kikuchi-san si no te importa –dijo mirándome.

No quería dejar a Moa sola allí, no porque mi padre pudiera hacer o decir algo extraño, pero por alguna razón no quería separarme de ella. La miré y Moa pareció entender lo que me sucedía.

–Tranquila, ve... yo te espero aquí.

–Ah... claro. Entonces, en seguida vuelvo.

Fui hasta mi habitación rápidamente y comencé a preparar mis cosas. Solamente era mi cepillo de dientes, perfume, cepillo para el pelo, aunque ahora que tengo tan poco cabello no creo que sea tan necesario la verdad; y lo que necesitaría para las clases del día siguiente.
Luego de unos minutos escuché golpes sobre mi puerta y vi a Himeka parada allí, apoyada contra el marco de ésta.

–¿Qué quieres? –dije sin ánimos de hablarle.

–¿Así que una nueva amiga?

–¿Y eso a ti qué?

–¡Oye! Háblame bien –exclamó intentando amenazarme.

–¿Estás jugando conmigo? ¡Casi haces que papá me mate por esa estúpida broma que hiciste!

–Lo siento, no lo resistí –respondió riendo.

–Idiota.

–Ya, ya... lo lamento –habló acercándose a mí para abrazarme–. Pero hablando en serio, ¿es una amiga nueva?

–¿Y tú qué crees?

–Que gruñona estás ahora que eres hombre... –se quejó–. ¿Acaso es la niña de la que una vez hablaste?

–¿Hablé contigo acerca de ella?

–¿Es la niña por la que estuviste lloriqueando hace unos meses atrás?

–Ah, sí...

–Entonces sí... no parece tan ruda como me la describiste –acotó viéndome a los ojos.

–Eso es porque no la conoces bien...


Mientras tanto en la cocina...

–Así que Kikuchi-san... Espero que no te molestara la petición que le hice a mi hija –dijo el padre de Suzuka extendiendo el brazo como invitación para que la pequeña se sentara. 

–No, claro que no me molesta –contestó Moa dándole una pequeña sonrisa, después de todo, no quería caerles mal; la primera impresión es importante.

¿A quién elegirás? "Cuando el destino interviene" [en corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora