Capítulo 7. La decisión

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Raven estaba mirando el horizonte, un tirón le hizo regresar a la realidad, los siete perros a los que cuidaban comenzaban a impacientarse, tiraban de las correas para que la joven siguiera caminando, vio a Octavia acercarse a ella

-¿Me estas acechando?- preguntó la latina cuando Octavia estuvo lo suficientemente cerca

-¿Qué estás haciendo?- preguntó Octavia mirándola

-Una porno, ZorraNieves y los siete cachorros- comentó de forma irónica Raven mientras andaba guiada por los perros

-Vas muy vestida para una porno- sonrió Octavia andando a su lado

-Trabajo. Aún es normal que para alguien que no a trabajado en su vida no lo reconozca

-¿Tienes que ser tan borde?

-¿Qué quieres?- preguntó Raven molesta

-Nada, solo te vi y...

Raven se detuvo, tirando de los perros para que se parasen

-Llevamos años en el mismo instituto, meses en el mismo equipo de baloncesto, nunca te has dignado ni a mirarme, mucho menos a hablarme y en lo que va de semana es la segunda vez que lo haces, ¿que pretendes? ¿Me vas a decir que es casualidad?

-Yo... solo...- Octavia suspiró mirando al suelo- Tienes razón, ni siquiera se porqué lo hice, solo te vi y... Siento haberte molestado...

-¿Octavia Blake disculpándose?

-Es el fin del mundo- dijo Octavia con una triste sonrisa encogiéndose de hombros

-¿Estás bien?- algo en la mirada de la capitana de baloncesto hizo que Raven se preocupara, que bajara la guardia y dejara de lado el estar a la defensiva. No sabía muy bien como descifrar lo que veía en esos ojos, ¿soledad? ¿tristeza? ¿arrepentimiento? Por un instante le pareció que tenía ganas de llorar, pero descartó la idea al segundo, era imposible.

-Claro- los ojos de Octavia volvieron a no mostrar nada

-¿Y Clarke?

-¿Qué pasa con ella?

-Hace mucho que no se os ve juntas

-¿Ahora te van los cotilleos?- al ver como Raven se giraba y seguía andando, habló mientras caminaba a su lado- Las cosas no están bien, desde lo de..., desde hace un tiempo no hablamos, no nos llamamos, no quedamos, supongo que me evita, que me culpa como todos los demás... bueno... tengo la culpa supongo...

-¿Supone?- Raven se paró nuevamente, haciendo caso omiso a los gemidos de quejas de los perros- La destrozaste, ¿qué esperabas?

-Solo... creí que dejaría el equipo, era lo que pretendía, no esperaba que se lo tomaría tan mal, si lo hubiese sabido jamás lo habría hecho, tienes que creerme

-¿Qué te importa lo que yo crea?

-Necesito que alguien realmente me crea...- Octavia no dijo nada más, solo se marchó,

Raven se quedó mirándola, viendo por primera vez a una joven que jamás antes había visto. ¿Una nueva versión de Octavia Blake? ¿O a la auténtica Octavia Blake?

***

Lexa durante todo el camino había estado mirando por la ventana, dejando que el aire la golpease en la cara, oliendo el aire, arrugando la nariz al descubrir la contaminación ambiental, reconoció las casas cuando empezó a entrar en su barrio, lo primero que miró fue la casa de Clarke, no le sorprendió que su primera mirada fuera allí y no a su casa, se quedó mirando el punto donde habían hablado por última vez con su vecina, un nudo en la garganta comenzaba a formarse, empezaba a ver que había sido mala idea volver, no estaba preparada para enfrentarse a todos. Aún así, cuando el coche paró delante de su casa se bajó, entró en su casa, se sentía fría, extraña al no oler la mezcla de café y comida que normalmente había, era evidente que como Anya había estado sola no había estado cocinando como de costumbre, por un momento se sintió culpable por dejar a la mujer sola en la casa, era tan grande y estaba tan vacía, no era un hogar, hacía mucho que no lo sentía así. Se dirigió a su habitación, en lo primero que se fijó era que el espejo había sido cambiado, a pesar de los días seguía habiendo un rastro de olor a lejía, fue hacia la cortina que estaba cerrada, estuvo a punto de abrirla, pero no lo hizo, no quería verla, no quería ver la habitación de Clarke, no estaba preparada. Se sentó en el pasillo enfrente de su habitación, con la puerta abierta, mirando hacia la oscura habitación, solo hacía un mes y medio desde lo ocurrido, pero aún no estaba preparada para enfrentarse a su habitación, a Clarke, a sus amigos, a su vida. Era hora de cambiar, pero tenía que hacerlo en esta ocasión de verdad.

-¿Tienes algo que hacer?- preguntó a Anya cuando la encontró en la cocina, la joven se asustó, la había pillado mirando por la ventana hacia la nada

-¿Qué tienes en mente?

-Comprar pintura, quiero cambiar mi habitación, ¿me ayudas?

***

-Lexa Woods, nunca me he alegrado tanto de que me manden a comprar- dijo una morena sonriente posicionándose al lado de la castaña, miró lo que esta estaba eligiendo- ¿Pintura?

-Si..., había pensado en pintar mi habitación- dijo Lexa mirando el bote de pintura, estaba algo inquieta, le desconcertaba que Ontari actuara tan normal con ella y aún más que no hubiera mencionado el incidente

-Rojo pasión, me gusta

-¿Pasión?- Lexa buscó la palabra pasión por el bote- Pone solo rojo

-Bueno, la pasión la ponemos nosotras- Ontari le guiñó un ojo

-Lexa, ¿nos vamos?- Anya apareció portando varias brochas y rodillos de pinturas

-Oh...- Ontari miró a la castaña- Lo siento, yo...

-Ella no es mi novia- se apresuró a aclarar Lexa, sonrojándose al darse cuenta de que lo había aclarado muy rápido- Es Anya, una amiga

-Te espero en el coche- dijo la mayor intentando no reírse

-Así que una amiga...- rompió el silencio Ontari- ¿Y te va a ayudar a pintar?

-Ella... trabaja en mi casa, pero es más que eso para mi, es una muy buena amiga- dijo Lexa que no se acostumbraba a llamar criada o personal del servicio a Anya, se veía demasiado impersonal y daba la impresión de que ella era una niña rica cuando, aunque técnicamente lo era, no se comportaba de esa forma

-¿Y te gusta?

-¡No! Es como una madre para mi, ¡podría ser mi madre!

-Me alegro, ¿nos vemos en el instituto? Se te echa de menos

-Sí... el lunes volveré

-Me alegro, es aburrido los entrenamientos de animadora sin ver ese culo cuando corres- Ontari beso la comisura de los labios de Lexa y se marcho, sonriendo al ver la cara de la ojiverde

-Es guapa- comentó Anya cuando Lexa hubo regresado al coche

-Lo es...- respondió Lexa sonrojándose

-¿Es tu novia?

-No

-¿te gustaría que lo fuera?

Lexa miró por la ventanilla, ¿le gustaría que lo fuera? ¿Podría tener algo con Ontari? ¿Podría tener algo con alguien? ¿Realmente alguien podría aceptarla tal y como era? Y la pregunta más importante, ¿sería capaz de dejar atrás a Clarke por alguien más? Quería un nuevo cambio en su vida, tenía una chica preciosa interesada por ella, mientras que Clarke era evidente que no sabía ni que existía, había estado dieciséis años enamorada de su vecina, quizás era hora de cambiar radicalmente, de olvidarla de verdad, comenzar una nueva vida, arriesgarse, y Ontari era la chica perfecta para hacerlo.

Lexa tomó una decisión en el momento en que Anya giró la esquina alejándose de la tienda, a partir de ese momento, se olvidaría de Clarke Griffin para siempre.

La chica del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora