Capítulo 20. Roan Blake

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En la gran mansión la puerta sonó mientras la familia disfrutaba de una cena familiar, una de las criadas fue a abrir, tal y cómo era costumbre

-¿En qué puedo ayudarla?

-¿Está el señor Roan Blake? –preguntó la persona que se encontraba en la puerta

-Sí, pero en este momento está cenand... ¡señorita no puede pasar!

Anya se adentró en la mansión, sabía por experiencia que reñirían a esa criada porque se le había colado una extraña, quizás la despedirían, en otra ocasión no lo hubiera hecho, sabía lo duro que era trabajar para familias así, lo difícil que era encontrar trabajo, pero en ese momento nada le importaba. Se adentró en la casa y fue hacia el comedor, aunque no había estado nunca en esa casa, todas eran iguales, distinta decoración pero la misma estructuración

-Lo siento señores Blake, le he dicho que no podía pasar –dijo la criada corriendo detrás de Anya

-¿¡Cómo se atreve a irrumpir así en nuestra casa!? –la señora Blake se levantó de la mesa, mirando a su marido, sin decir nada, su mirada le reprochaba-. Te juro que si es una de tus amiguitas...

-¿Tienes una amante? –preguntó sorprendido Bellamy

-¿Any? –Roan la miró sin comprender que hacía allí

Anya se acercó a Roan y antes de que el tío de Octavia pudiera reaccionar le pegó una cachetada que le hizo girar la cara. Todos en el comedor enmudecieron

-¿Cómo te atreves? ¿¡Vienes después de 16 años y te crees con derecho a meterte en su vida!? ¡No la conoces! No sabes lo sensible que es, no sabes el mal que has podido causarle. Te juro que si le pasa algo por su culpa, te mataré –nadie que conociera a Anya pensaría que era capaz de poner la mirada de odio que tenía en ese momento

-¿Cómo se atreve a venir a nuestra casa y amenazar a mi hermano? –dijo el señor Blake poniéndose en pie. Miró a su criada-. Llame inmediatamente a la policía

"Anya ha venido a mi casa, ha golpeado a mi tío" Octavia escribía frenéticamente en el móvil por debajo de la mesa

"¿Anya? ¿Entonces era verdad? ¿Qué quería?" el mensaje de respuesta no tardó en llegar

"Ha venido a recriminar a mi tío que hablase con Lexa"

"¿Y qué le ha dicho él?"

"No lo sé Rav, aún no le ha respondido"

Anya se giró y salió apresuradamente de la casa, no le cabía duda de que eran capaces de llamar a la policía y lo que menos necesitaba en ese momento es que la llevaran a la comisaría

"O, ¿qué está pasando?"

"Anya se ha ido de mi casa. ¡Espera! Mi tío va a seguirla!"

"¿Y qué le está diciendo?"

"¿Cómo quieres que lo sepa? Han salido de la casa y no puedo levantarme y seguirlos"

"Mierda, quiero saber que está pasando"

"Si me entero de algo te aviso. ¿Sabes algo de Lexa?"

"Está con Clarke, la llamé hace un rato, parece que está bien, pero no quiere estar en su casa, le he propuesto que venga a la mía, pero no sé si lo hará"

"¿En tu casa? ¿Tienes habitación de invitados?"

"No, pero en mi cama cabemos las dos"

"En tu cama..."

"Vamos Octavia, no es momento de que te pongas celosa. Es mi amiga y me necesita"

"¡No estoy celosa!"

-¿Se puede saber a qué ha venido ese numerito? –Roan paró a Anya en mitad de la calle agarrándola del brazo

-¿Se puede saber que pretendías? ¿Por qué has hablado con Lexa? –Anya apartó el brazo y en ese mismo instante recordó el mismo gesto en Lexa, pero con ella, sus ojos comenzaron a humedecerse

-¿Quién coño es Lexa?

-No te hagas el tonto, nadie más lo sabía, ha tenido que saberlo por ti. ¿Por qué? ¿Por qué después de tantos años tienes que venir a joderlo todo?

-Anya no sé de qué coño hablas, no he hablado con nadie, llegué hace unos días, solo te he visto a ti y esa niña, la de ojos verdes... -Roan pareció darse cuenta entonces a lo que Anya se refería- No llegaste a abortar... Esa chica, la amiga de Octavia, ¿es nuestra hija?

-¡No es nada tuyo! –le gritó Anya-. Perdiste cualquier derecho en el momento en que te fuiste, en el que me pediste que abortara

-¡Y volvería a hacerlo! Por el amor de Dios Anya, ¡teníamos 15 años! Claro que quería que abortases, mis padres me hubieran matado si hubieran sabido que me había acostado con la hija de la criada, tenía 15 años y no estaba preparado para ser padre, ¡sigo sin estarlo! Me asusté y cuando empezó el curso me fui a estudiar fuera, tal y como mis padres querían, pensé que serías más inteligente y abortarías

Anya comenzó a andar, necesitaba tranquilizarse, si Roan no le había dicho la verdad a Lexa, ¿cómo lo sabía?

-Mi sobrina me dijo que era una Wood –dijo Roan con cautela-. ¿No es allí donde trabajas?

-Sí...

-¿Qué pasó? ¿Decidiste tenerlo y dárselo a ellos?

-No..., no empezó así... -Anya se permitió mirar a Roan, ya no era un niño, era un hombre y los años le sentaban bastante bien, sus ojos verdes les recordaba a los de Lexa-. Cuando te fuiste, decidí que la tendría, era mi hija, busqué trabajo, no sabía cómo decírselo a mi madre, pero entonces todo se complicó, la echaron de tu casa, de repente no teníamos dinero, mi hermana era aún pequeña, mi madre buscaba trabajos esporádicos, yo dejé los estudios para trabajar a jornada completa para los Woods, entonces la señora Woods se dio cuenta de mi embarazo, quiso echarme, pero pareció cambiar de opinión, se interesaba por si el bebé estaba bien, tenía 15 años, estaba asustada, no le había dicho nada a mi madre, no tenía dinero, y no sabía que haría con el bebé, no sabía cómo la mantendría, no creía que los Woods me dejase quedármela en su casa las 24 horas, así que empecé a buscar trabajo en otros sitios, pero nadie quería a una adolescente embarazada, estaba desesperada. La señora Woods pareció darse cuenta y un día me dijo que ella podría hacerse cargo de la niña una vez naciera, tenían una gran fortuna, podrían darle todo lo que quisiera, incluso me propuso ser la niñera de la niña siempre y cuando mantuviese el secreto. Estaba desesperada, vi una salida, tendría el trabajo, mi hija tendría un hogar y podría verla todos los días, así que acepté. La señora Wood le dijo a su marido que estaba embarazada, como apenas se veían era una mentira fácil de mantener, cuando el bebé nació, nadie imaginó que era de la criada y no de la señora Wood

-Y ahora se ha enterado de la verdad... -comprendió Roan

-Sí..., lo siento, creí que habías sido tú –Anya miró la cara de Roan, aun la tenía colorada del golpe que le había dado

-Anya nunca te haría algo así, ni siquiera sabía de su existencia

-¿Cómo ha podido enterarse? Solo la señora Wood y yo sabíamos la verdad

-¿Y no se lo habrá dicho ella?

-No, nunca hablan...

-Todo saldrá bien Any, Lexa te escuchará, podrá explicarle todo y lo comprenderá

-¿De verdad lo crees?

-Claro –Roan se acercó y besó a Anya

-¿Qué crees que estás haciendo? –Anya se separó de él, empujándolo hacia atrás

-Solo intentaba animarte –se disculpó Roan

-¿Metiendo tu lengua en mi garganta?

-Antes te gustaba

-¡Madura Roan! –Anya se marchó ofendida y con ganas de volver a golpearle una vez más

-Mujeres... ¿quién las entiende?

La chica del espejoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora