C R I M I N A L

C

Dedicado a Felix_Price Y las personas que apoyan esta historia!!! Kei, nena, disfrútala ;)

En ese tiempo, recuerdo que estaba harto.

Harto de mi familia, de mis amigos, de mi vida y de todo lo que lo incluyera en esta, sí, también contaba el maldito gato de la vecina.

Mis ojos picaban, ¿Por qué me había engañado mi novia con mi propio hermano?, la verdad era lo que menos me importaba, quería llorar de rabia, de vergüenza y tantas cosas que sentí en el momento en el que anunciaron su compromiso y toda la gente comenzó a hablar.

Es normal que hablen ¿no? Digo, si te ven llegar a la maldita cena que organizaron tus padres, que no sabes ni para que es, de la mano con ella, unas horas más tarde desaparece y segundos después la vez de la mano de tu hermano anunciando por micrófono que el motivo de la cena es el anuncio de su compromiso, tu, ¿Cómo te sentirías?

Salí inmediatamente de ese maldito salón y nisiquera deje que el del parking, me devolviera mi auto, simplemente camine, sin importarme la dirección.

Hasta que me topé con él...

Mientras deshacía el nudo de mi corbata, una persona la cual vestía con pantalones deportivos y una sudadera gris con la capucha puesta, se topó conmigo, en ese entonces no sabia si de verdad no me había visto o si simplemente lo hizo por gusto.

Me tambalee, pero me sujeto de la cintura para no caer.

–Lo siento, venía tan sumido en mis pensamientos que no te vi– su voz... ¿Podía haber voces así? ¿Existen las voces que te estremecen con solo escucharlas?

–No... No hay problema– me mostró una sonrisa y se alejo un poco de mi, para seguidamente introducir sus manos en sus bolsillos de la sudadera, se giro y dijo un gracias.

En ese tiempo tampoco entendía el porque de ese gracias.

Parpadee varias veces hasta borrar ese rostro de mi cabeza, o al menos intentar. Seguí con mi camino, pero nada sacaba ese rostro y esa voz de mis pensamientos...

Aunque más tarde me reprendí del porque me comporto de esta manera, digo, ¡es un hombre! Y yo igual.

Me detuve en una parada de taxis que vi, cuando el auto se detuvo frente a mi casa, o más bien frente a casa de mis padres y me disponía a pagar, fue cuando me di cuenta de algo.

No tenía mi billetera.

En ese tiempo ni siquiera se me ocurrió el como mi billetera pudo desaparecer de la bolsa de mis pantalones.

En ese tiempo no sabia nada.

–Gerente Coleman– la voz de una cajera me saco de mis pensamientos y recuerdos.

–Sí, dime Astrid– levante la vista de los papeles de los cuales en realidad no tenía ni idea de que trataban.

–Estamos por cerrar el banco, necesitamos su huella para meter todo el dinero en la bóveda– cerré la carpeta y me levante de mi lugar, salí de la oficina y me dirigí en donde todos los empleados ya estaban formados para el corte de caja.

Al hacer todo el papeleo y abrir la bóveda observe que los grandes paquetes de dinero habían disminuido.

–¿Llamaron para confirmar la cantidad de dinero?– pregunte mientras varios empleados acomodaban el dinero.

–Si gerente, el lunes de la próxima semana llegara– asentí y al terminar la tarea salimos de la gran bóveda.

Pasaron varios minutos hasta dejar todo en orden y al fin terminar la jornada laboral, deje a los guardias al cuidado de todo y me dirigí al estacionamiento, trabajar en esto tiene sus beneficios, aunque el bonito Jeep que en estos momentos esperaba por mi en el estacionamiento, era un regalo de mi esposo.