Unos cuantos rayos del sol se colaban a traves de las cortinas donde dos cuerpos dormian abrazados, un pelinegro desperto en el momento que sintio la luz sobre sus ojos, abriendolos lentamente para acostumbrarse al cambio radical de iluminacion.
Sus brazos rodeaban la delgada silueta del rubio y los brazos ajenos se aferraban con fuerza, no pudo evitar reprimir una risilla, se alejo solo lo necesario para admirar el rostro relajado del menor, su piel nivea hacia resaltar sus pestañas largas, su fino rostro cada rasgo en el era perfecto; su nariz, sus labios y mejillas, amaba el verle todos los dias, no importaba si estaba molesto, enojado, triste o feliz, amaba cada rasgo y faceta de su esposo.
-mgg...Tetsuro....- comenzo a abrir levemente ojos dando paso a sus dorados orbes -tu cara es muy molesta- ya que el pelinegro le miraba con una sonrisa y su caracteristico cabello desordenado cayendo sobre su ojo derecho.
-no estas tan ciego he- rie levemente y acaricia su cabello -eso no lo decias ayer Kei-
El rostro del rubio rapidamente se coloreo de un color rojo -c-callate...no soy tan patetico- se voltea dandole la espalda al mayor.
-siempre tan a-d-o-r-a-b-l-e- mientras lo decia haciendo pausas pasaba su dedo indice por la mitad de su espalda causandole un escalofrio al contrario.
-vamos Kei, sabes que no lo hago para molestarte, solo estoy enamorado de ti--pareces un idiota- dice en un susurro que el pelinegro escucho.
-Tambien lo eres, porque estas enamorado de un hombre tan guapo-
-¿enserio?, ¿donde esta? no lo conozco- rie y le muestra su tipica sonrisa de autosuficiencia.
-realmente eres muy malo- dice fingiendo un dolor en el pecho dejandose caer en la cama boca arriba.
-pero estoy casado con el amor de mi vida- le abraza colocandose arriba de el mientras ocultaba su rostro sonrrojado en su pecho.
-amo las mañanas asi- le abraza rodeandole con sus fuertes brazos.
-podrian ser asi siempre- suspira -pero tienes tu trabajo y las emergencias...- menciono un poco decaido.
-tratare de que asi sean siempre- besa su coronilla -no existe nada que supere el estar contigo Kei, asi que confia en mi, lo...-
-¿Podriamos tomar una ducha juntos?- desvio un poco el tema. No queria escuchar un "lo prometo" que como otros no cumpliria.
-si, esta bien, ire a preparar la bañera-
El rubio asintio bajando del cuerpo ajeno recostandose nuevamente en la cama, mientras que el pelinegro se levantaba y comenzo a caminar a una puerta blanca que daba al baño para entrar.
Una vez el Tsuskishima le perdio de vista solto un largo suspiro, queria pasar todos los dias con Kuro, queria ser como esas estupidas y melosas parejas que le restregaban su felicidad cada vez que salia a comer o a comprar su postre favorito. Pero conociendolo no dejaria su trabajo, por mucho que le amara no estaria siempre con el; comenzaba a deprimirse al ver que no podria hacer feliz al pelinegro, no era una mujer como los padres de Kuro querian. En aquel entonces cuando les conto que se habian casado y que no le importaba que no le aceptaran habia sido emocionante, tierno, se sentia pleno de saber que era amado por sobre lo que opinaran los demas.
Pero ahora a pesar de saber que lo amaba, no estaba tanto como quisiera con el, o tal vez solo se sentia solo porque aquella casa era algo grande cuendo estaba sin Kuro.-¿Kei?- el pelinegro tenia un rato observandolo recargado en el marco de la puerta, parecia que algo le inquietaba. -oye...Kei-
-mmm?- levanto su vista encontrandose con la ajena -¿que pasa?-
ESTÁS LEYENDO
¿Juntos y revueltos?
RomanceKuro y tsukishima acaban de casarse, deciden empezar a vivir juntos en tokyo, pero el trabajo del pelinegro hace que el rubio este solo en casa por lo que cuando su hermano del alma bokuto le propone vivir juntos a ambos matrimonios todo toma un rum...