¡Cómo humo que se esfuma!

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Conforme van pasando los días la locura se apodera cada vez más de mí, ya no sé qué es realidad y que no lo es, los fantasmas se han encargado de ello, me desvanezco de a poco pero cada día que pasa más aprisa, vivo con miedo, con miedo a lo que puedo llegar a convertirme, miedo a lo que puedo ser capaz de hacer durante mis momentos de obscuridad, pero lo que más me aterra es lo que ocurrirá cuando todo se vuelva obscuridad...

Continúo caminando, no sé dónde estoy, vaya novedad, comenzaba a volverse costumbre, una lamentable, frustrante y terrible costumbre, camino y el suelo cruje, me sobresalto... pero entonces noto que yo soy el que provoca aquel estruendo, el sonido de mis pasos resuena, es demasiado fuerte... alguien se esconde tras mis pasos, cazándome como un vil animal, de eso no cabe duda, así que aceleró el paso... Un extraño y denso humo comienza a rodearme, corro para escapar de él, pero es más rápido, el humo me rodea impidiéndome respirar, comienzo a toser, mis pulmones piden aire a gritos, mi cabeza comienza a punzar y poco a poco todo se convierte en sombras, caigo al suelo e intento arrastrarme, me detengo, tal vez no valga la pena, si cierro los ojos todo acabará, quizá es mejor, no vale la pena luchar por una vida de sombras y tinieblas ¿o sí? no, no puedo hacerlo, no puedo rendirme, debo seguir luchando, debo salir de aquí, sigo luchando... el humo es más denso a cada segundo, no puedo ver nada, parpadeo un par de veces tratando de disipar mi vista, después de mucho esfuerzo finalmente la recobro...

Todo ha desaparecido, el humo, el fuego, la calle está desierta, no hay rastros de lo ocurrido... si es que en verdad ocurrió, a lo lejos una mujer me observa desde su ventana, en cuanto se da cuenta de qué la he visto cierra las ventanas y corre las cortinas, toso un par de veces... aún puedo sentir el humo sofocándome, el olor a quemado aun prevalece, miró a mi alrededor, reconozco este lugar, estoy a un par de cuadras del centro, suspiro y camino de regreso a casa, paso junto a un bar "suntrac bar" se lee en un letrero neón en la entrada, mi cabeza comienza a doler, imágenes de mi él taladran mi cabeza, él solía venir ocasionalmente, debe tener alguna relación, estoy seguro ¡mi cabeza me mata! Grito tratando de extinguir el dolor, pero es inútil, continuo caminando, en cuanto atravieso la calle y me alejo, el dolor disminuye y mi mente comienza a disiparse ¿Qué fue eso? Suspiro y trato de calmarme, continuo mi camino, en cuanto abro la puerta mi madre se me echa encima y me abraza en medio del llanto.

- ¡Creí que te perdía a ti también, no sabes lo preocupada que estaba! -me golpea fuertemente en el hombro. - ¡Donde diantres te habías metido!

-Yo...

- ¿Tú qué? -pregunta molesta

No sé qué decir, ella no debe saber lo que ocurre, no, no debe hacerlo, creerá que he perdido la cordura

*No puedes permitir que lo descubra*

Dice la voz y por primera vez concuerdo, ella no debe saberlo, medito un minuto y digo lo primero que cruza por mi mente

- ¡He salido con los chicos y perdí la noción del tiempo, no es para tanto!

- ¡No es para tanto, no es para tanto! ¡me tienes aquí sufriendo, pensando que algo malo te había ocurrido y no te importa en la más mínimo!

La abrazo-Lo siento mamá no volverá a ocurrir

- ¡Claro que no volverá a ocurrir, porque de ahora en adelante vendrás a la casa directo de la escuela, se acabaron tus saliditas con tus amigos, si quieres salir deberás pedirme permiso antes y ya yo veré si puedes o no! ¿Has entendido Eidrihan?

Asentí con la cabeza, luego subí las escaleras y me encerré en mi cuarto, me tiro sobre la cama, cubro mi cabeza con la almohada y grito, grito sacando la frustración, el estrés y el pánico que venía acumulando de los últimos días, necesito gritar, es la única forma de liberar un poco todo eso que me apresa, grito hasta que mi garganta se cierra y ya no puedo continuar gritando, enseguida mis gritos son remplazados por lágrimas, lagrimas que en un santiamén llenan a borbotones mí rostro.

Un tumulto de emociones encontradas golpeaba mí pecho me sentía mal por lo que acababa de pasar con mi madre, no era normal que peleásemos, era la única familia que me quedaba, suspiro, pero aunque lo odiase con toda el alma en este momento tenía problemas mucho más grandes en los que pensar que en la molestia que le ocasione a mi madre y la pelea que provoque entre nosotros, problemas que me quitaban el sueño por las noches... no sabía cuánto más podría continuar así, por mucho que detestara admitirlo las cosas se habían salido de mi alcance y cada vez era peor, llegado a un punto los fantasmas se adueñarían de mí y ya no sería capaz de hacer algo al respecto, debía hacer algo pronto, debía hacer algo antes de que fuera demasiado tarde...

#perdiendolarazon #comohumoqueseesfuma
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El torbellino del trance (completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora