Tiempo: - 9 Meses, 15 días, 23 horas
"Vas a morir y no puedes hacer nada al respecto; pero si lo quieres salvar, grita, insulta, maldice, no te quedes callado, para él la muerte es un engaño." - Leyó Alvaro en su celular, un escalofrió corrió por su espalda. El email le había llegado cuando salía del instituto donde estudiaba.
Su vida cambio por completo unos meses atrás, cuando fue deportado de Estados Unidos; su hermano gemelo, quien había cometido un crimen mayor relacionado con drogas; fue uno de los autores y las pruebas de ADN los ponía a ambos en la escena del crimen, por lo que se quedó sin muchas opciones, decidiendo regresar a México, a la casa de su abuela, en las afueras de Hermosillo.
Alberto había escapado antes de que la policía tuviera los resultados de las pruebas de ADN, dejando a su hermano sin saber que había sucedido. El problema fue que ambos estaban en el sistema judicial, por un acontecimiento estúpido de su adolescencia y el gobierno tenía sus perfiles de ADN en sus registros, en su ignorancia Alberto no sabía que su hermano y el compartían el mismo ADN, lo que le trajo problemas a Alvaro, quien a pesar de contar con una coartada infalible, ser parte de DACA y un miembro ejemplar de la comunidad latina en Texas, paso unos meses en la cárcel; hasta que la fiscalía le dio la opción de irse o ir a juicio por los crímenes de su hermano gemelo.
Cuando Alvaro llegó a Hermosillo, estaba absolutamente enojado con Alberto y este sintiendo la gran culpabilidad que tenía, intento hacer todo por ayudarlo. Las diferencias físicas entre ambos eran los tatuajes y la musculatura; por lo que Alberto intento alejarse del cartel y poner un pequeño taller mecánico en el garaje de la casa de su abuela. Con ese dinero pagaba la educación técnica de Alvaro; quien había dejado su carrera a medias, debido a todos esos problemas legales.
Todos los días Alberto lo llevaba y recogía en motocicleta, pero siempre llevando su 9mm en el cinto. Ese día Alvaro salió del instituto y en ese momento su bolsillo vibró, automáticamente reviso un email de una dirección conocida. Al leerlo su rostro se tornó blanco y casi lo atropella un auto, pero en su resignación no dijo nada; encontró a su hermano en la esquina, quien le dio una bolsa.
- La abuela dice que comas, estas tan flaco como un perro callejero - dijo Alberto en español con su acento medio gringo, por el que todos se burlaban.
Alvaro no se veía así mismo igual que su hermano, él había leído todo libro que llegó a sus manos, mientras su hermano salía con personas violentas e ignorantes; ambos en sus 25 años, no podían ser más diferentes para ser gemelos idénticos. Tomó la bolsa y sacó una hamburguesa, lo que le pareció muy extraño, ya que la carne siempre era cara y no tenían tanto dinero, pero sin decir una palabra empezó a comer, disfrutando la sabía sería su última comida. "Papas fritas - pensó- esto sería ideal si tuviera papas fritas"
Viajar por Hermosillo en el atardecer le pareció a Alvaro una ironía, "Hermoso", susurro; pero al notar la camioneta que se acercaba detrás de ellos, pellizco a su hermano en el estomagó.
- ¿Qué diablos está mal contigo? - gritó Alberto en ingles
- Alguien nos sigue.
Entonces Alberto intento acelerar, cuando la camioneta les paso a toda velocidad; por un segundo pensó que Alvaro estaba paranoico; pero esta dio un giro y paro en seco.
Frenar y sacar la 9mm fue lo primero que ambos pensaron, pero al escuchar un balazo detrás de ellos, solo llegaron a parar y levantar las manos; los hombres encapuchados les pusieron bolsas de tela en la cabeza y se los llevaron, no hubo testigos, solo la moto abandonada en medio de la carretera.
Alberto estaba confundido y asustado, él nunca traiciono a nadie y desde que escapo, no había oído nada acerca del cartel, ni la rama de Texas. Le dijeron que se quedara con su abuela y que se olvide de todo, hasta que arrestaron a su hermano; entonces él pensó en averiguar cómo hablar con Alvaro y pedirle disculpas, pero la abuela le dijo que no se animara a cometer un error tan estúpido.
- "si le hablas, los dos se mueren"
Para él, fue duro llegar a México, con su poco conocimiento de español y con la gran cantidad de modismos de los mexicanos, estaba tan perdido como cachorro recién nacido buscando a la madre que lo había abandonado. La abuela era la que le traía clientes a la mecánica y quien se encargaba del dinero, él la dejaba porque su entendimiento del mismo y el idioma le molestaban mucho. Pero cuando Alvaro llamó a la casa de la abuela para avisar que llegaba, una parte de su culpabilidad se fue.
Hasta ese día, que le apunten con un arma ya no era tan traumático, pero ver que él arma apuntaba a su hermano, lo hizo temblar de rabia contra el mundo; ambos eran huérfanos de padre y madre; ni siquiera la abuela era tan importante como su hermano, a quien siempre él decepcionaba.
Pasaron horas en un auto amarrados de pies y manos con los ojos vendados, lo que fue una tortura para él. Estaba seguro que su hermano moriría por su culpa y no intentó hacer nada, hasta que pararon el auto y noto la fogata.
Se encontraban en medio del desierto en una noche sin luna, los arrojaron al piso y a él le amarraron las manos sobre la cabeza en la parrilla de una camioneta, por su parte Alvaro estaba frente a la fogata maniatado con una cuerda amarrada en su cintura.
Había muchos hombres en las sombras, pero solo pudo reconocer a uno, el Jefe; entonces estaba seguro que morirían esa noche. Pero lo que pasó fue diferente, esperaba que le hicieran preguntas a él; pero no fue así de hecho le hablaban a su hermano en español y este contestaba perfectamente, con palabras raras y cosas que su mente no entendía, se sentía estúpido y más confundido; por lo que empezó a gritarle al Jefe, tratando de decirle entre español e inglés que su hermano no tenía la culpa; que él era el que había disparado porque estaba borracho y que la chica tenía la culpa porque ella trató de agarrar el celular.
Entonces el hombre se acercó a Alberto, quien le suplicaba que deje ir a su hermano; lo tomo de la polera y le dio un par de puñetazos con la manopla de plata que siempre llevaba en el bolsillo. Los golpes casi quirúrgicos le rompieron la mandíbula; pero su terquedad, más grande que su sentido de auto conservación, logro que, entre balbuceos y gritos incoherentes el hombre se enojara, tomando un puñal de uno de sus soldados, para cortar la cuerda de sus manos y así empezar a patearlo en el suelo. Alvaro llorando empezó a gritarle insultos en todos los idiomas que se sabía, y el hombre que ya tenía el puñal en su mano decidió clavarlo en el estómago de Alberto, este gritaba con sangre y baba saliendo de su boca, ahogándose intento defenderse; pero el hombre se sentó sobre él clavándole el puñal en el pecho más veces de las que Alvaro pudo contar.
Alvaro miraba como ese hombre mataba a su hermano y llorando gritó, "no te preocupes la muerte es un engaño para ti"; entonces empezó a recitar en un idioma totalmente desconocido para todos los presentes, el hombre se acercó rápidamente a Alvaro para darle un puñetazo, pero esté le escupió sangre en la cara. En ese momento Alberto perdió la conciencia, la oscuridad y el frío de la muerte, lo invadieron.
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Anomalías, Libro I (Pausado)
Science FictionUn criminal despierta como una anomalía, con la misión de comprender la vida y la muerte de su hermano; quien a su vez está obsesionado con la relación entre ciencias, religión e historia. Todo para ayudar a una mujer con amnesia a encontrar su lug...