3.1 Los avatares del Tiempo

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Tiempo: - 15 horas, 15 minutos.


La vagoneta negra se parquea en la calle a 100 m. de un edificio de 10 pisos, el único de gran tamaño en toda su cuadra; detrás del volante Kary, usa el freno de mano y detiene el motor. Ailé sentada en el asiento del copiloto aprieta nerviosamente un gorro negro con sus manos.

- No se que te sucede, pero no estás bien - Le dice Kary.

- ¿A qué te refieres?

- Estás destrozando ese gorro – Ailé mira sus manos y ve hilos negros saliendo del mismo.

- Ahora está cosa no sirve, rayos.

- Lo siento – dice Kary, apretando el botón que cierra todas las puertas y poniéndole el seguro extra – Si no me dices que sucede no voy a seguir con el plan.

- Es que, no se cómo explicarlo – responde Ailé mirando el rostro blanco y terso de aquella mujer pelirroja, cuyos ojos grises, le traen imágenes de un pasado distante.

- Son casi 200 años que nos conocemos.

- 189 – contesta Ailé, girando su cuerpo hacia la puerta.

- Que pasó con Taya cuando fuiste a verla, desde que regresaste de ese viaje, cada vez que hablamos de esta misión te pones nerviosa y ya es más de un año que no me dices nada. No puedo entender porque dejaste de confiar en mí, ¿acaso hice algo malo? ¿O tienes prohibido hablar al respecto?

- No Kary, no es eso – Ailé suspira – Cuando fui a ver a la Dama T; Damasco estaba restaurando sus sistemas de seguridad y gobierno, pero los residuos de las batallas y la gran ansiedad de la ciudad era notoria; por eso cuando estuve frente a Taya, quedé impactada al ver que ella había envejecido.

- Pero ella es un inmortal, la Dama del Tiempo, es más antigua que todos con excepción de Ur y de algunos Olvidados.

- Eso fue lo primero que le dije, ella no me contestó al principio, primero me preguntó por ti y Jean, mientras me servía té; pero supongo que mi mirada era insistente. Parafraseando, me habló de la conciencia del tiempo y de las consecuencias de ser un avatar del mismo.

- Tendrás que explicar mejor.

- Empezó así – Ailé respira profundo – "Se porque estás aquí, vienes a preguntarme acerca del libro de los nombres, y porqué en las páginas que encontraste, existe un nombre con 50 líneas de código, ¿verdad?", sólo asentí. "Lo que sucede es qué, cuando empecé a escribir los 17 tomos de ese libro, Estaba relatando la historia de los inmortales, resucitados y olvidados a los que conocí, incluyéndote. Antes de que digas algo, tu eres uno de los pocos seres humanos con una historia tan complicada y por ese motivo, nunca te di los tres tomos que engloban gran parte de lo que hiciste en el pasado. Pero tu cuerpo, tuvo tres nombres, tres almas distintas; tu eres la última..."

- Un momento, ¿ella te dijo quien eras?

- No, me dijo los otros dos nombres nada más, Soy Ailé Khalida Nara. La clave de mi historia está relacionada con cyg y el trato que tengo con ella, no me dijo cómo llegué a ser Ailé ni quien fui en el pasado, pero ese no es el motivo por el cuál ando nerviosa – Ailé más tranquila y serena pone la mano en su quijada suspirando – "existe otro cómo yo, me refiero a alguien que puede tiene los mismos poderes que yo", en ese momento no le entendí bien porqué no tenía sentido, todos sabemos que ella es única, y sus poderes en relación al tiempo son superiores a cualquier artefacto quántico conocido, excepto el planeta completo. Por eso traté de preguntarle y me salieron un montón de frases incompletas a lo que ella me detuvo tomando mi mano. Me dijo "Tranquila, déjame explicarte; Las reglas de mis poderes están basadas en los que tenía esté cuerpo, hasta el momento en que lo volvieron inmortal. Al igual que tu no soy el primer espíritu que habita el mío, de hecho, es bastante complicado y yo no puedo explicarte todo en este momento; pero cuando tomé el lugar del espíritu original, Cyg me dijo cuales eran los límites de mis poderes. No puedo adquirir nuevos. Todos los avatares del tiempo aparecen para escribir la verdadera historia, nuestro objetivo cómo seres es ese y lastimosamente podemos llegar a predecir nuestras propias muertes, el límite hacía el futuro está determinado por la muerte del avatar en sí. Y el límite hacia el pasado por nuestro nacimiento como humanos extraordinarios." Ella hizo una pausa para tomar su té y yo aproveché para preguntarle, si estás reglas se aplicaban a mi existencia también. A lo cuál ella me dijo que sí, pero el trató con Cyg modificaba todo lo que yo era.

Anomalías, Libro I (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora