Capítulo 3

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Ahora se encontraba cenando con toda su família. Y como no, era la hora donde todo el mundo contaba como le había ido el día. Todos solían decir que les había ido perfectamente perfecto. Su hermano Zack había sacado un diez en un examen muy difícil, su hermana había ganado un mini partido amistoso de basket en gimnasia... Todo como siempre. Ellos tan solo se preocupaban de llenar su felicidad contando a los demás sus logros sin darse cuenta que otros solo se preocupan por sobrevivir con el caos emocional su dia a dia.

Tyler quería contar lo que le había sucedido hoy en su fuerte. Pero si lo hacia tendría que contar información que no quería que sus padres se enteraran. Como el hecho de que tenía un ukelele. Nadie se lo había regalado, lo encontró un día entre la basura, y por suerte estaba completo y funcionaba a la perfección. Aprendió a tocarlo por si solo con tutoriales en internet.

Sus padres le daban más importancia al deporte y los números que no otra cosa. Para ellos que un hijo suyo se interesara en el arte era un problema. Aunque con Tyler ya lo daban por perdido, no era para nada bueno en deportes y el basket se le daba de pena. Y en los estudios los últimos años descendió mucho a peor.

Para suerte de Tyler, la cena finalizó y con sigo la tortura por fin terminó, al menos hasta la siguiente cena o comida. Fue corriendo a su habitación. Apagó la luz para encender una pequeña lámpara que se encontraba en su mesita de noche. Se estiró en su cama, y se quedó mirando al blanco techo, pensando. Pensando en todo. Y sin darse cuenta, fundido entre sus pensamientos, perdió la noción del tiempo. El pretendía estar bien, pero deberías verlo, tarde en la noche, estando petrificado. Levantó su mano y miró su muñeca, aún se podían ver las cicatrices de los recientes cortes que se hizo. 

No lloró, hacía tiempo que no lloraba, pero estaba triste y deprimido. Quería acabar ya este desperdicio de vida... pero no podía, así de cobarde era. Mucha gente dice que los cobardes son aquellos que se suicidan, pero para el los verdaderos cobardes eran aquellos que querían y no lo hacían. Cada marca que se dejaba, era por cada vez que lloraba, y cada vez que lloraba, significaba que era tanto el dolor que no podía ya ni soportarlo, esa voz que le hablaba continuamente diariamente que no valia para nada. El pensaba que era mejor estar muerto que seguir viviendo este desperdicio de vida...

Hacía tiempo que se encontraba en este estado, pero al parecer nadie se dio cuenta. Ni su propia familia, claro, ellos estaban ocupados en ser felices sin el. Y contando que en clase era invisible, un Don Nadie, no tenia amigos en quien confiar. No tenia amigos. Estaba solo. completamente solo.... Josh llegó a su mente, a él no le parecía importar lo que dijeran de él en clase, a el no parecía importarle quien era, si no lo que era. Una pequeña sonrisa se dibujo sin que se percatara ni el mismo. Ahora ya no miraba sus cortes, si no otra vez al techo, pensando en ese misterioso chico nuevo.

Bajó la mano. Decidió ir a dormir ya, mañana no quería llegar tarde.

Trapdoor Fic 《Joshler》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora