-Chicos! Despierten que ya casi llegamos.- hablo un hombre de edad adulta mientras divisaba con la mirada lo que parecía ser el castillo, sabiendo al instante que solo era cuestión de minutos para llegar a su destino.Ambos jóvenes magos ni se inmutaron cuando escucharon como al señor volvía a repetir las mismas palabras un par de veces más. El sueño parecía ser lo más importante para ellos en esos mismos instantes, algo los retenía en ese cálido sueño, como si no quisiese separarlos en ningún momento.
La razón.
Ambos estaban completamente abrazados disfrutando de la calidez de ambos que en ese mismo momento eran capaces de sentir los dos a la perfección. Natsu estaba apoyado sobre la cabeza de la peliazul mientras esta dormía cómodamente sobre el hombro del pelirrosa, Natsu con el brazo pasando por los hombros de ella atrayéndola de más hacia él.
Ambos sin siquiera sentir el ruido de los caballos que con suma lentitud detenían su marcha dando a fin su adormilado trayecto.
Natsu quien rápidamente sintió como aquella carrosa se comenzaba a detener, comenzó a moverse algo incómodo en su asiento sintiendo con rapidez un inusual peso acomodándose sobre él. Instintivamente abrió los ojos con lentitud aun sintiendo el sueño en su cabeza ralentizando un poco sus movimientos.
Pudo divisar con la mirada la ventana que adornaba la puerta, viendo a través de ella los edificios enormes de la ciudad y la gente pasar por su lado completamente sumisos en sus propios asuntos, cada persona con otra cosa en mente.
Vio de manera divertida como un grupo de infantes comenzaron a exclamar la llegada de supuestas personas de la realeza, que claramente podían confundir asta ellos mismos si vieran un carruaje como estos transportar a otro tipos de personas.
Rio suavemente de manera divertida.
Sintiendo de repente como alguien a su lado se removía en su asiento, claramente causado por aquella risa inocente que se le salió al joven Dragneel. Algo sorprendido volteo su mirada para chocar con una imagen que en ese momento, no estaba preparado para ver.
Juvia estaba a su lado, dormida plácidamente mientras se apoyaba sobre él. En un momento diferente, Natsu se hubiera alejado con brusquedad despertándola en el acto con una idea de no despertarla, pero lamentablemente ese momento…..no era este.
Sintió como un color carmín invadía su rostro, haciéndolo sudar frio y perder rápidamente su compostura, claramente ya estaba demasiado nervioso como para pensar en un plan.
-Hmmm.- escucho salir de la boca de la peliazul poniéndolo más nervioso de lo que ya estaba.
Con una delicadeza que ni él conocía ni mucho menos sabía que podía poner en práctica, removió lentamente su brazo que en ese momento atravesaba el suave y delicado cuello de Juvia, fue testigo de cómo ella se removía en su asiento, claramente incomoda. Instintivamente Juvia busco aquel objeto que la rodeaba para hacerlo volver a su lugar, lamentablemente Natsu fue más rápido impidiendo ser atrapado.
Natsu siendo presa aun de su enfermedad hacia los transportes. En el momento en que se alejó siquiera un par de centímetros de ella sintió como si su estómago le fallara y sorpresivamente, causando mucho ruido, cayó al suelo demasiado mareado como para articular una oración de ayuda.
Juvia rápidamente abrió los ojos topándose con la imagen de Natsu tirado en el suelo y rogando con la mirada su salvación.
-''Juvia se pregunta del cómo es que Natsu-san llego hasta ahí si Juvia ya lo había recostado en su asiento''.- pensaba ella mientras veía la rara escena protagonizada por el mata-dragones quien se removía como un gusano en el suelo.