-Lies- ∆ =Shadamy= [Editando]

XXI.- ¿Soy un cliché de desecho?

«¿Cómo diablos es que accedí?»

Esa pregunta se hacía Amy cada vez que tenía que levantarse para prepararse a la asistencia del colegio. Llevaba sólo un año ahí y ya sentía que quería irse lo más lejos de ese horrible lugar. Las clases no eran problemas, lo era la presión social por parte de los humanos que la despreciaban al ser una zoomorfa.

A pesar de que sabía que era difícil, cada día se motivaba pensando en que, a pesar de ser duro, ese camino le traería lo que ella tanto deseaba, superarse a sí misma y ser alguien en esta vida por cuenta propia. La independencia que se había planteado como meta.

Le resultaba más qué extraño ahora el vestir un uniforme que volvía a todos semejantes. A pesar de su mayoría de edad a la de sus compañeros en toda la institución, su cuerpo no era desagradable, pues su propio metabolismo le favorecía. Sin embargo, había tenido dificultades en un principio. Si bien antes estaba en acción y alerta en todo momento cuando combatían la villania, ahora quedaba descartado. Había sido años ya de eso y su condición física no era la misma ganándose así múltiples burlas de alumnos e inclusive del propio maestro de deportes. Aún recuerda esa fatídica primera clase deportiva que tuvo en su primer periodo.

El sol aún ni siquiera salía por el horizonte al ser horas tan tempranas. Para su desgracia la clase de deportes era una de las primeras en su horario. Realmente era algo devastador para aquellos que seguían con el sueño presente.

Estaba confiada en que sería algo realmente sencillo para ella, pues después de todo había pertenecido al Team Sonic en su pasado, algo tan sencillo como una clase deportiva no debería causarle problemas. Todo lo contrario.

Para desgracia suya su primera hora era la de deportes. La mayoría de los alumnos, incluyendo a la rosada, tenían el sueño aún en sus hombros y los párpados les pesaban.

En el pasado al conformar parte de la pandilla de "héroes" estaba en constante forma debido a las batallas y azañas que todos debían cumplir a su manera. Pero eso era el pasado. Hacía ya años que eso había cambiado. Definitivamente un factor con el que no contaba la eriza pensando ingenuamente que las cosas serían sencillas para ella en algo tan simple como una clase deportiva.

El profesor llegó y sin tiempo que perder asignó a todos con la misma rutina de ejercicios después del calentamiento. Era un hombre alto y estricto, su simple voz a gritos era suficiente para mantener a todo el mundo a raya ante ser perezosos y obedecer sus órdenes a no ser que se alistaran para una nota reprobatoria o peor, recursar la materia.

El calentamiento comenzó, estiramiento, unas simples vueltas a la cancha, así como alguna otra rutina.

—Sin problemas.

Sencillo, ninguna dificultad el calentar para ella. Pero esa confianza sería cruelmente destrozada con lo que se avecinaba.

El entrenador ordenó colocarse en grupos pares con la intención de que ninguno quedara fuera de la actividad física, a excepción de aquellos que contaban con asma o alguna disfunción cardíaca.

Enseguida dió dicha orden, era de esperarse aquello que de por sí ya sería obvio. Murmullos nada discretos, quejas, el pase de su presencia mientras todos se negaban a tener a una sucia zoomorfa como compañera.

Pretendiendo que aquello no le afectaba en lo más mínimo, sólo se dedicó a esperar que ellos terminaran de debatir para cuál sería aquel "perdedor" que tendría la desgracia de ser su compañero.

«Tranquila, Amelia. No dejes que algo así te desanime. Sólo sonríe y completa el ejercicio» Se daba animos a sí misma en su mente.

—Muy bien, ahora escuchen bien porque no voy a volver a repetirlo—Advirtió él erguido hombre—. Lo que haremos será algo sencillo. Haremos una carrera con obstáculos, se formarán 4 filas con las dinas, correrán por todo este circuito hasta llegar al punto de encuentro y regresar por el mismo trayecto. Si alguno de ustedes cae en una de las trampas del circuito, espero le guste recibir una baja de 2 en la nota.