Capítulo 12 - Solo si me dejas llevarte a un bonito lugar

282 12 6
                                    

Me armé de valor y decidí salir de la habitación para ver quién se encontraba en la pequeña sala de recepción, nadie, absolutamente nadie. La puerta estaba cerrada y ni un alma estaba allí “cálmate María, te terminará dándote un ataque cardíaco si sigues así” me dispuse a volver a la habitación pero al momento de voltear hacia la puerta me choqué con algo, más bien con alguien. DEMONIOS! Alguien había entrado a mi habitación, estaba muerta de miedo y esa persona me tenía de los hombros agarrada, pero esperen… Su aroma y sus enormes manos que me sostenían me resultaban familiar, su respiración era irregular y sentía que buscaba mi mirada con la suya, yo era incapaz de levantar la mirada. No era él, no podía ser él, yo me estaba imaginando todo, esto era un sueño probablemente…

 - Es una costumbre tuya chocar con las personas? – su gruesa y ronca voz hizo que un rayo de electricidad pase por mi espina dorsal y me estremeciera, yo levanté la mirada

 - Ha… Harry! Eres tú! Lo siento – suspiré aliviada

 - Esperabas a alguien más? estás bien? Estás pálida!

 - No para nada, es por eso que me asustaste Harry – me solté de su agarre – qué haces aquí tan temprano? – me froté los ojos – sucede algo?

 - Es que acaso no puedo venir a visitar a mi amiga? – lo miré incrédula – qué? No eres mi amiga? No quieres serlo acaso? – se iba acercando – porque yo si quiero ser tu amigo

 - Ok, está bien. A qué estás jugando ahora Harry? – lo detuve poniendo mi mano en su pecho, él se detuvo y me miró extrañado

 - No juego a nada nena, relájate – me soltó una de las sonrisas más hermosas que he visto – yo solo vine a verte

 - Ya sí, alguien te mandó a que me pidas disculpas? Déjame adivinar, fue Liam? – me encaminé a mi habitación

 - Qué te sucede? – Harry me agarró del hombro y me volteó – no estoy aquí por nadie, yo vine solo, quería ver cómo habías amanecido –se quedó pensando un poco - Por qué tendría que pedirte disculpas? Te recuerdo que fuiste tú quien cayó sobre mí

 - Ya es suficiente Harry! Te he pedido disculpas cientos de veces ayer! Quieres que lo haga de nuevo? Soy una torpe, eso ya lo sé. Pero no lo hice a propósito! 

El dolor en mi mano, el miedo que sentí hace unos momentos y la falta de sueño además de Harry me estaban desesperando tenía los nervios de punta, solo quería llorar y dormir, no sabía cuánto más soportaría el miedo de ser perseguida y cargar con la cruz de haber tirado al piso a Harry Styles. Estaba temblando de la desesperación y en mis ojos empezaban a asomarse algunas lágrimas

  - Puedes, por favor, dejar de llamarte así? Cuántas veces tengo que decirte que no eres torpe, ninguna mujer lo es – se acercó a mí y me dio un abrazo – no eres una torpe. Una chica muy distraída sí, pero no una chica torpe. Por favor cálmate, no quise molestarte – apoyó su mentón en mi cabeza – solo quise ver cómo estabas, pero no quise venir sin nada así que te pedí el desayuno – tenía una mano en mi cabello y la otra frotaba tiernamente mi espalda – yo no estoy molesto porque chocaras conmigo, solo lo recuerdo para amenizar el día – sentí como sonrió – pero creo que a ti no te causa mucha gracia como a mí – besó mi coronilla – cálmate nena, estabas temblando. Estás bien?

No, no estaba bien! Yo no estaba bien, quién en su sano juicio estaría bien teniendo a Harry Styles abrazándote y reconfortándote de esa forma? Pero no era por eso que temblaba, yo estaba en shock por el abrazo, ni siquiera había correspondido a aquel abrazo, pero temblaba por otra cosa. La verdad es que tenía miedo, sí! Miedo! Sentía que en cualquier momento me encontrarían y me llevarían y eso me aterraba. Sentía miedo de estar tan cerca a un hombre, de que me esté tocando, me recordaba una de las peores cosas por las que pasé. Los brazos de Harry eran tan largos y fuertes pero increíblemente, y a pesar de todo mi miedo, él me hacía sentir protegida por lo que poco a poco empecé a calmarme, lo sentí separarse de mí y tomarme por los hombros. Mis lágrimas no llegaron a salir pero tenía los ojos vidriosos, no podía mirarlo, no así.

You Only Live OnceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora