Capítulo I

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El sol se asomaba por toda la capital del oeste. Un joven de cabellos alborotados apagaba la alarma de su reloj despertador. Pasó sus dedos por sus cansados ojos, tratando de despertar por completo. Se sentó en su cama mirando a la nada.

Con pereza se levantó de su cama y se dirigió al baño. Otro día más en el que seguía con vida. Lamentable. Cepilló sus dientes para luego darse una ducha rápida.

Optó por ponerse un pantalón, y una franela manga larga con el fin de ocultar sus cortadas. Bajó a desayunar, le sorprendió ver un plato de panqueques con jugo de naranja, su sorpresa fue sustituida por una sonrisa de felicidad. Sabía que su hermano había tomado el tiempo de hacer el desayuno para ambos y no lo iba a desperdiciar.

Era una de las pocas cosas que lo alegraban. Desde la muerte de su madre, su vida se había transformado en un infierno. Su padre se hundió en el alcohol. Cuando llegaba borracho a casa se desquitaba con el menor; dejaba su piel llena de morados y su labio algunas veces partido. Es por eso que solía esconderse cuando su padre llegaba, y no salía hasta que este se durmiera.

Su hermano era el encargado de curarlo. Él trabajaba para los dos como enfermero en un hospital, por lo tanto había días en que el menor no lo veía, debido a sus guardias y a veces cubría guardia de otros enfermeros, todo por conseguir más dinero.

El menor lo admiraba y quería demasiado, no quería perderlo, es por eso que nunca le contó como un amigo de su padre había abusado sexualmente de él. Ese desgraciado lo había amenazado con matar a su querido Raditz sí le contaba a alguien.

Fueron días de pesadilla en los que no podía conciliar el sueño, aún, después de tres años de ese incidente; no lograba cerrar esa herida por completo.

Por último, estaba la escuela. Muchos dicen que es un sitio donde se puede distraer la mente de los problemas del hogar, pero eso es más falso que ver un cerdo volar. Es sólo un infierno más, al menos para él. A diario sufre humillaciones por su orientación sexual. Sus compañeros lo discriminan, se burlan de él, e inclusive lo golpean, sí; el famoso bullying es lo que tiene que afrontar todos los días. La gota que derramó el vaso fue cuando el chico más popular de la escuela le hizo creer que también era gay, y que estaba perdidamente enamorado del joven de cabellos alborotados. Dolorosa decepción la que se llevó, una vez más fue humillado frente a todos en la escuela.

-Sólo un año más, Gokú, y saldrás de todo este dolor. Tú puedes -se animó a sí mismo.

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Nuestro joven de cabellos alborotados se encontraba en la escuela. Estaba sentado al final, sólo como siempre, desahogandose a través de sus dibujos, dibujos tristes, al igual de tristes que él.

-¡Clase, buenos días! -oyó al profesor entrar, pero simplemente lo ignoró- Espero que hayan pasado unas vacaciones estupendas; y que le echen ganas este último año en la escuela. Hoy no haremos nada más que, contar lo que hicieron en las vacaciones -escucho a los alumnos aplaudir y emocionarse, rodó los ojos mientras seguía en lo suyo- pero antes, tendremos un nuevo estudiante en está clase. Acércate -se escucharon algunos pasos caminar antes de que el profesor volviera a hablar- presentate.

-Soy Vegeta Saiyan, tengo diecisiete años y espero llevarmela bien c...

Dejó de escuchar lo que el chico nuevo decía para centrarse está vez con más fuerza en su dibujo. De seguro sería de esos típicos riquillos, hijito de mami y papi, que tenían una vida perfecta. De esos que se divierten haciendo sufrir a los demás. Seguro se llevaría muy bien con Trunks y los demás. Encajaría a la perfección con ellos. De tan solo pensar que le podían hacer entre los dos comenzaba a temblar.

-¡Hola! -Una voz lo sacó de su pensamientos, giró su cabeza a la derecha, y lo vio. Frente a él, el chico nuevo, de cabellos en forma de flama de color negro, al igual que sus ojos, una sonrisa de lado, nariz perfilada, más alto que él, ese último detalle lo intimido un poco.

-¡Oye Vegeta! Mejor no te juntes con él, a menos de que quieras volverte un desviado, y se te peguen las enfermedades que tiene, sabrá Kami cuantas son.

Reconoció esa voz. Sus ojos se llenaron de lágrimas; era su ex mejor amigo. El que prefirió sentarse con los chicos cool, que estar a su lado. El que prefirió alejarse de él cuando se enteró que había sido violado. El que utilizó esa información tan clasificada y tan delicada, para nada fácil de contar, solo para volverse popular. En ese momento de angustia y desesperación confió tanto en él, creía que lo ayudaría a sobrellevar lo que le había pasado, pero se equivocó.

Quedó con su mirada fijada en su dibujo, esperando que Vegeta se riera junto con ellos; se alejara y lo humillara también, sin embargo, eso no sucedió.

-¿qué te pasa? No hay porque juzgar a nadie por su sexualidad.

¿qué? ¿había escuchado bien? ¿El chico nuevo acababa de defenderlo?

-¿Acaso te gusta ese desviado? -preguntó con asco está vez Trunks.

-¿Qué pasa sí me gusta? ¿Acaso estás celoso? -preguntó burlón. Sacando unos: "oh" por parte de los demás compañeros.

-¿q-qué? ¡A mí no me gustan los hombres!

-Yo nunca he dicho que te gusten.

-¡Silencio, jóvenes! -gritó el profesor- ¡No voy a permitir ésta clase de comportamiento en mi clase!

-Ellos comenzaron, yo sólo defendí al chico.

-Bueno ya. Vamos a hablar de lo prometido ¿quién quiere ser el primero en contar qué hizo en las vacaciones? -Una chica alzó la mano- perfecto, joven Bulma ¿cómo la pasó?

-Que lindos dibujos ¿los haces tú? -Gokú lo miró sin decir nada. Tomó los dibujos y comenzó a guardarlos- ¡Oye no! ¡No los guardes! ¡Están muy lindos! ¡Me gustan! -Vegeta no obtuvo respuesta, así que volvió a hablar- Esos chicos... ¿siempre te molestan?

-Métete en tus propios asuntos sí sabes lo que te conviene -dijo frío y a la vez con un tono amenazante. Vegeta lo miró sorprendido

¿qué clase de compañero le había tocado?

Se frío, indiferente, no dejes que nada te afecte, y te dejarán en paz.

Un corazón rotoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora