JILL.
¿Qué demonios se creía ese bastardo para hablarle de esa manera? ¿Cómo se atrevía a preguntarle esa clase de cosas?
Dean la había jalado lejos del cretino antes de que ella pudiera devolverle el cumplido.
¿Mojigata?
¿Y a él qué le importaba si ella era una mojigata? Simplemente no estaba interesada en la mierda de sexo, chicos y fiestas. ¿Por qué debía aparentar algo que no era?
Él se podía ir al infierno. ¿Cuándo la dejaría en paz?
Cuando dejó de maldecir internamente se dio cuenta que Dean la había llevado junto a Hailie y Dekka. Ellas trataban de calmarla mientras él la regañaba por haberse metido con el cretino.
¿Cuál era su problema?
—Te he dicho millones de veces que no respondas a sus provocaciones —le reprendió el pelinegro.
¿Por qué debería callarse cuando él siempre iniciaba las malditas discusiones?
Estaba hablando malditamente bien con Jaden, que le estaba preguntando sobre su fin de semana y sobre la posibilidad de salir, cuando el cretino llegó y la miró como si ella fuera basura. Y esos horribles comentarios...
Ciertamente le dolió lo que había dicho Jaden, estaba confundida por su cambio de actitud tan repentino y también se sentía consternada porque él no parecía ser del tipo de Blake... Aunque lo había visto algunas veces junto a Brent Michaels... Había suspirado resignada porque lo creía diferente y le agradaba mucho, incluso había reflexionado un rato sobre él y había pensado en empezar a aceptar sus invitaciones para salir pero él había resultado ser igual que todos esos falsos que asistían a la academia.
Y luego esas tontas se habían metido a defender a Blake. Y él se había quedado a un lado viendo cómo se peleaban por él con esa sonrisa arrogante en sus labios. Aunque había evitado que esa gata de Amber Williams se le echara encima...
No sabía por qué había decidido responder a ese ataque cuando ella normalmente no lo hacía pero, demonios. Él estaba buscando que ella cometiera homicidio.
No lo soportaba. Le habían dado unas tremendas ganas de pegarle pero eso habría sido infantil y... ¡Ugh!
Miró mal a Dean pero decidió callarse porque él era como su hermano y lo quería mucho y no podía, o al menos no quería pelearse con él gracias al imbécil de Blake.
—Déjala en paz Dean, ella no tiene la culpa de que Matthew no se pueda portar como una persona normal —la defendió Hailie—, además, Jill no siempre puede pasar de sus comentarios. Siempre hay un límite.
Dean la fulminó con la mirada pero no respondió porque sabía que ella tenía razón.
Siempre había un límite y Blake lo estaba cruzando.
Un horrible sentimiento de impotencia y rabia la estaba inundando, lo que siempre le hacía llenar los ojos de lágrimas. No le gustaba llorar pero es que ese idiota le sacaba de sus casillas y ella no era ninguna tonta para dejarse tratar a su antojo.
Decidió ignorar el sentimiento y sacar a ese estúpido de su cabeza para poder concentrarse en sus clases de lunes.
Hailie y Dekka le animaron el día con sus divertidas conversaciones y aunque Dean estaba enojado al principio, se unió a ellas ignorando las miradas feas que las groupies les dirigían.
El miércoles cuando tuvo clase de danza moderna junto a Hailie le pidió a una chica que le caía medianamente bien un cambio de pareja. Ella no se veía molesta por ello, más bien estaba muy feliz por hacerse con Jaden.
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Without Second Chances
ChickLitEl siguiente contenido contiene lenguaje fuerte y posibles escenas para mayores, si lees lo haces bajo tu responsabilidad y la disposición para enojarte por culpa de un personaje masculino demasiado cretino, además de tener a la mano unos pañuelos p...