La pelea

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Me dio un coraje enorme al haber olvidado que estaba en días próximos de estar en tipo “desangre total” por 4 días, más coraje me daba la actitud de Edgar y su frasecita se me hacía totalmente estúpida y desagradable, sentía un cariño muy lindo hacia él, valoro el tipo de hombre que es porque él es aun de esos hombres que te dan el paso, te abren la puerta del auto o de donde sea, te besa la mano para dar las buenas noches, y en momentos que solo él sabe que pueden ser perfectos e inesperados me mandaba los mensajes más románticos y tiernos, eso era lo que más adoraba (adoro) de él no su maldita forma infantil de rematarme las cosas en la cara y con cosas que a él a veces le cuesta trabajo acoplarse, no le pido que me entienda porque créanme ese es el reto más imposible para un hombre y hasta para nosotras mismas (en serio a veces no me soporto yo o a la misma Vanessa, que es otra clase de mujer con la que convivo), pero si le pido que evalué ciertos aspectos con los cuales deberíamos de sentarnos hablar, no podemos estar “soportando” cosas que no nos parezcan, una relación es de dos personas y si sé da es porque hay comunicación entre ellas y la tengo con él solo que simplemente la mayoría de las veces quien se queda callado en ciertas ocasiones es él, siento como si lleváramos ya mucho tiempo juntos y sin embargo es nuestro primer mes, convivimos la mayor parte de día juntos no entiendo que le molesta o incomoda o quizás le inquiete, es cosa que precisamente hoy tenemos que hablar si no todo esto con sus detalles y momentos lindos se ira al traste en el momento que menos esperemos.

Después de darme otra ducha rápida le marque a Santiago necesitaba escucharlo y más aparte sabía que me seria de mucha ayuda con todo esta situación, había olvidado que me él intento comunicarse conmigo ya que primero decidí atender las dos llamadas mas embrollosas, para la otra lo pensare mejor y el primero al que le tengo que llamar es a Santiago, marque su número y al primer timbre respondió:

─ Hola Annie ¿done te metiste todo él día? Te mande un mensaje y te llame pero no respondiste, supuse que tenías un día muy ocupado.─ que diferente era esta llamada, Santi sabia darme mi espacio, no presionaba y siempre que quisiese él iba a estar ahí.

─ Oh Santi me hace tanto bien escucharte, te resumiré todo: me quede dormida cuando llegue de la escuela y mi celular se llenó de miles de mensajes y llamadas de Edgar entre ellos búsquedas de vane y también tuyas, cumplo mi primer mes con Edgar pero para colmó nos molestamos hace unos momentos, vane me ayudaría con la sorpresa para Edgar y bueno ya es hora en que no le he regresado la llamada.─ Santi me escuchaba atentamente por teléfono, cuando termine de contarle toda la pequeña tragedia del día me dijo:

─ Ok creo que ha sucedido bastante para una sola tarde, iré a tu casa espérame llego en 20 min. ¿Si?. ─ Sin pensarlo dos veces acepte que fuese a mi pequeño departamento, después de haber dicho eso colgó y yo me dispuse a dar un poco de acomodo a mi estancia.

Mi departamento no era grande, vivía en un tipo de edificio donde eran tres departamentos por sección, yo vivía en la parte de arriba, me el acceso directo al tejado y a veces podía subir y disfrutar de atardeceres; al entrar a mi departamento del lado izquierdo podrías encontrarte con una pequeña estancia para unas 4-5 personas y enseguida del lado derecho un área para el comedor hacia enfrente del comedor se localiza una pequeña cocina con el mobiliario necesario (refrigerador, estufa, microondas y fregadero) con desayunador pequeño, si sigues caminando derecho entrando en un pasillo al final de él se encuentra mi habitación con una cama matrimonial en el centro de la habitación, del lado derecho de ella está un pequeño buro y una cómoda donde localizar mi ropa y del lado izquierdo un closet con mis chamarras y suéteres con una  puerta enseguida donde ahí está el baño, esta amplio ya que es el único que tiene mi departamento, lamentablemente tienen que entrar a mi habitación para poder ir al baño.

El timbre me hizo despertar del sofá en donde estaba, apenas me adentraba en un sueño, me pare deprisa abrir la puerta y ahí estaba él Edgar con un ramo de rosas con claveles y una mirada que no lograba descifrar. Atrás de él se asomó Santi así que hice que ambos pasaran tome las rosas y Edgar enseguida me tomo en sus brazos por un momento sentí paz y el calor que destilaba su cuerpo me arropo instantáneamente, le di un delicado beso en la mejilla y me gire para saludar a Santi, él me abrazo tan fuerte que me deje ir en sus brazos así dándome un pequeño y delicado beso muy cerca de mi cuello, su abrazo era tan protector y familiar que yo sin pensar siempre me tiraría hacia su cuello para abrazarlo y que el mismo lo hiciera, les dije que sí deseaban algo que tomar y puse té negro para los tres solo que había un inconveniente, no tenía leche para acompañar ya que Edgar a veces acompañaba su té con leche, en ese instante Santiago dijo:

─ Edgar no quiero ser mal educado, pero quisiera hablar un momento a solas con Annabel.─ Sin preámbulos Edgar tomo sus cosas se levantó de su asiento y dijo que iría por la leche, sabía que algo se avecinaba, no sabía que tan bueno o malo podría ser. Me acerque a Santiago hacia el sofá y me senté aun lado de con él mirándolo fijamente a los ojos y así decirle o transmitirle mis sentimientos.

J.J. Elyn...

Agradezco nuevamente a los que apenas van siguiendo mi pequeña novela, y asi mismo invitarlos a que Opinen, comenten, sugieran y Compartan esta aventura, claro que tambien pueden votar por ella... Saludos a todos!

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