El Jardin

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En ese momento ella volteo e hizo contacto visual conmigo dándome así una cálida sonrisa, le respondí igualmente con una sonrisa y empecé a trabajar con las nuevas macetas que habían traído, el trabajo de hoy consistía en cambiar algunas flores de sus macetas a las nuevas ya que conforme van creciendo ocupan más espacio, empecé con los girasoles ya que para mí eran más fáciles de manejar. Inicie sacando la tierra de su actual maceta e iba poniéndola en la nueva maceta, aun lado de mi habían bolsas con tierra fresca pues algunas de ellas ocuparían más tierra de la que ya tenían cuando se hacia el cambio; ya llevaba dos macetas de girasoles cuando vi una pequeña silueta a un costado de mí, gire mi cabeza y me quite uno de mis audífonos y ahí estaba la joven de resortes pelirrojos diciéndome:

─ La maestra me dijo que te ayudara ¿puedo? Dice que quiere mínimo 15 macetas listas hoy y bueno por lo que veo son 30.─ se notaba entre tímida y recelosa al decirme las cosas, me imagino que es normal ya que no nos conocemos y quizás mi presentación con ceño fruncido no era muy favorable.

─ Si, claro que puedes ayudar, estaba tan concentrada que sinceramente no te escuche llegar.

─ Si lo he notado… ¿te parece si yo trabajo en los rosales y tú terminas con los girasoles?─ me dijo de manera vacilante aun no entendía su nerviosismo hacia mí, caray estoy cuidando plantitas no tragándome cerebros aquí entre las macetas, para aligerar las cosas le respondí de manera amable y dulce:

─ Ok me agrada la idea por cierto soy Annabel  ¿y tú eres…?

─Soy Susana mucho gusto, creo que ya había escuchado de ti, bueno aquí en jardinería a la maestra le agrada mucho como cuidas los lirios.─ Vaya eso era nuevo para mí no sabía que hacia un muy buen trabajo, no solo trato de cuidar las plantas o flores si no que hablo con ellas, les digo que hermosas son y cómo crecen que tan fuertes deben de ponerse, siempre he pensado que ellas (las plantas) también necesitan ese cuidado para crecer o quizás, solo quizás sea una cursi.

─ Oh Gracias por el comentario Susana no tenía conocimiento de ello, es bueno saberlo.─ al inicio cada una de las dos se enfocaba en trabajar arduamente en las macetas que nos proponíamos, después poco a poco fui haciéndole platica no podíamos estar calladas toda las 2 malditas horas. Me di cuenta que era una chica muy tímida y que no era muy dada a ser sociable pero conforme le di mi confianza ella empezó abrirse un poco más, me menciono que era la menor de dos hermanos hombres, uno de ellos se llamaba “Alexandro” así con “x” en vez de “j” se me hizo curioso y original y su otro hermano se llamaba “Andrews”, por lo visto los padres de estos chicos no querían nombres chafas y usuales para sus hijos, bueno el nombre de Susana era normal lo que no era muy común por no decir anormal era su segundo nombre “Lauregi” ese sí que me gustaba, me platico donde estudiaba y que venía de un estado vecino de la ciudad, en un momento me desconecte y me puse a pensar si ella era la chica de la noche anterior el chico de ojos caoba 1 de 2… 1.- Era uno de sus hermanos. 2.- No eran hermanos, si no novios. Y ahí venia la ¡oh decepción! Creo que eso por el momento no podría saberlo, Susana fue de muy buena ayuda y compañía quedamos en vernos la siguiente clase, trabajar juntas e ir a almorzar después de taller.

Ese día llegue muerta a mi pequeño departamento, me di una ducha rápida y caí dormida en mi cama. Recibí mensajes y llamadas y no las atendí debido a mi sueño profundo, cuando medio abrí los ojos me di cuenta que casi la mayoría de los mensajes eran de Edgar y debajo de ellos había una notificación que decía “Cumples mes con Edgar”, dios santo! Ya cumplía un mes con Edgar y yo sin verla ni temerla, no era fanática de festejar el “mes en mes” de noviazgo, no se me gustaban más los detalles espontáneos que esos obligatorio del mes así como la menstruación una maldita visita al mes, termine de despertar del todo y me di cuenta que no tenía ni un jodido detalle para Edgar y nuestro mes…

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