05. video games

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Daisy

Mis ánimos habían bajado drásticamente estos últimos días. Sólo me dedicaba a escuchar The Beatles, tirada en la cama pensando en lo extraño que era tener una vida tranquila después de tanto días llenos de problemas. Los recuerdos seguían ahí.

Bufé al escuchar cómo and I love her sonaba en mi habitación. Por si no estaba triste del todo, el toca discos se dedicaba a que lo este seguramente.

Podía apostar que mamá seguía durmiendo, y que probablemente no despierte en un rato, por lo que sólo me quedaba hacer una cosa..

Miré las cajas esparcidas alrededor de mi habitación, algunas completamente cerradas y otras en la que sobresalían las cosas dentro de ellas.

Me decidí a desempacar de una vez, aunque era una de las cosas que más odiaba. Intentaba acomodar todo lo más ordenado posible, para no tener que volver a repetir la misma acción una y otra vez.

Muñecas, ropa, accesorios y... Ponte shoe.

Miles de recuerdos me invadieron y en todos estaba papá, a mi lado antes de que todo esto suceda. Desde su muerte mamá no volvió a ser la misma, y eso lo podía comprobar cualquiera. Inclusive odiaba el Ballet.

Las tomé rápidamente guardándolas dentro de un bolso, decidida a volver a usarlas, otra vez. Y esta vez, se quedarían en mi vida.

Mire el reloj sobre mi pared que mamá había traído hace unos días, marcaban exactamente las once y diez de la mañana, relajándome por completo. Tenía tiempo de sobra para ponerme al día.

Me cambié y salí de casa completamente apresurada, no quería que nadie se entere, al menos, no por ahora.

La pregunta ahora era, si no las encontraba, ¿me acordaría de la danza? Es algo que no sabría decir con exactitud. Mientras salía de lo que vendría a ser mi patio, me puse a pensar en las consecuencias de lo que estaba por hacer, y eran muchas. ¿Las ventajas? Que sólo era si se enteraban.

Caminé y caminé en busca de un lugar tranquilo y solitario, dónde pudiera practicar nuevamente y nadie esté observándome. Pronto me detuve en un instante, ya que la calle solitaria hacia de esta experiencia aún mejor.

Me coloque las ponte shoe nuevamente, y haciendo lo necesario antes de cualquier movimiento, me levanté sobre estas, sintiendo todas las emociones que sólo lograba en el pequeño estudio de la familia de mi padre.

—Tengo una sorpresa para ti— habló papá, adentrándome a su despacho.

—¿Sorpresa?— pregunté emocionada. Mi cabello estaba recogido en un moño y el uniforme del colegio que solía ir. Papá me había retirado temprano de el.

—Tendrás tu primera rutina, Daisy— abrí mi boca impresionada. Siempre había querido salir al escenario cuando todas mis compañeras estaban allí— Y se que lo harás increíble.

Sonreí recordando cada ensayo, como a veces lloraba porque algunas posiciones  fallaban.

Las lágrimas comenzaron a caer, mientras la voz de mi papá resonaba en mi cabeza, susurrando que debía hacer, y por impulso, sólo lo seguí. Sintiéndome de ocho años otra vez.

Unos aplausos resonaron atrás mío, provocando que me giré exaltada en su dirección, limpiando rápidamente las lágrimas sobre mis mejillas. Richie estaba allí.

—Eres realmente buena, zombie — sonreí ante el halago, hace mucho no me decían algo así, siendo sincera, la única que me apoyaba era mamá y ahora es todo lo contrario.— Dicen que las que tienen flexibilidad son buenas en la cama, ¿tu lo eres?

bubblegum ; richie tozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora