02. icecream

9.9K 700 798
                                    

Daisy

Unos ojos azules se encontraban en medio de la oscuridad, observandome tan fríamente que podía sentirlo por todo mi cuerpo.

Eso estaba esperando el momento para atacar y yo no podía moverme. Nada de mi sistema parecía querer hacerme caso.

Quise gritar, pero nada salía de mí boca. Intenté caminar pero mis pies parecían estar pegados.

Unos dedos largos y fríos tocaron mi mejilla, estremeciendome por completo. Estaba a punto de apretar mi rostro entre sus manos cuando..

Abrí los ojos.

Miré a mi alrededor encontrándome sólo con cajas sin desempacar y un papel tapiz muy descuidado rodeándome. Estaba en lo que desde hace unos días era mi nueva habitación.

No sabía que hora podría ser, pero lo más probable era que sea tarde. Nos habíamos quedado hasta altas horas intentando mejorar la casa a nuestro gusto, podía decir que de cierta forma lo habíamos logrado, los malos olores se fueron por fin.

Mamá era consciente que toda la limpieza fue parte de las consecuencias por comprar una casa a tan bajo precio.

Con intención de bajar a la cocina por algo de leche, me levante sintiendo el frío suelo bajo mis pies, un escalofrío recorrió mi espina dorsal, pero preferí no hacerle caso. Si me dejaba llevar por mis suposiciones terminaría quedando loca.

La madera de las escaleras rechinaba y eso me fastidiaba, por lo que intenté bajar lo más rápido posible para evitar más ruído desagradable.

-Hola mamá- saludé en el instante que entre a la cocina, con ella de espaldas.- ¿dónde esta Kel?- pregunté mientras me sentaba en la mesada a un costado de ella. Era raro no ver a Kel alrededor de mamá todo el tiempo, en la antigüa casa tenía que desayunar observando sus asquerosos besos.

Ella desenvolvía unas tazas de una caja cerca de ella. Los papeles invadían sus costados.

-Esta cortando el césped- suspiró deteniendose para dirigir su atención completa en mi- ¿Quieres un poco de cafe?

Mi nariz se arrugo al escucharla - Prefiero leche.

Mamá tomó de una bolsa bajo de ella para sacar un cartón de leche, pasandomelo. No tardo en volver a sus cosas, más bien, a seguir desenvolviendo cosas. Sus ojos cargaban unas grandes ojeras demostrando que no había dormido en lo absoluto.

Abrí el envase y comencé a tomar desde ahí, sin necesidad de una taza, no quería tener que lavar nuevamente. Mientras, movía mis pies golpeando las puertas pequeñas debajo de mí.

Pum. Pum. Pum.

No había otra cosa que hacer, sólo me limitaba al intentar crear ritmo con mis pies.

-¿Puedes deternerte?- habló seriamente mamá, causando que mis movimientos se vuelvan nulos, mientras la observaba.- Gracias.

Hice una mueca dejando la leche a mí costado, bajandome de dónde anteriormente yacía sentada. Parece que alguien -mamá- no estaba de buen humor hoy.

Salí de la cocina dirigiendome a mi habitación nuevamente, en busca de algo de ropa, y probablemente algunas gomas de mascar, debía tener algunas.

Al llegar sólo me dispuse a abrir mi bolso, dónde tenía mi ropa, y tomé unas cuantas prendas junto a algo de dinero guardado, luego de bañarme iría a visitar la ciudad.

Me adentré al baño, dejando en un rincón mis pertenencias. El baño estaba mejor que toda la casa en general, podría decir, que se había convertido en mi lugar favorito, sólo por el simple hecho de tener agua caliente y una bañera en la cual poder sumergirme cuando quisiera relajarme.

bubblegum ; richie tozierDonde viven las historias. Descúbrelo ahora