C U A T R O

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—Vamos, estaremos contigo en todo momento —dice Kamila, acariciándome la espalda—

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—Vamos, estaremos contigo en todo momento —dice Kamila, acariciándome la espalda—. Trataremos de llegar al parque esta vez. A esta hora está solo, no hay mucha gente.

Quiero intentarlo, de verdad, quiero intentarlo. Controlo mi respiración, que ya se ha acelerado.

—¿Y si tengo un ataque de pánico? Tengo miedo.

Kamila me dedica una mirada reconfortante.

—Estaré contigo en todo momento, soy médico, ¿recuerdas? Nadie está más capacitado que yo, no dejaré que te pase nada.

«Pero puedo morir... Me pueden atropellar o alguien puede hacerme daño. ¿Y si dejo de respirar y mi hermana no puede hacer nada? ¿Y si se detiene mi corazón en medio de la calle? ¿A cuantos minutos queda el hospital más cercano?» Mi trastorno de ansiedad me bombardea la mente con mensajes fatalistas. El miedo reina por completo y siento como mi *agorafobia se intensifica y me incita a volver a casa, donde estoy segura y a salvo.

Mi hermana me toma de la mano.

—Eres una chica joven, tu corazón y pulmones están más sanos que nunca, no vas a morir. No escuches a tus pensamientos, solo camina conmigo.

Trago grueso, mi corazón martillando en mis costillas. Puedo hacer esto, de verdad puedo hacerlo. Mi hermana estudió medicina, sabe medicina general aunque se haya especializado en psiquiatría. Andy me sonríe con calidez, tomándome de la mano.

—Estaremos contigo en todo momento.

Salimos de la casa y caminamos sobre la acera a un lado de la calle. La luz de sol me ciega por un momento, afectándome la falta de costumbre a la luz solar.

Kamila habla para distraerme:

—¿Recuerdas a Drew, la perrita del vecino? Ha tenido unos cachorros preciosos.

Me esfuerzo por sonreír ligeramente.

—¿De verdad?

Ella asiente, mientras caminamos. Puedo ver el parque a la distancia.

—Sí, dijo que podías ir a verlos cuanto quisieras.

Trago grueso y siento mi pecho apretándose.

—Iré pronto.

Empiezo a pensar en toda la gente que no entiende mi condición, que alegan que los trastornos psicológicos son pura mentira y llamadas de atención. Lo he escuchado todo:

«¿Cómo de difícil puede ser salir de tu casa, por Dios?»

«Estás loca».

«Todos tenemos una vida difícil, no seas dramática».

«Solo sal, cruza la puerta y ya, no pasa nada».

«Lo que pasa es que quieres llamar la atención».

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