V E I N T E

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Mi pobre corazón late desesperado en mi pecho como si acabara de correr un maratón y no lo culpo, mas bien le agradezco que no me falle en este momento

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Mi pobre corazón late desesperado en mi pecho como si acabara de correr un maratón y no lo culpo, mas bien le agradezco que no me falle en este momento. Necesito romper este silencio porque sus ojos no dejan de mirarme, siento que me esta evaluando de pies a cabeza, poniéndole una cara a la chica con la que ha hablado todo este tiempo. Quisiera decir que su expresión me revela algo de lo que piensa sobre mi pero no hay nada, solo esa deslumbrante sonrisa que no quiere desaparecer para que pueda recuperar la cordura.

Sin poder mantener la intensidad de sus ojos, bajo la mirada y me enfoco en su camisa negra con letras en blanco que dice "Panteras, Clase del 2018." Accidentalmente, veo sus brazos, son más definidos de lo que me parecieron la primera vez que lo vi, aunque bueno eso fue a una distancia considerable. A primera vista me pareció delgado pero ahora de cerca, noto que tiene un porte atlético muy obvio de alguien que hace un deporte con intensidad.

—Klara.— dice mi nombre con lentitud, como si lo estuviera probando, —Finalmente, me enfrentas.

Trago, pero mantengo mis ojos en su camisa, —Eh... si.

Tonta, tonta, es que no puedes responder más de dos palabras, bueno, por lo menos respondiste.

Lo observo sacar las manos de sus jeans y ofrecerme una, —Mucho gusto, Klara.

Me le quedo mirando a su mano como una idiota, si le doy la mano se va a dar cuenta de lo sudada que esta. Disimuladamente, limpio mi mano con mi suéter dentro de mi bolsillo frontal de la sudadera antes de tomar la suya y siento cosquillas en mi estomago.

Él aprieta mi mano ligeramente, —Un honor, misteriosa K.

Suelto su mano tan rápido como puedo, no se que decir o que hacer, tenerlo frente a mi es algo que aun me tiene desorientada, Kang habla con tranquilidad, —Ey, solo soy yo.

Levanto la mirada para encontrar la calma en sus ojos, —Soy yo, Kang, el chico con el que has hablado un montón las pasadas semanas, no soy un desconocido, no hay razón para que tengas miedo.

—No tengo miedo.

Él suelta una risita, —¿De verdad? Porque luces aterrorizada, te prometo que no soy un asesino en serie.

Mis labios tiemblan un poco mientras hablo, Dios, estoy tan nerviosa, —Eso es algo que un asesino en serie diría.

Kang aprieta sus labios, disimulando una sonrisa, que lindos labios tiene.

Él levanta su mano, —Prometo que no voy a asesinarte y enterrar tu cuerpo en las montañas de nieve rodeando al escuela.

—Guao, eso me hace sentir mucho más segura.

—Me alegro,— hace una pausa, —Así que,— y se mueve a un lado para descansar su hombro contra la pared, —¿Has estado aquí mismo en esta escuela todo este tiempo?

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