Me quedo mirando la pantalla del teléfono por mucho tiempo. No puedo moverme, no puedo hacer nada. ¿Leí bien? Debo estar soñando o algo así. Me limpio los ojos con las manos varias veces, pero el mensaje sigue estando ahí.
«¿Kang? ¿Kang me envió un mensaje? ¿Cómo? ¿Por qué?», las preguntas retumban en mi cabeza.
Esa ligera barrera entre platónico y realidad está siendo cruzada y me aterra, ¿Debería responderle? ¿O no?
Yo:
¿Kang?
¿Del programa Sigue mi voz?
Desconocido:
El mismo.
Lamento enviarte de esta forma, no quiero asustarte.
Yo:
¿Cómo tienes mi número?
Él:
Lo tomé del teléfono del programa.
Yo:
¿Por qué?
Él:
No lo sé, K.
¿Qué clase de respuesta es esa? Mi corazón está al borde del colapso. Estoy hablando con Kang, el chico dueño de la voz que se ha convertido en mi refugio por tanto tiempo.
Yo:
Esa no es una buena respuesta.
Kang:
Lo sé, supongo que tenía curiosidad sobre ti.
Yo:
¿Curiosidad por una seguidora de tu programa?
Kang:
Sí...
Yo:
¿Es esto algo que haces con todas las chicas que siguen tu programa?
Kang:
No, solo contigo.
Un extraño cosquilleo revuelve mi estómago ¿De verdad esto esta pasando?
Yo:
¿Por qué?
Kang:
Ya te lo dije, curiosidad.
Yo:
¿Cómo sé que de verdad eres Kang?
Kang:
Pregúntame lo que quieras.
Pongo una uña entre los dientes, pensando algo que preguntar.
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Sigue Mi Voz ✔️(En librerías)
Teen Fiction[COMPLETADA] ¿Es posible enamorarse de alguien sin conocerlo? ¿Sin haberlo visto? ¿Es posible desarrollar sentimientos por una persona que solo has escuchado? Klara encontrará la respuesta a esas preguntas, escuchando con dedicación todo los días su...