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¢αρíтυlσ 2 | мєямαι∂s

     «Piensa en algo, piensa en algo

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     «Piensa en algo, piensa en algo... » ya podía imaginarme la expresión que tendría dibujada en la cara. Los ojos abiertos de par en par y una sonrisa vacilante que me haría ver más estúpida que de costumbre.

     ¿Cuántos minutos habían pasado ya? ¿Diez? ¿Quince? ¿Doscientos? No podía saberlo, mi mente se había quedado atascada como el mecanismo de reloj con un tornillo atorado entre sus engranajes.

     ¿Qué iba a hacer? ¿Estaría él preguntándose porque estoy hablando con un chico medio pez? Oh, por supuesto que sí, ¿quién no se lo preguntaría? Suspiré. Jungkook era sumamente escéptico, su mente estaría trabajando para buscarle la lógica a lo que estaba viendo en estos momentos. Solo necesitaría un pequeño empujón de mi parte, es decir, una pequeña mentira.

     Muy pequeña.

     — ¡Kookie! Ah... Jaja... —y ahí estaba, mi estúpida risa nerviosa, si seguía así, él notaría que algo andaba mal. Debía relajarme, vamos, no era tan difícil— oh, ¡m-me alegro de que estés aquí!

     Jungkook arqueó una ceja en señal de confusión.

     — ¿Y eso? ¿Quién es este tío? ¿Y por qué lleva una cola? ¿Es uno de esos raritos que siguen sin superar las Sirenas de Makko? —rió de forma burlona al decirlo. El cuerpo de Jimin se tensó, ¿estaba enojado o asustado? Le dediqué una mirada fugaz, y aún así, seguí sin poder descifrarlo.

     — Su nombre es Jimin, y ah... E-es vegano.

     Dios mío, yo, Rebecca Madison Wallace, acababa de cagarla de una forma muy triste. ¿Vegano? ¿En serio? ¿Vegano? ¿Fue lo mejor que mi cerebro pudo inventar? Se acabó, tenía que pegarme un tiro por estúpida.

     — Oh... Eso... Explica muchas cosas Becky... —dijo JungKook con tono sarcástico.

     El silencio se apoderó de la estancia durante unos largos e incomodantes segundos. Mi mirada viajaba por toda la estancia, tratando de no toparse con los ojos de ninguno de los dos.

     — Entonces me voy, solo venía a devolverte los apuntes de química —dijo Kook, quien, con un ágil movimiento, se había desprendido de su mochila.

     Mi rostro inconforme al oír que el pelinegro ya se marchaba debía ser muy notable, ya que el tritón quien momentos antes descansaba con los brazos sobre mi regazo, se había alejado de mí generando varias ondas en el agua.

     — Os dejaré solos, —jamás había visto a Jimin de aquella forma, tenía el ceño fruncido, está definitivamente enojado. Nunca había visto a Jimin enojado. Su ahora pesada mirada, recayó en mí, ¿le había caído mal JungKook? ¿Por qué?— te veo esta noche, Becky.

     — Pero, Ji-jimin...

     Ignorando mis palabras, se sumergió al completo, empleando su gran cola escamada, se impulsó hasta una cavidad situada al fondo de mi piscina, difícilmente visible desde la superficie, ésta era un nexo entre el agua del lago y el agua de aquí.

     — Un amigo muy interesante... —declaró el pelinegro tomando asiento a mi lado.

     — Sí...

     Estiré los labios, nerviosa, habíamos tenido suerte, podría haber sido peor, podría haber visto a Jimin usando sus poderes. Eso hubiera sido una gran catástrofe.

     — Hey, —Kook hizo chocar su hombro con el mío de manera suave para llamar mi atención— ¿estás bien? ¿Te pasa algo? Pareces preocupada.

     — ¿Ah? ¡No! No. No me pasa nada, estoy bien JungKook —reí por lo bajo.

     — Genial, porque tengo algo para ti, —podría jurar que había oído a mi cuello crujir estruendosamente al girar la cabeza rápidamente para mirarle— wow, jamás te había visto tan interesada en algo.

     — ¡Oye! —fingí ofenderme mientras contenía la risa.

     Jungkook sonrió rebuscando en los bolsillos de sus pantalones de deporte, de la marca PUMA, a veces me preguntaba de donde sacaba el dinero para comprar tanta ropa de marca, si solo vivía con su abuelo.

     — ¡Aquí está! —contemplé el papelito azulado y rectangular que había sacado— entradas para la competición de natación. Me gustaría que fueras a apoyarme.

     Esbocé una sonrisa, pocas veces había tenido la oportunidad de ver a Jungkook competir, las competiciones habían sido siempre en otras ciudades y mis únicos medios de transporte eran una bicicleta rosa palo y mis debiluchas piernas.

     — ¡Claro que iré a ver al “Gran Rey de las Aguas ”! —dije disponiéndome a tomar la entrada de su mano, pero justo en el instante el que la mía rozó la suya, me retuvo.

     Levanté la vista, encontrándome con la de Jungkook y tragué saliva.

     — ¿Recuerdas la promesa que nos hicimos cuando éramos niños? —fruncí el ceño confusa, comenzando a escarbar en mi memoria en busca de los recuerdos de mi infancia— Prometiste concederme dos deseos si ganaba el oro. Y yo prometí regalarte la medalla.

     Entonces lo recordé, deseaba apartar la mirada de Jungkook, pero la de él era demasiado intensa, nos encontrábamos tan cerca, que podía notar con facilidad su cálido aliento  sobre mis labios, que temblaban a cada palabra que decía.

     — ¿C-cuáles son tus deseos? —pregunté.

     — Lo sabrás cuando tengas la medalla colgando de tu cuello.










Hehehe... Hola... Cuanto tiempo sin vernos, ¿eh? Por favor, ¡no me peguéis!

Siento tardar taaaanto en actualizar, haré los capítulos así de cortos para que me sea más fácil actualizar, ¡nos vemos dentro de año y medio! Ah no, era bromi, ahsjsbsjs, los amos, chau ♡.

Mermaids. «JM vs JK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora