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¢αρíтυlσ 1 | мєямαι∂s

— Las sirenas son criaturas marinas mitológicas pertenecientes a las leyendas y al folclore

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Las sirenas son criaturas marinas mitológicas pertenecientes a las leyendas y al folclore. Originalmente, en la Antigüedad clásica, se las representaba como seres híbridos con rostro o torso de mujer y...

— Oh por favor, no puedo más...–confesé para luego frotar mis ojos con fuerza.

Resoplé con pesadez inclinándome hacia delante para poder apoyar mi cara sobre el libro. Sólo quince minutos, quince minutos más y podré volver a casa.

Cabía destacar que me gustaba la mitología, es más, la amaba y la sigo amando, pero lo que se me hacía insoportable a veces, era la monótona y aburrida voz del profesor Dickens, podía asegurar que ese hombre estaba muerto por dentro, lo notaba en su mirada, ojeras de treinta centímetros de largo, ojos color café, y una mirada perdida —obvio, tenía los ojos bizcos—, seguro que era de esos que utilizan calcetines con sandalias.

Aquel individuo podía estar narrando la historia más divertida del mundo, pero con esa manera de expresarlo todo, te daría la impresión de estar en misa —una de gente adinerada, esa gente sólo viene a mostrar ropa y a competir por quien tiene el niño que aguanta más tiempo despierto en la iglesia—.

A partir de la Edad Media adquirieron apariencia pisciforme: hermosas mujeres con cola de pez en lugar de piernas que moraban en las profundidades. En ambos casos se les atribuía una irresistible voz melodiosa con la que atraían fatalmente a los marineros...

— Su voz es tan insípida e insufrible como la del traductor de Google...–se atrevió a decir mi compañero, pero, para su sorpresa, yo no había sido la única en oírlo, contuve la risa y posé mis ojos sobre el profesor, era la primera vez en mi vida que había visto al profesor Dickens así, al parecer su voz era un tema delicado.

— Señor Jeon JungShook, ya sabe a donde tiene que ir,–mis cejas se fruncieron, no precisamente por enojo, sino por el hecho de que cada vez era más difícil contener la risa.

— Es JungKook, no JungShook,–dije tratando de mantener un semblante serio.

— ¿Quiere usted salir al pasillo también?–amenazó Dickens.

— Ah no, no. Perdone usted.

Mi compañero de mesa se levantó de mala gana haciendo rechinar con levedad la silla, molesto, susurró algo que no pude comprender y sin ni siquiera mirar atrás salió del aula dando un leve portazo tras de sí.

— El chino se ha metido en problemas...–dijo una chica justo detrás mía. La miré con una ceja enarcada y ella me devolvió una falsa sonrisa, desafiante, por supuesto.

— No es chino. Es coreano. Ignorante.–dije con total confianza.

— Sea coreano, japonés o chino, todos comen perros y gatos, para mí son todos iguales...

Mermaids. «JM vs JK»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora