Capítulo XIV

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ADVERTENCIA: Si eres una persona muy sensible y que no te gusta la violencia y los contenidos fuertes, por favor no leas este capítulo y si lo lees es bajo vuestra responsabilidad.

Los personajes le pertenecen al grandioso Oda. Comencemos.

Capítulo 14

Todo estaba en completo silencio, muy extraño para ser la hora que era, seguramente su capitán debería estar exigiendo al cocinero pervertido un montón de carne, la bruja gritando por molestar, que los más infantiles animaran golpeando la mesa para ser atendidos rápidos y Sanji mandando todos al infierno excepto a sus queridas damas.

Era muy extraño, pero mentalmente agradecía esos momentos de silencio.

Un rayo de sol se coló por la ventana de su habitación golpeando directamente en el ojo del peliverde. Intento ignorar ese maldito rayo de sol volteando su cuerpo en posición lateral.

Lentamente empezó a abrió el ojo al notar una presencia a su lado. Su vista estaba nublada a causa del cansancio, pero poco a poco recupero su nitidez, enfrente de él vio una sonrisa dulce y risueña, acompañada de unos ojos azules tan profundos como el mar que le observaba como si fuera la cosa más importante en su vida. Su cabellera negra esparcía un delicioso aroma a cerezo. Ella hundió sus dedos en la cabellera del joven, una simple acaricia le basto para sonreírla como un completo idiota, era un sueño hecho en realidad. Quería levantarse con ese rostro cada día hasta el fin de sus días.

-Espadachín.- pronuncio sin perder detalle de sus labios al pronunciar su apodo. Sonaba tan dulce como una nana de cuna.

-Robin. - nombro en silencio saboreando ese pequeño rincón de paz.

Pero eso duro muy poco, demasiado cortó y bruco si preguntáis al peliverde, de repente sintió una mano fría y unas uñas extremadamente largas y coloridas que parecían garras, que se le clavaban en su mejilla derecha.

-Buenos días grandullón.- Zoro quedo en shock. No estaba Robin, delante de sus narices se encontraba una mujer desconocida de la misma edad que él, totalmente desnuda y que al parecer no tenía ganas de camuflar su bronceada piel donde se notaba sus huesos por falta de alimentación y que sus pechos eran de silicona. -¿Cómo te sientes?- se incorporó demostrando su completa desnudez.

Al segundo de observarla la primera pregunta que se le paso por la cabeza fue:

¿Cómo me he podido acostar con una mujer como esta si no es mi estilo de mujer?

Es decir, no se arrepentía para nada a verse acostado con esa mujer, que ni siquiera sabía su nombre y habían intercambiado dos simples frases, sino que a Zoro no le gustaba las chicas súper delgadas y con un montón de maquillaje, es decir, que no se fijaría en ese tipo de belleza. El solo tenía ojos para

De forma fría, miro el reloj de su mesilla ignorando a la supermodelo, marcaban las 8:30 AM. Extraño, a esas horas tenía que haber un montón de escándalo pero no se escuchaba ni a una mosca, pero que más le daba.

La chica gateo hasta donde estaba sentado el peliverde para comenzar a morder su hombro y cuello con violencia. Él lo permitió, su mente estaba en otro sitio, mejor dicho, en otro tiempo.

-¿Lo pasaste bien, Espadachín?- pregunto insinuando su siguiente carta. En ese momento un clip apareció en Zoro, una punzada de dolor aprecio sin ninguna razón a escuchar el apodo que siempre utilizaba la morena.

-Si.- simplemente afirmo enfadado. No se arrepentía de a verlo hecho.

Observo en la mesilla de su cama un envoltorio de preservativos, esta vez había tenido suerte y no había cometido una estupidez como la última vez.

 ‼️Que empiece el juego.‼️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora