Capítulo VII

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Gente os lo aviso estoy muy pervertida esta semana y así pasa que escribo estos capítulos. bueno os dejo leer.

Capitulo 7.

Los primeros rayos del sol se colaban por la ventana chocando en el rostro del peliverde que dormía plácidamente como si fuera un niño pequeño.

Hacía un calor bestial, era sofocante e insoportable que las sabanas estarían en el suelo o a saber o pegadas en su cuerpo a causa del sudor, pero no era eso por lo que se obligó a abrir los parpados. Sentía algo cálido pero agradable, un aroma a flores exóticas y cerezas les inundaban sus fosas nasales y a la vez algo blandito.

Abrió los ojos lentamente, su cuerpo estaba cubierto de sudor. Este tiempo era insoportable. Por la noche hacia un frio que se te calaba hasta los huesos y por el día hacía un calor que te derretía. Pero esto era normal en el Nuevo Mundo. Este tiempo estaba totalmente loco. El cambio climático afecta hasta en One Piece. Tenemos que cuidar el medio ambiente si queréis que Luffy encuentre el One Piece. Jajajaja

Se sorprendió al ver la escena que tenía delante de sus narices. Robin, la morena que estaba secretamente enamorado de ella, se encontraba abrazándole y utilizando su pecho como almohada. Dormía profundamente y de una forma tan Kawai, que le derritió al peliverde. Parecía que no había roto un plato en su vida. Estaba hermosa, verla con la boca de forma de O y abrazada a él como si dependiera de su vida.

Tan centrado estaba en lo hermosa que se encontraba que no percato de que ella estaba en ropa interior acompañado de gotas de sudor por todo su cuerpo perlándola y siendo lo más excitante que había visto en su vida.

Dios si es que estaba muy buena, eso pechos que eran prisioneros de ese diminuto sujetador que no dejaba fluir a la imaginación, su abdomen plano y sus curvas de infarto, sus largas y perladas piernas y su glúteos enormes y redondos. Y las gotas de sudor recorriendo cada curva de su cuerpo, que por una vez en su vida tuvo envidia de algo tan insignificante. Joder si esa mujer era un imán para cualquier hombre.

Cualquiera posaría su mirada, pero a el no le importaba eso, el reconoce que tenía un cuerpo de infarto, pero él se fijaba más en lo inteligente que era, pero más sus ojos azules era lo que le enamoraba cada vez más.

Recorrió con la mirada cada curva de su cuerpo, que sin darse cuenta hubo una consecuencia.

De repente sintió que algo se erguía y se endurecía, una parte que se situaba en su entrepierna. Se asunto al ver como algo empezaba a surgir entre sus calzoncillos. No podía ser. De repente los nervios se hicieron presente y más cuando la morena se movió levemente tensándose al máximo creyendo que se iba a despertar. Por suerte no se había despertado, y era raro ya que tenía el sueño ligero no como él.

No podía ser, Zoro tenía una erección enorme y dolorosa. Nunca le había pasado ya que el deseo relacionado con el sexo le era insignificante, solo tenía ojos para su sueño y para nada más, pero Zoro no es de piedra y bueno tener a un pibon al lado suyo

No sabía qué hacer, nunca le había pasado, ignoraba ese impulso con entrenamientos extremos y meditación, pero ahora lo tenía complicado, ya que ella parecía que no tenía intención de soltarle y cada vez que la veía su pene se ponía más dura. Y ahora que lo pensaba si alguien entrara sin avisar, ya sabemos a quién nos referimos, lo podrían interpretar mal, pero muy mal.

Debía librarse de la arqueóloga pero como, él no se quería apartar de ella, era una oportunidad única, pero cada vez le dolía más y si ella le pillaba acabaría echando por la borda su plan y su relación de solo amigos.

Con suavidad y lentitud fue separando sus brazos para que se diera la vuelta, pero en el primer intento ella se negó a separarse, prefería estar escuchando su respiración y el sonido de su corazón. El, en otro momento, no le hubiera importado pero ahora era una situación de vida o muerte.

 ‼️Que empiece el juego.‼️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora