2. Sam

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Teníamos un largo camino hasta Madrid, unas 5 horas. Nosotros vivimos, o vivíamos hasta entonces, en Santander, una pequeña y bonita ciudad al norte de España. Nuestro avión salía a las 5 de la tarde del día siguiente pero Will prefería ir un día antes y dormir en un hotel.

El dinero nunca había sido un problema para nosotros, Will era un abogado muy importante de España, por lo que siempre estaba viajando y no estaba mucho en casa, y mi madre era su secretaria. Lo bueno de que trabajaran en el mismo bufete es que al trasladar a Will hicieron lo mismo con mi madre. Decidimos aceptar el mudarnos ya que Will se convirtiría en el jefe del bufete  AST, uno de los más importantes de todo el planeta.

Miré mi móvil con la esperanza de encontrar algún mensaje de Oliver, mi novio con el que llevo un año, pero nada, supongo que estaría con sus amigos. Por un momento pensé en lo difícil que sería la relación a distancia, pero nos prometimos intentarlo por lo menos, también recordé el hecho de no ver mas a mi grupo de amigos. Todos estos pensamientos hicieron que una lágrima rodara por mi mejilla llamando la atención de Zac.

-Sam, ¿estás bien? - me giré y  vi que su mirada reflejaba tristeza, pero más que por él, por mí. Zac odiaba verme llorar- No pienses en el resto ahora, piensa en todo lo bueno que te espera en California.

-Es que les voy a echar mucho de menos, no sé pero siento que mi vida se queda allí y una parte de mi también.

-Eso es normal pero piensa que ahora podrás empezar tu vida de cero y todos esos errores que cometiste en España no estarán,podrás ser un libro en blanco donde tu escribes quien quieres ser-me dijo mientras extendía los brazos para darme un abrazo, me acerque y se lo acepé. Siempre tenía las palabras perfectas y el abrazo en el momento idóneo, era una de las mejores cualidades de mi hermano.

Zac era un joven de 17 años, era alto, moreno y de ojos azules, la verdad es que nos parecíamos en gran parte físicamente ya que yo era morena de ojos verdes pero bajita y en el aspecto psicológico eramos iguales. Era mi gran apoyo, nos lo contábamos todo, para nosotros nunca hubo ningún secreto. También es bastante celoso y muy pero muy protector, una vez espantó al cartero pensando que era mi novio, el cartero no quería pasar por nuestra casa y tenían que ir nuestros padres a la oficina a buscar el correo, hasta que se lo expliqué.

Me abracé tan fuerte a mi hermano que me quedé dormida antes de poder pestañear y cuando quise darme cuenta Zac me estaba despertando porque habíamos llegado ya a Madrid.

TODO CAMBIA POR ALGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora