My almost Sweet Puppy [BNHA] [Katsuki Bakugou x Lectora]

Capítulo 7

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Katsuki dio vueltas en la cama de dos plazas, jadeando por lo bajo. Todo su cuerpo esta ardiendo, culpa de la época de celo. Hay una fina capa de transpiración sobre su piel y tiene los ojos entrecerrados. Se había quitado la camiseta, y a medida que se acercaba al baño, apoyándose en los objetos más cercanos, se fue desprendiendo de los pantalones de cuero negro. 

Lleno la tina con agua fría hasta el tope y dejó caer su cuerpo con pesadez. Es una fiebre que no le permite pensar, solo quiere la maldita pastilla. De esa forma este infierno dentro de su cuerpo iba a calmarse. 

Pero Midnight no se lo permitía, jamás lo dejará. Disfrutaba verlo sufrir.

Lo mantuvo encerrado durante los días de celo, siendo los últimos los peores. Las oleadas de calor lo dejaban en el suelo quejándose de dolor, en un estado de total debilidad. Su dueña había enviado a una de las mucamas para que el pudiera utilizarla a su antojo, creyendo que así podría aliviarse un poco. 

Pero Katsuki con la fuerza que tenía hizo lo posible para asustarla. 

No quería acostarse con nadie por culpa de su estado. 

Dejó que el agua fría lo calme un poco, suspirando con lentitud. El techo del baño es blanco, como casi toda la decoración del mismo. Se sujeto del borde de la tina, quedando sentado. Remojo varias veces el cabello rubio junto con el rostro. 

En ese momento donde creyó que por fin iba a poder relajarse, después de estar todo un día despierto, la puerta del baño se abrió de par en par. 

Midnight se veía sonriente desde el marco de la puerta, con un collar negro entre sus manos. 

—¿Que tal si jugamos un poco, Katsu-chan? —llegó el aroma de ella a su nariz y gruño, fue su lado animal el que produjo tal sonido. 

Porque él nunca querría acostarse con esa persona. 

—Alejate de mi —las garras rasgaron el material de la tina con tanta facilidad, que por un momento creyó ver un toque de temor en los ojos de la azabache. 

Pero que fue reemplazada por la sonrisa más sádica que vio en su vida. 

Los pelos de la cola se erizaron y las pequeñas orejas se pegaron a su cabeza, pronto enseñando los dientes. Midnight sigue igual que siempre, utilizando ropas lujosas, las uñas de color carmesí. El cabello largo hasta la cintura y zapatos de tacón. 

Kirishima le dio un ligero empujón, murmurando por lo bajo que el se haría cargo de este cliente. Pudo oler perfectamente el miedo en Katsuki, cosa que lo sorprendió. El rubio parecía del tipo de no tenerle miedo a nada. El híbrido canino se alejó del lugar, aclarando que iba a tomarse diez minutos de descanso. 

El aire fresco lo recibió con los brazos abiertos, y contuvo las ganas de gritar allí mismo. 

—Ah, Katsu-chan, sigues igual de siempre. Creí haberte enseñado a tener autocontrol —se dio cuenta que tiene un anillo dorado en su cuarto dedo. La observó, preguntandose quien seria el pobre desgraciado que aceptó casarse con ella —. Me sorprende verte por aquí —dio dos pasos seguros hacia el, pero Katsuki enseguida enseñó los dientes—. Oh, no seria bueno que armes una escena aquí afuera, ¿verdad?