Capítulo 3

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Llevo unas almendras con chocolate a la boca, atenta al capítulo que está mirando. No fue hace mucho que se enamoró de esta serie de Netflix, para el final de la tarde seguramente la terminaba. 

Dentro de poco iba a cumplirse un mes, un mes desde que vive con Katsuki, su híbrido. 

Desde la primera salida que tuvieron al parque –porque las anteriores veces que Katsuki salió a caminar fue solo, ocultando sus orejas y cola– se volvió una costumbre. Aunque sea dos veces a la semana, caminaban por el parque, a veces charlando de cosas sin importancia. Por ejemplo, que cenaran en la noche, la universidad de (T/n) y un poco sobre la familia del rubio. 

(T/n) encontro esas salidas casi terapéuticas. Y Katsuki noto que la palidez de su piel iba desapareciendo. 

Ahora, hablemos de la relación de ambos. Ya que es un poco extraña. 

Desayunan juntos –a veces, cuando Katsuki no está de malhumor– almorzaban juntos solo los sábados y domingos, porque (T/n) estudia durante la semana. Y bueno, la cena depende. Katsuki no siempre tiene hambre, a pesar de que es hombre. Así que la castaña solo lo dejaba ser, insistia si no había almorzado. 

Las conversaciones entre ellos son cortas, muchas veces las palabras son innecesarias porque con acciones se comprenden. Así que en ese punto tienen buena química. Katsuki aprecia el silencio de (T/n) y que no sea odiosa. Y la chica adora que sin decirle nada, el rubio haga cosas en el departamento. Ya sea limpiar, o lavar los platos. El también cooperaba con el cuidado del hogar.

Hasta tienen la confianza suficiente como para maldecirse entre ellos. 

—Katsuki, eres una perra —había dicho una vez, cuando le ganó jugando a un juego en la Play. 

Aquello había salido con tanta naturalidad de su tímida boca que hasta el rubio se vio tomado por sorpresa. Enseguida una vena roja apareció en su frente, junto con sus típicos gritos que le recordaban al agudo ladrido de un Pomerania. 

—¿Que dijiste, desgraciada? ¿Quieres pelear? ¡¿Eh?! 

Cuando Katsuki terminaba en este estado de histeria total, podía llegar a causar dos emociones en ella; miedo o risa. Casi siempre una mezcla extraña entre ambos. 

Sintió un golpe en la nuca y chillo adolorida. Katsuki sostiene en su mano derecha el teléfono, junto con una mueca en su rostro. Bajo la mirada, sintiendo las mejillas enrojecer. Todavía no se acostumbra del todo a verlo a la cara, hace poco le dijo que odiaba que no lo mire directamente. 

—¿Quien es? —preguntó, mientras tomaba el aparato. El rubio se encogió de hombros, sin importarle mucho. 

—Una tal ocha-no-se-cuanto 

Rodó los ojos ante su comentario, pegando el teléfono a la oreja. —¿Ochako? ¿Que pasa? 

¿Podemos ir de visita hoy? Iba a decirte que vengas aquí...pero acabo de escuchar como habla Katsuki —ahogó una risa al imaginar el rostro de su mejor amiga—¿Tiene mal humor, verdad? Oh mi pobre (T/n)..

—Está bien, podemos ir a tu casa. De todas formas no estamos haciendo nada hoy, y será bueno para el interactuar con otros híbridos, sobre todo si conoce a Deku. 

Creyó escuchar la voz de Deku en el fondo, diciendo que era mala idea. 

—De acuerdo, te esperamos aquí~ ¡No tardes! 

My almost Sweet Puppy [BNHA] [Katsuki Bakugou x Lectora]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora