cáncer. changlix

Capítulo 1

—¡Changbin hyung! Se tiene que abrigar maldita sea, desde hace unas semanas está con esa tos molesta —el menor lo miró con las cejas fruncidas, haciendo un leve puchero—. Debería ir al médico, hyung.

—Félix, he dicho que no. Estoy bien, ¿Si? Solo es una simple tos, nada fuera de lo común.

El menor gruñó, realmente le preocupaba su hyung. Estaba por seguir protestando, pero Changbin habló.

—Y tú también deberías cuidarte más, ¿vale? Desde el día en que fuimos a comprar ese tonto ramen por la noche, estás pálido y te noto débil...

—Estoy bien. —Habló molesto.

Changbin rodó los ojos ante la corta respuesta del menor, pero se abstuvo de pronunciar algo sarcástico y simplemente lo abrazó.

Ambos se sonrojaron.

—¿Hy-hyung?

—Estoy bien, Lix —el mayor acortó la distancia entre ambos y le dió un suave beso en los labios al menor—. Te quiero, te quiero, te quiero, te quiero.

Félix le sonrió feliz, observando cuán bonito es su hyung.

—Realmente eres precioso...

El mayor sonrió coqueto, y se mordió el labio, sabiendo que esa era una de las tantas perdiciones del menor.

—Hyung, sabe que me pongo tonto cuando usted hace eso, por favor pare. —Habló sonrojado y nervioso, evitando con todo su ser observar sus labios.

Changbin rió, sabiendo que logró su cometido. Se mordió el labio una vez más, y luego atacó el cuello del menor, dando besitos y dejando leves marcas.

—¡C-Changbin! ¡Oh!

—Te gusta, ¿o me equivoco?

—No, no... No se equivoca. —pronunció y lanzó un leve gemido. El menor realmente era débil ante Changbin.

—Lo sé —dijo para luego morder el cuello y después darle besos por todo el rostro—. Los chicos nos esperaban, tenemos que ir, Lix.

—Maldición, ellos pueden esperar, hyung.

—No, ya hicimos eso varias veces, amor. Después nos vemos y estaremos los dos solos. ¿Sí?

—Pero ya será tarde... Siempre terminamos tarde cuando ensayamos... —dijo haciendo puchero.

Changbin le dió un rápido beso en los labios y se levantó, ofreciéndole la mano al menor.

—¿Vamos?

Félix sonrió de costado, y a su pesar, tomó la mano ofrecida.— Vamos.

—Pareces un necesitado.—rió el mayor.

—¡Changbin! —Lo golpeó en broma.

—Lo siento, lo siento. —Carcajeó.

(•••)

A Félix le dolía demasiado el oído, muchísimo, pero no diría nada ya que su hyung se preocuparía y él sería el que iría al médico.

No no, simplemente es culpa de escuchar la música alta cuando estoy con los audífonos.

—¿Hyung? ¿Está bien?

Volteó la cabeza y vió a Jeongin levantando la vista hacia él, con el semblante preocupado.

—Jeonginnie, sí lo estoy, ¿por qué lo dices? —le sonrió.