Capítulo 14

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—¡Félix! —gritó feliz, sin importarle las miradas iracundas que le lanzaron.

Corrió hasta la puerta, la abrió y vió como una sonrisa se posaba en la carita del menor.

—¡Félix, mierda! —sus ojos ya estaban listos para llorar, la felicidad que sentía era tan increíble e indescriptible, que no sabía cómo era posible que quepa en su cuerpo —¡Has despertado, Lix! ¡Realmente despertaste! —cerró la puerta y se tiró sobre el piso, apoyándose en sus rodillas y tapando con sus manos su rostro —has despertado... —habló mientras lágrimas no dejaban de caer.

—Ah, hyung... ¿Es que acaso creía que se iba a librar de mí, así tan rápido? ¿Como es posible? —trató de bromear, pero su corazoncito se encogió al ver la forma en que lloraba su hyung —hy-hyung... —sus ojos comenzaban a picar, también llenándose de lagrimitas.

El mayor se levantó y corrió a abrazarlo, obviamente con cuidado, no quería lastimarlo —Te extrañé demasiado... Me hiciste muchísima falta, mi bebé, mucha mucha falta —habló con dificultad —estos días han sido tan duros sin tu presencia... Me ha dolido muchísimo entrar y ver que tus ojitos tan preciosos seguían cerrados, parecían sellados, como si no fuesen a abrirse jamás —habló con dolor en la voz, tratando de abrazarlo aún más, de sentir su calor, su presencia.

—Hyung... Realmente lo siento, no sé qué me pasó, yo... No le quise ocasionar tanto daño, lo siento mucho, por favor perdóneme —habló, también tratando de abrazarlo aún más, intentando estar lo más cerca posible de él, de su novio, de la persona más linda que existía, quien lo seguía acompañando en sus momentos más duros.

—¿Realmente estás pidiendo disculpas? —trató de reír —No es nada, bebé, realmente no me interesa absolutamente nada, más que saber que tú estás despierto —se aferró a él, cerrando los ojos —te necesité tanto...

Félix percibía el dolor en sus palabras, y la felicidad también, era una mezcla rara, pero poco le interesó —míreme, por favor míreme —ambos se separaron y se miraron a los ojos. Cualquiera que los observe podría notar todo el amor que se transmitían simplemente con una mirada —estoy aquí y no me iré más, ¿está bien? No me iré y estaré aquí con usted, hasta el fin de nuestros días

Changbin no podía hacer otra cosa más que llorar, saber que su angel estaba ahí, nuevamente con él, mirándolo a los ojos, lo hacía tan feliz que sentía que todo era un sueño.

El rubio no se resistió y se acercó lentamente hacia el rostro del mayor, quien terminó acortando la distancia entre ambos y lo besó delicadamente, chocando sus labios suavemente, temiendo a hacerle daño.

Pero Félix hizo lo contrario, lo besó desesperado, necesitando y extrañando sus pequeños labios carnosos, suavecitos como la porcelana, de vez en cuando separándose unos segundos, para respirar y volver a besarlo, dándole pequeñas caricias sobre la mejilla al mayor.

—Te extrañé —habló entre el beso —demasiado —y nuevamente lágrimas caían de los ojitos del mayor, haciendo que sea un beso salado.

—Lo siento, hyung, no lo dejaré nunca más

Pero eso era algo que simplemente el destino sabría.

[•••]

—¡Félix hyung! —corrió el maknae a abrazarlo, luego de tantos días sin poder verlo, verlo ya despierto le traía una inmensa felicidad.

—Jeonginnie —sonrió mientras cerraba los ojitos, acariciando la espalda del menor.

—Lo extrañé, hyung —se alejó con los ojos brillando por las lágrimas que abundaban en ellos —todos lo hemos hecho, y Changbin hyung aún más —hizo puchero

cáncer. changlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora