Capítulo 32

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Esther

Aún mantengo mi frialdad, así que para todos mis amigos y familia nada me sigue importando, crédulos.

Decidí ir a el pozo que me arruinó los sentimientos y me hizo una loca desquiciada, ah, no... Aún no.

Caminé por el parque y el bosque llegando a esa cosa. Lo miré saqué una moneda y la arrojé.

—Quiero que Mark se enamore de mí.

Las aguas que estaban adentro del pozo se empiezan a mover y una voz grave sale del pozo.

—Usted, ya ha pedido un deseo... Si desea que éste se cumpla debes darme una vida a cambio y arrojarla a mí...

—¿También hablas? Bueno, no me importa. Escucha pedazo de antigüedad asquerosa, te traeré la vida de Anne McCain.

—Ya veo... Estaré preparando las posibilidades para que ese chico se enamore de ti... Debes traer el cuerpo de la chica mañana a las 12 pm. Si no la traes a esa hora el deseo tendrá menos posibilidades de cumplirse y si quieres que se cumpla dependerá más de ti que de mí. Los deseos cumplidos cuestan caro, señorita.

Haré lo posible—. Luego esa cosa deja de hablar y yo me retiro del bosque.

Llegando a mi casa Mark y Anne me invitaron a ir al parque al otro día, yo necesitaba planear el asesinato, pero como va Anne tendré un atajo. Lo malo es que tendré que soportar que se ponga pesada con Mark y blah, blah, blah, ash.

Pero esto tendrá un buen final.

Valdrá la pena, seré felíz finalmente...

Cuidado Con Lo Que DeseasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora