- Pondré la música.
- Oh no, Thomas. Esta vez la pondré yo -dije quitándole el celular.
Entré a Spotify, y abrí una playlist de Charlie Puth. Comenzamos con ‘See you again’, si es tan triste como nuestra vida social.
- Ahora si. Kyle, ve a arreglar tu habitación. Yo iré a la mía.
Asintió y desapareció por el marco de la suya. Yo entré a la mía y empecé a arreglar primero la cama tarareando el coro de la canción.
Arreglé los libros en el estante, y empecé a barrer toda la basura que estaba allí. La canción pasó a ‘We don't talk anymore’ y me tapé los oídos porque sabía que Kyle...
- ¡We don talk anymore!
Cantaría.
Y claro, él no es bueno con esto.
Sus desafinados y gallos se hicieron presentes hasta que terminé de arreglar mi ropa en el armario, con un par de orejeras ayudando a que no se me destrozaran los tímpanos.
Al fin la canción terminó, y me quité las orejeras suspirando aliviada.
- ¡Ya terminé Di! -gritó emocionado. Siempre se ponía así cuando hacíamos la limpieza.
- Vale, vale. Cállate un momento, te toca limpiar el baño ahora. Ve.
Me miró ofendido y abrió su boca para hablar pero lo interrumpí.
- Romperé el Play Station en tres...
Salió caminando lentamente sin decir nada.
- Dos...
Apuró sus pasos un poco.
- Uno... Le pasará lo mismo que a tu computadora, Thomas.
Corrió tropezando hacia el baño y yo sólo hice un gesto de victoria con mi brazo. Empezó a sonar ‘Suffer’ y fuí a la cocina para ordenarla y limpiarla. Lavé los platos y las tazas de ayer, y saqué hasta la mas mínima grasa de la pileta.
- Di, ya terminé -dijo Kyle con la respiración cansada.
- ¿Estas cansado? -pregunté dándole un vaso con agua- Toma.
- Gracias.Miré hacia el reloj y me sorprendí muchísimo por lo rápido que había pasado el tiempo. Eran las tres de la tarde, y aún no habíamos almorzado.
- ¿Ordenamos comida china? -pregunté lavándome las manos.
- Dale -afirmó llamando al restaurante. Veinte minutos después, tocaron la puerta.
Kyle fue a recibir el pedido y luego entró con dos cajitas que tenían la comida en ellas. Le arrebaté una y busqué los palillos.
- Se ve rico -dijo oliendo los fideos.
- No se ve, lo es -respondí dando un bocado.
Pasamos la charla riendo y charlando, hasta que nos aburrimos bastante.
- Hey Di.
- ¿Mhm?
- Juguemos un juego.
Volteé mi cabeza hacia el y asentí repetidas veces mientras me acomodaba delante suyo.
- Vale. ¿Cual?
- ¿Verdad o reto Di?
Me lo pensé un momento, hasta que decidí la opción.
- Verdad.
Me miró pícaramente, el sabía que esta era su oportunidad para sacarme mis mas profundos secretos.
- ¿Cual fue el ultimo cliente por el que tuviste un crush?
Lo miré sorprendida. ¿Como diablos era que sabía que yo tenia un flechazo con algunos clientes?
- Oh sí, Melvi Diana Aigner, habla ya -añadió entrecerrando sus ojos.
Me lo pensé por un lapso de dos minutos. Recordé a todos los que me había encontrado, hasta que me pareció ver uno en especial.
La persona que había atendido ayer.
- No me dijo su nombre, y ni siquiera alcanzamos a intercambiar un saludo. ¿Recuerdas al último de ayer?
- Claro, todos lo conocen.
Lo mire confundida y levanté mis hombros. Yo no lo conocía.
- Oh vamos Diana. Seguro lo viste en la televisión.
Negué con la cabeza.
- ¿Periódicos?
Volví a negar con una mueca.
- ¿Facebook?
Ladeé mi labio inferior y negué nuevamente.
- Esta bien -dijo rodando los ojos- Es Frank Lee, el fotógrafo. Es hijo de Jeanette Thompson, directora del instituto-internado más reconocido de Londres.
- No sabia nada de él -dije restándole importancia- ¿Verdad o reto?
- Reto.
Lo miré amenazadoramente y me levanté.
- Saldrás a la calle, y cantarás una canción en el parque. Por cierto, debes tocar la guitarra.
Negó repetidas veces y se levantó también, quedando en frente mío.
- Diana...
- Oh, vamos Ky. Es tu reto -interrumpí dirigiéndome hacía la guitarra que estaba al lado de mi puff favorito- Vamos al parque y harás tu show allí.
Bufó y tomó la guitarra desganado.
- ¿Cual cantaré?
- Hmmms... Strings de Shawn Mendes -me miro con el rostro desencajado- ¡Andale Kyle!
- Aaaaaaargh -gruñó cuando salimos del apartamento- ¡¿Por qué?!
Lo miré e hice un ademán con la mano para que caminara hacia la salida. Obedeció y nos dirigimos al parque, mas o menos quedaba a cinco cuadras del lugar, y tuve que aguantar cinco cuadras a Kyle, rogando porque no hubiera gente allí.
- Di, tu sabes que no canto bien.
Patrañas, puras patrañas. Lo escuché cantar una vez.
Cuando fuí al supermercado para comprar algunos víveres y regresé, lo escuché hacerlo. Tiene una hermosa voz, por no presumir, aunque a veces se hace a que no tiene por miedo de lo que llegaran a pensar si lo escuchan.- Ya lo veremos Thomas.
Llegamos al centro del parque, y nos acomodamos debajo de un árbol. Sacó la guitarra y empezó a afinarla.
- Di...
- ¡Hola a todos! -grité llamando la atención de unos cuantos- Mi amigo va a interpretar una canción y espero que les guste. No pregunten porqué, solo... Disfrútenlo -dije guiñándoles el ojo.
- Diana, recuérdame asesinarte en la casa -murmuró tocando las primeras notas.
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Cupcake de Cereza.
RandomCafetería "Paradise", 3:30 P.M. - Un capuchino y un cupcake de cereza, por favor.