Prólogo:

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-¡Ya voy mamá! - Digo gritandole a mi madre desde mi habitación.

¡Que mujer mas alterada!

Bajo corriendo la escalera con la ridícula maleta de Gucci que me compró mi madre y que por supuesto me obliga a llevar, me dirijo hacía el Mercedes que me espera en la entrada con mi madre ya dentro, retocandose los labios por enésima vez.

Me siento y miro por la ventanilla la última vista que tendré de mi casa...

-¡Elisabeth, derecha!

Grita mi madre al ver que estoy con la espalda doblada y no recta como las "señoritas", según ella dice.

-Uff... - digo poniéndome recta y los ojos en blanco.

-Ni uff ni aff Elisabeth, ya te lo tengo dicho muchas veces, ¡por el amor de Dios! ¿Nunca vas aprender?¡culo asiento, espalda respaldo! -grita exasperada...,Como siempre...

-Si mamá -digo sin ganas- miro por mi ventanilla y veo a los chicos y chicas sulfeando en Venice Beach, la playa en la que me bañ... No bueno.. Me bañaba...

Lo que queda de agosto lo pasaré en más ni menos que en ¡Inglaterra! Genial... Casi todo el día lloviendo... En... Leicetar... Leocestar...

-Cielo, estoy segura de que en Leicester estarás muy bien.

¡Eso es!, ¡Leicester!

-Claro mamá.

Mi madre sonríe orgullosa por mi educadísima respuesta.

Minutos depues llegamos a LAX, para que me entendáis, es el arepuerto principal en Los Angeles.

Henry el chófer de mi madre y de James, por desgracias mi "padrastro".

Como decía Henry me baja la maleta, yo le sonrío y el me devuelve la sonrisa, cuando voy sola con él, hablamos a veces y me cae muy bien.

Una vez pasado el control del aeropuerto, mi madre me abraza de repente y empieza con sus dramas.

-Ay mi niña un año sin verte... ¡Que voy hacer sin ti!

Estar super ocupadita con James por el cual dejastes a mi padre, seguro que no os aburris.. - Pienso con malicia.

-Mamá, la gente nos mira raro...

-Tienes razón. -dice quitandose como si nada.

-Cariño espero que tengas un buen viaje, ya sabes que James y yo te pagamos todos los viajes para que vengas a visitarnos... ¡Y no olvides llamarme cada día!

-Si mamá. -respondo como siempre.

-Así me gusta mi chica educadita. -dice mi madre sonriendo y cojiendome los mofletes como si fuera una niña pequeña.

-Pasajeros del vuelo 136 de la compañía aérea Américan Airlines con destino Londres, pueden empezar su embarque por la puerta 13, gracias. - dice una suave voz por el micrófono.

-Mamá tengo que irme ya o perderé el avión.

-Si cielo, cuidate mucho.

Por un momento sonrío sincera y la abrazo, es muy exagerada y mandona, a veces muyyy pesada pero al fin y al cabo es mi madre y la hechare de menos.

-Te quiero. - digo en su oido cerrando los ojos con fuerza.

-Y yo mi princesa. -dice mi madre en el mismo tono que yo y noto como los ojos me arden, ¡pero no voy a llorar!

Conociendo a mi madre empezaria ella también a llorar y los de seguridad nos tendrían que sacar.

Me separo sonriendole con cariño - Adios mamá.

Unos metros detrás nuestra, esta Henry con su cara seria y sus gafas de sol negras.

-Adios Henry. - Le digo sonriendole del mismo modo que a mi madre.

Henry también sonríe.

-Adios y buen viaje señorita Brent.

Me giro y empiezo a andar sin mirar atrás... No quiero ni pensar... No puedo llorar...Tengo que ser fuerte... Esta vez sí.
No es una opción, es una obligación.

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