Estoy pensando en todo, cuando entra el profesor, y para mi sorpresa, es ese tal señor Kenner.
El me mira, pero no veo sorpresa en su miarada, antes mi padre dijo aula 17 y el se debió de dar cuenta que iba a ir a la aula, en la que el daría clase.
-Buenos días chicos, como sabéis soy el profesor Jonh Kenner, soy maestro de matemáticas, y este curso sere vuestro tutor.
Entonces posa su mirada en mi.
-Señorita Brent, ¿Le han dicho alguna vez que tiene toda la cara de su padre, Jordan?
Al escuchar el nombre todos empieza a murmurar, y yo trago saliva.
Será cabron, el maestro....
Eso si, una cosa tengo clara, si antes me miraban era o porque era nueva o por la ropa... Pero no por ser hija del director...porque de eso por lo que veo no sabian nada, hasta ahora.
-No -digo tan bajito que ni yo me esucho.
-¿Cómo? -dice haciendo el gesto de que no ha entendido la respuesta, cuando si lo ha hecho. -Señorita Brent, póngase de pie y presentese porfavor, todos la queremos conocer.
Parte mala: se descojona.
Parte buena: se lanza a pegarle.
Trago saliva una vez más y con piernas temblorosas salgo a la pizarra, miro y veo que todos me miran, pero eso no es nada nuevo, e inscoccientemente miro al final, donde se había sentado ese chico y los demás, estan los 3 mirándome con cara de eres penosa, excepto el ultimo chico, el de ojos verdes y aroma a menta, ese me clava la mirada intentando descifrar algún tipo de jeroglífico, yo no consigo descifrar su mirada, pero poco a poco noto como curva los labios, no es una sonrisa bonita, es como si se estuviera riendo con toda esta situación.
-Bueno, pues... me llamo Elisabeth, tengo 17 años... Y vengo de California para quedarme un año.
Cuando escuchan la palabra California empiezana abuchearme y ha reirse.
-Uhhhh. -Nos queremos americanas.
Dice la voz de un chico que esta en la tercera fila.
-Chicos callaros. -le dice el profesor a sus alumnos, con una sonrisa en la cara.
Dios mio, lo ha hecho aposta.
Sin esperar a que me lo diga el, me siento sintiéndome un poquito mas humillada... Si es que podía, estarlo más claro...
El profesor pasa lista, y empieza a nombrar a personas.
Veo como la chica rubia que va con Zoe levanta la mano cuando el profesor la nombra, se llama Kaitlyn.
Entonces lo nombran a el.
Nathan West.
Asi se llama...
Toda la hora la pasamos recordando algunas operaciones matemáticas... Y yo intento no mirar para atrás.
Cuando toca el timbre, salgo yo la primera y empiezo a andar rápido para llegar a algún sitio, antes de que el pasillo se vuelva a llenar.
Llego a lo que parece el comedor, que ya esta lleno por cierto, me compro un zumo de piña en un bote brick de cristal.
Me siento en una mesa yo sola, no creo que me dejen sentarme con nadie y tampoco creo que nadie se quiera sentar conmigo.
Acto seguido cojo el zumo e intento abrirlo, pero nada, no hay manera, estoy matandome para abrirlo, cuando alguien se pone frente a mi, haciendo sombra y poniendo los brazos a ambos lados de la mesa.
Levanto la vista poco a poco y la boca se me hace agua cuando veo que es ese tal Nathan, que esta frente a mi sonriendome.
-¿Necesitas ayuda? Te veo un poco apurada.
No entiendo a que se refiere hasta que caigo en la cuenta de que se refiere al zumo, sonrio educada y se lo doy.
-Si, por favor.
El sonrie y dice:
-Este es el truquito de los tres golpes mágicos. -dice golpeando el zumo en la mesa, para acto seguido dármelo con una sonrisa.
-Gra-gracias.
-De nada. -dice giñandome un ojo y marchándose.
Me quedo mirandolo ilusionada... Hasta que veo que choca la mano con Alexander que se encuentra junto a Zoe y Kaitlyn riendose, el al llegar, también se descojona, los tres últimos me miran riendose y veo como Alexander repite el gesto de su amigo los "toquecitos mágicos" y se rien aún más, también escucho como dicen:
-No es capaz ni de abrir un zumo.
Esto es todo lo que me quedaba por ver hoy, se acabó, ya me han humillado suficiente, como para que lo hagan frente a mi cara, como si nada, me levanto de mi sitio y me dirijo a la papelera, para tirar el zumo.
Se me han quitado las ganas de beber o comer.
Me odio por esto... Pero... No me puedo ir sin antes girarme... Y entonces lo veo a el... Solo a el, mirandome y noto como su mirada se ha oscurecido... Noto un escalofrío que me recorre mi columna vertebral y me pone los pelos de punta...
Debería irme de aqui, así que soy yo la que rompe el contacto de nuestras miradas y.... me voy.
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TODA MI VIDA
Dla nastolatkówElisabeth Brent es recatada, empollona, educada... vive en Los Angeles, su vida es perfecta hasta que se tiene que mudar a Inglaterra un año para vivir con su padre director de un instituto llamado Beacon Hills, donde conocerá a Nathan West el típic...