— Bueno chica, me encantó pasar mi tarde contigo.— cruzó la puerta y se volteo para mirarme.— Ojalá se repita pronto.
La sonrisa de su rostro aparentaba ser sincera, aunque no confió mucho en él.
— Lo mismo digo.— le sonreí.
— Hasta mañana.— saludó con su mano y se metió en su departamento.
Bien, ahora solo resta acomodar todo y dormir. Mañana será un largo día.
Cerré la puerta y me dirigí a mi cuarto, necesito una ducha, ya.
El timbre sonó interrumpiendo mi plan. ¡¿Y ahora qué?!
Caminé y abrí la puerta.
— Nunca me diste tu número de teléfono.— rascó su nuca sonriente.
— Nunca dije que te lo daría.— cerré la puerta en su cara.
Adam seguía tocando el timbre, que molesto. Me metí en el baño y me dispuse a ducharme.
El timbre ya no se escuchaba por lo que creo se cansó y se fue. Gracias al cielo, por fin. No voy negar que es sumamente divertido y que me gustó su compañía, pero ahora mismo solo me está molestando.
Bien, mañana será otro día.
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La chica de la cinta negra.
Teen Fiction- Oye, tú.- una voz nada familiar sonó en mis oídos.- Tú, la chica de las flores en la cabeza.- me voltee lentamente para ver a un chico castaño de ojos cafés. - ¿Me hablas a mí? - pregunté. - Sí, verás...- dudó un poco.- esos chicos de allá, - seña...