Ya pasaron 2 días desde que Luke se fue. Lo extraño bastante aunque ayer me entretuvo toda la tarde hablando por Skype y WhatsApp.
Estaba en la universidad en clase de derecho.
Hoy llegó una chica nueva a mi clase de economía, se sentó junto a mí y hablamos un poco antes de que empezara la clase, me agrado demasiado y entramos en confianza bastante rápido, se llama Sam.
Me hablo sobre su novio, que además, por lo que entendí, va a la misma universidad pero está en otra carrera.
También me dijo que últimamente estaba sintiendo cosas por una chica, por lo que sospechaba que era lesbiana o, por lo menos, bisexual. Además, me comento sobre su vida, como que le encanta el rap y el anime.
No podía esperar más para contarle a Luke sobre esto, de seguro le agradara saber que no estoy sola en la universidad, ya que Sam, como era nueva, me pidió que estuviéramos juntas, cosa que me agrada porque así Andrew ya no me encontraría sola.
Ayer, mientras estaba guardando mis cosas para irme del establecimiento me lo encontré, como siempre se insinúo pero tuve la suerte de encontrar a un compañero de clase que lo alejó de mí y me acompañó a casa después; obviamente se lo conté a Luke y me regañó porque lo obligue a irse y estuvo sermoneandome durante una o dos horas.
***
— ¡Eso es genial!
— Lo sé, al menos ya no estoy sola.— le sonreí.
— Yo no quería dejarte enana.— me hizo puchero.— Pero, es lindo poder ver tu rostro hermoso.— se acercó de más a la pantalla y fijo su mirada en ella.
— Tonto.— me sonroje.
— ¡AH! Mi corazón.— se tiró hacia atrás en su cama y cubrió su cara con sus manos.— ¡No hagas eso! — gritó.
— ¡¿Qué es lo que pasa?! ¿Hijo, estás bien? — se vio a una Marta muy apurada entrar al cuarto de Luke.
— ¡Mírala mamá! ¡¿No es hermosa así?!
La madre de Luke miró la pantalla y sonrió al verme.
— Esa niña es hermosa siempre, Lucas. Ahora deja de gritar.— rió.— Hola querida, ¿Cómo estás? Hace tiempo no veía tu dulce rostro.— me sonrió.
— Estoy bien, ¿Y usted cómo está, señora? — le correspondí sonriendo.
— Estoy bien, gracias por preocuparte preciosa.— miró a Luke.— Hijo, debo irme, te dejé comida en el refrigerador, ¿Está bien?
— Claro, mamá. Gracias.— le sonrió como un niño pequeño y su madre besó su frente.
— Eres un tonto.— solté una vez que salió de la habitación.
— Lo sé, hermosa.— sonrió.
***
La música no dejaba dormir a nadie. Maldito Adam, te odio.
Me levante frustrada, después de intentar dormir por al menos 3 horas, y me dirigí al departamento de al lado para pedir que al menos bajen el volumen.
Toque el timbre reiteradas veces hasta que la puerta se abrió, pero no la abrió quien precisamente esperaba.
— ¡Preciosa! ¿Vienes a la fiesta? — apestaba a alcohol y se notaba que estaba borracho.
— ¿Puedes llamar a Adam? Por favor.— cruce mis brazos.
— ¿Por qué no entras y lo buscas tú? — me miró, demasiado para mi gusto.
Idiota.
Entré en el departamento y el olor a alcohol inundó mis fosas nasales. Totalmente asqueada comencé a buscar al dueño del lugar.
El estúpido de Andrew estuvo siguiéndome desde que traspase la puerta.
— ¿Sabes? Estás muy linda hoy...
— ¡Adam!
El nombrado se volteo y me miró sorprendido.
— ¿Qué sucede, chica de la cinta negra? — sonrió.
Bien, por lo menos está sobrio.
— ¿Puedes bajar un poco la música? Por favor.
— Estaba por echar a todos acabo de llegar y me encuentro con esto, lo siento.
Me sorprendí de sus palabras, así que él no es el organizador. No me extraña que sea Andrew.
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La chica de la cinta negra.
Teen Fiction- Oye, tú.- una voz nada familiar sonó en mis oídos.- Tú, la chica de las flores en la cabeza.- me voltee lentamente para ver a un chico castaño de ojos cafés. - ¿Me hablas a mí? - pregunté. - Sí, verás...- dudó un poco.- esos chicos de allá, - seña...