Capítulo 2

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                                                                         [...]


Al instante me arrepiento, porque de pie delante de mí está el playboy siempre sórdido Jeon Jungkook. Cabello avellana, corto por los lados, enmarcando su parecido a un zorro, astutos ojos color marrón claro y  cejas afiladas. Todo en él es musculoso; extremidades delgadas y dedos largos. Tiene un tatuaje de una serpiente enrollada alrededor de una daga decorada en su cuello, solo escondido un poco en su chaqueta de cuero. Su sonrisa es parecida a la de una rata. Sus pantalones son rectos, negros azabache y deshilachados en las rodillas con demasiadas caídas. Huele como a whisky, canela y metal caliente.

-Hola, guapo, ¿estás bien? -pregunta Jungkook-. Estás un poco pálido.

-Y-yo... estoy bien -me fuerzo a decir-. Tengo que irme.

Los ojos claros de Jungkook revolotean para mirar a Lee.

-¡Oye, señor! No estaba siendo muy toquetón otra vez, ¿cierto?

Lee se estira a su máxima altura, aún siendo cien centímetros más pequeño que Jungkook.

-No sé de qué está hablando. Jimin y yo estábamos conversando sobre sus calificaciones. No es como si usted supiera algo sobre notas, pandillero.

Jungkook hace un sonido de "tsk-tsk" y camina hacia Lee. Observo con asombro cómo Lee rápidamente pierde toda su bravuconería y se contrae, retrocediendo contra la pared para alejarse del chico que se acerca en cuero y vaqueros.

-¡No me toques! -vocifera Lee-. Llamaré a seguridad.

-Aw, vamos loco. Ambos sabemos que no lo harás. Además, seguridad me ama, ¿sabes? Quiero decir, tienen que amarme, ya que me ven tanto. Puede que no sea el palo más inteligente del grupo, puede que no consiga sus preciosas As o lo que sea, pero sé lo que las personas aman, ¿bien? Seguridad me ama. Tú amas a las chicos lindos. Específicamente, a tus propios malditos estudiantes, que confían en ti para que les enseñes y les guíes. Oh, hombre, eso solo te pone como ninguna otra cosa, ¿no es así? Chicos dulces e inocentes como ese. -Jungkook mira hacia mí, luego hacia Lee-.¡Míralo! Él no sabe nada sobre las enfermas fantasías de mierda que tienes detrás de esos brillantes ojos, porque nunca ha tenido un desgraciado como tú al control de sus calificaciones.

-Por favor, p-por favor -tartamudea Lee-. No lo haré de nuevo. Te juro que...

-¡Lo juraste la última vez! -Jungkook levanta su voz con un rugido cortés-. ¡Y la última vez antes de eso! Demonios, es casi como si no estuvieras jurándome nada, ¡señor! Tal vez tendré que decirle a alguien importante sobre toda ésta mierda que estás causando.

Lee comienza a sudar. Estoy inmovilizado, incrédulo. Jungkook ha logrado reducir a un hombre que le dobla la edad a un insignificante en menos de treinta segundos. Pero Lee de repente se relaja, su rostro serio de nuevo.

-Nadie va a creerle a un drogadicto rechazado como tú -gruñe. Jungkook se inclina, con los ojos brillantes.

-La manera en como lo veo, es un cincuenta a cincuenta. Haz la prueba si es que te sientes con suerte, viejo de mierda.

Jungkook se da la vuelta y viene hacía mí y Lee se queda callado durante un segundo antes de decir:

-Espera, espera. ¡Detente!

Jungkook me mira, poniendo los ojos en blanco de una manera que dice "este hombre es una pérdida de mí tiempo" y se gira hacia él.

-¿Qué pasa, abuelito?

The education of Park Jimin (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora