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Josh respiraba tranquilo el aire helado de aquella mañana oscura y fría, pasando sus manos lentamente por las murallas mientras caminaba a paso lento y tranquilo.

Disfrutaba cada paso que daba y cada fibra que tocaba de esas toscas murallas.

Josh sacó de su bolso que siempre le acompañaba a todos lados, una brocha, pequeños frascos de pintura, spray,y por último un pequeño sucio y viejo paño color rojo.

Se sentía emocionado, con la adrenalina corriendo por su cuerpo.
Sabía, él estaba totalmente consiente de que todo esto era ilegal pero poco le importaba porque daría un significado a su lienzo, a esa insípida pared. Le daría importancia y estilo. Le daría vida. Como el solía pensar de sus obras.

La pared era perfecta, blanca y pura sin ninguna imperfección a la vista, se contuvo las ganas de empezar de inmediato porqué primero tenía que asegurarse que nadie lo viera. Dió un vistazo a los lados para asegurarse, miró su reloj, tres de la mañana en punto, nadie andaría por ahí “Uno que otro borracho a esta hora, no presentaría muchos problemas” se dijo, para tomar una gran bocanada de aire, cerrar los ojos y expulsar todo el aire contenido.

“¡Bien, comencemos!”

decidido gritó mentalmente para luego tomar la brocha y sin chistar destapó los colores y todo comenzó.

La danza y el espectáculo de colores vivos y espontáneos, como la misma persona que los plasma.
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Tyler tenía sus típicas noches en la cuales su boca se secaba y su garganta rogaba por agua. Tanto es así, que despertaba tociendo por la falta de saliva en su garganta.

Se levantó, miró a la pequeña cómoda que contenía un vaso vacío, al notar que no contenía nada frunció el seño.

Enojado y traicionado por su vasito de emergencia, lo agarró y bajó las escaleras.
Caminó a la cocina para llenar el vaso con agua, esa noche en particular hacía mucho frío en comparación a la noche anterior, pero Tyler pensó que le daría calor mucha ropa encima, solo llevaba un pantalón marrón corto que le llegaba casi hasta las rodillas junto con una camiseta de mangas cortas holgada blanca, tan poca ropa lo hacía temblar.

Pero algo lo hizo temblar mucho más.

Escuchó a las afuera de su casa sonidos de latas, tomó rápido su vaso de agua, casi ahogándose.

“Ay dios, no creo que sea un ladrón”

Silencio.

Tranquilo Joseph, tú eres un hombre con agallas, puedes hacerlo, andá a revisar”

Tyler lentamente, como quién no quiere la cosa abrió la puerta principal saliendo al patio, y ahí escuchó el típico “Tsss” de las latas de spray.
Abrió la puerta para salir a la calle sin hacer ruido. Asomó su cabeza.

Quedó complemente helado.

Era un joven, completamente de negro, con un cabello rojo hermoso y desareglado. Pero pintando sobre su muralla antes blanca.

“¿Q-Que estás ha-haciendo a mi mu-muralla?” dijo levantando la voz, el castaño tiritaba sobre su puesto, afuera hacia el doble de frío que en casa, temblaba no solo por frío, tenía miedo, mucho miedo.

Josh lo miró con ojos como platos, lo habían descubierto.
Encima el propietario de su ex-lienzo era nada menos que su mesero favorito del café cerca de su casa,...y quizás algo más.

Sonrojado tomó sus cosas rápido y las metió en su bolso, se paró sin dar explicaciones y se fue a pasos rápidos, casi corriendo, sabía que em contrario no lo perseguiriá

Tyler no sabía que hacer, ¿podía denunciarlo? ¿Lo haría?
Miró a su muralla nuevamente, era increíble lo que el sujeto pintó.

Flores de todos los tipos en armonía con el fondo totalmente blanco, parece casi real, contenia todos  los detalles preciso de cada flor. Flores que expresaban la ternura de la persona que las pintó, pero al lado de las flores se encontraba algo sin pintar, era una silueta de un joven. El castaño no notó ese detalle.

Tyler seguía maravillado con el aspecto de su nueva  y cambiada muralla

el pelirrojo sin saber, hizo muy feliz a su mesero favorito.

Creo que no iré con la policía” dijo Tyler por última vez para entrar de nuevo a su casa.

Grafiti ‹‹Joshler››Donde viven las historias. Descúbrelo ahora