- Estaremos juntos siempre, Ali... Algún día escaparemos de este horrible orfanato, y pasearemos por las calles, iremos al cine juntos y haremos cosas como las parejas normales... -Walt me miró sonriendo mostrándome esos blancos dientes, esa perfecta y hermosa sonrisa que tanto me enamoraba- Tú y yo, Ali... Te amo. -Le miré embobada sin saber cómo reaccionar al escuchar esas palabras. ¿Mi crush acababa de decir que éramos pareja?
- Y-yo... Walt... -No me salieron las palabras así que decidí contestar con un largo, tierno y dulce beso.
Al terminar nos separamos unos centímetros, de repente mis manos depositadas en su cintura estaban completamente llenas de sangre, abrí los ojos aterrorizada mientras Walt me miraba de forma acusadora.
- ¿Por qué, Ali? Confié en ti... Y tú me asesinaste... ¿Por qué me hiciste esto? A mí, el único que permaneció siempre a tu lado... ¡Eres un maldito monstruo!
En ese mismo instante abrí los ojos mientras pequeñas lágrimas resbalaban por mi mejilla, pasé unos minutos sollozando mientras miraba al suelo, pero al recordar el sueño bonito, al recordar mi promesa sobre salir de ese lugar respiré hondo. Mi joven cuerpo estaba lleno de cortes, heridas y cicatrices, estaréis pensando que no deberían haberme quedado marcas por eso de la autocuración lobuna, pero... Chicos y chicas, permitidme que os haga una revelación, las cosas no funcionan así, habían sido demasiados golpes, demasiadas puñaladas, latigazos... En fin, demasiada tortura como para que una simple loba, que os recuerdo aún no se controla ni un poquito, se curase.
Respiraba entrecortadamente haciendo alguna que otra mueca de dolor, el único sonido que podía escuchar era el repiqueteo de las gotas de sangre que se precipitaban al suelo desde mis heridas. Miré a todos lados intentando encontrar una forma de soltarme de mis ataduras, una forma de abandonar esa maldita verja de la que estaba colgada desde hacía unas pocas semanas... Nadie entendía cómo la pequeña niña Cassidy había podido soportar tanta torturar sin quebrarse del todo, estaba claro que en muchas ocasiones había llorado ¿Quién no lo haría en mi situación? Pero siempre me había repuesto.
A los pocos minutos de que yo despertase Eddy, mi torturador durante ese corto, para mí eterno, periodo de tiempo entró por la gran puerta de acero, la cual parecía demasiado dura para que yo pudiese romperla y escapar, sin embargo... Mi cabecita comenzó a idear un plan a medida que Eddy se acercaba a mí como había hecho tantas veces, me miraba con esa sonrisa burlona, dios... Le odio tanto...
- Buenos días, pequeña, veo que ya has despertado -Se acercó y examinó mis heridas, ladeó la cabeza y me miró a los ojos. Se veía algo de incredulidad en su mirada, pero él ocultaba bastante bien sus sentimientos.
- ¿Sorprendido? No moriré tan fácilmente -Le miré seria, estaba cansada de estar colgada, había tomado una decisión y la llevaría a cabo, para bien o para mal, viva o en una bolsa para cadáveres, hoy mismo iba a salir de ese infierno. Él asintió para después comenzar a reír mirándome.
-Eres bastante dura, pequeña niña... Alice Cassidy ¿Quién nos iba a decir que serías tan resistente? -Volvió a reír y de acercó.- Hoy vamos a probar algo nuevo, lobita... -Eddy sabía perfectamente que me enfurecía que me llamasen así, al segundo siguiente hizo algo que me desconcertó del todo, no me esperaba eso...
Me soltó, con lo cual caí de rodillas haciendo una mueca de dolor para terminar cayendo del todo al suelo, dejé la cabeza apoyada en el suelo e hice una gran mueca de dolor, tenía todo el cuerpo agarrotado. Vi cómo Eddy se arrodillaba delante de mí para mirarme a la cara de cerca, claro está, sin haber borrado esa sonrisa burlona de su rostro.
- Arriba, Alice, vamos, demuestra que mereces seguir viva... Pelearemos, y si consigues derribarme tendrás una gran recompensa. -Abrí mis ojos más de lo normal al escuchar esa propuesta ¿Estaría siendo sincero y jugaría limpio o, por el contrario, sería una trampa para poder matarme a la vez que divertirse? Y la pregunta más importante... ¿Tendría yo, en ese estado tan deprimente, alguna posibilidad de vencer en una lucha a ese hombre teniendo en cuenta su experiencia en combate cuerpo a cuerpo?
Eddy rió mientras retrocedía unos pasos levantando las manos para demostrarme su, probablemente fingida, amabilidad para que pudiese levantarme y prepararme para enfrentarme a él. Me levanté temblorosa, las piernas me flaqueaban por lo que tuve que sujetarme a esa maldita verja a la que, momentos antes, había estado sujeta.
- ¿E-es una broma? -Mi cuerpo seguía temblando, ese hombre me daba realmente miedo, y sabía perfectamente que esa sonrisa escondía un plan lleno de dolor para mí.
- No, te aseguro que no, Alice... Va muy en serio, tú y yo vamos a luchar -Su mirada se tornó seria, tanto que sentí como me encogía, eso terminó de aterrorizarme, no saldría viva de esa sala... ¿Pero por qué diablos se había puesto tan serio? Normalmente se dedicaba a burlarse de mí con diferentes bromas o simplemente me asustaba contándome los planes de tortura qué había ideado para ese día. -Alice... Nunca te dije mi apellido ¿Verdad? Bien... Me llamo Eddy Peters, y tú, querida amiga, mataste a mi hermano pequeño. - Esa confesión me dejó sin palabras, le miré perpleja ya que no me esperaba para nada eso.
- ¿E-era tu...? -Parpadeé unos segundos para aclarar mis pensamientos y fruncí el ceño mirándole seria- Le abandonásteis en un orfanato ¿Cómo pudisteis?
- Mis padres murieron, a mí me llevaron a otro orfanato y más tarde a una especie de campamento para jóvenes cazadores. Pasé toda mi vida buscándole y en cuanto he cumplido los 18 he venido a buscarle... Y me encuentro con que tú, pequeña idiota monstruos, has acabado con su vida -Claramente no iba a salir bien parada de este encuentro, Walt tenía un hermano, un hermano que realmente le quería, y ahora tenía delante a su asesina, para salvarme necesitaría un milagro.
Cuando me quise dar cuenta Eddy me estaba mirando con un odio muy profundo mientras se acercaba, no me dio tiempo a reaccionar, me pegó un puñetazo en el estómago y caí de rodillas ahogando un grito, mi adversario volvió a golpearme, pero esta vez fue una patada en el mismo lugar, lo que hizo que yo soltase un pequeño grito de dolor, aún no había terminado de curarme, pero si no reaccionaba rápido moriría allí mismo.
Hice acopio de todas mis fuerzas y mis ojos se iluminaron con un color azul eléctrico, le mordí la pierna a Eddy con fuerza y este soltó un alarido de dolor, sacó una pistola a los pocos segundos y, no sé cómo, mi cuerpo actuó solo haciéndose a un lado para que el disparo ni llegase a rozarme, estaba recuperándome, al parecer estar a punto de morir me ayudó a recobrar fuerzas.
Me levanté con rapidez mientras Eddy recargaba, era la primera vez que le veía tan rabioso, estaba dispuesto a matarme, pero pateé su mano tirando la pistola, él me miró realmente sorprendido, no era el único que lo estaba.
- Al parecer no estabas tan débil como yo creía... -Comenzó a reír como un maniático y me lanzó una daga china, esta se hizo camino a través de mi costado, sentía algo muy raro... Eso no era normal, sentía como si la hoja de la daga ardiese... Ay dios... ¡Era acónito, matalobos! Por primera vez en mucho solté un rugido de dolor y caí de espaldas, hasta ahí había llegado, iba a morir.
Retrocedí gimoteando por el profundo dolor que sentía llevando mis manos a la herida, agarré el arma con fuerza y la extraje de mi costado ahogando un grito, se me llenaron los ojos de lágrimas y seguí retrocediendo hasta que mi espalda chocó con la pared. Eddy no tardó demasiado en levantarse y se acercaba a mí cojeando de la pierna derecha mientras reía como un loco, estaba aterrorizada, iba a morir, rompí en llanto por el miedo y las punzadas de dolor que sentía.
- ¿Vas a llorar, Alice? ¿Lloró mi hermano aquella noche? -Tomó la pistola del suelo y me apuntó directamente a la cabeza, mi cara estaba llena de lágrimas y terminé cerrando los ojos con fuerza aterrorizada...
Ese iba a ser mi fin, pero al menos alguien vengaría la muerte de Walt... Eddy colocó el cañón del arma en mi frente mientras yo temblaba llorando... Solo alcancé a susurrar dos palabras antes de escuchar el estruendoso disparo.
Lo siento...
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Siento la espera, pero pensé que no le había gustado a nadie y decidí dejarlo un tiempo. Pero he vuelto y seguiré subiendo esta y algunas historias más, espero que les guste :3
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Cinere
Teen FictionEstoy harta de vivir aquí. En ese momento vi como Wally, uno de los chicos más idiotas que he conocido en mi vida, se acercaba a mi mesa... Yupi. - Los monstruos no comen con los humanos, comen solitos y alejados -me dedicó una sonrisa de suficienci...