8. ¿Estoy muerta?

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Había cerrado conpletamente los ojos y cuando los volví a abrir estaba todo oscuro, muy oscuro, casi tanto como los ojos de la chica a la que Adam había llamado Lotte, mi asesina, al parecer. Estaba segura de que había muerto ¿por qué? Ya no sentía dolor, ni un poco siquiera, y teniendo en cuenta que acababan de dispsrarme... No era una buena señal, en absoluto. Aunque tampoco es que eso me disgustase, al contrario, toda esa ira acumulada durante días, semanas, culpándome de la muerte de Walt (obviamente, yo le había matado, yo era culpable), queriendo devolverle todas aquellas torturas a Eddy y odiando a Adam por llamarme asesina, monstruo... Aunque realmente yo pensaba que lo era, lo tenía asimilado, pero eso no quitaba que doliese. En fin, todos aquellos sentimientos tan negativos habían desaparecido y habían sido sustituidos por una gran paz.

De repente aparecieron dos siluetas brillantes que me cegaron, tuve que llevarme las manos a la cara para tapar mis ojos, intentando recuperar la visión, se ve que esas figuras se dieron cuenta y trataron, fallidamente, de brillar menos. Cuando noté que mis ojos habían ido acostumbrándose a tanta luz aparté las manos para, al reconocerles, abrir la boca y los ojos más de lo normal en una expresión de sorpresa total. En realidad solo había reconocido a una de esas dos personas, pero no sé cómo, también supe quién era la aquella hermosa chica de 16 años.

-Walt... Mamá... -Mis ojos fueron humedeciéndose con cada sílaba que yo pronunciaba, no podía creerlo, por fin podría reunirme con mi familia.

- Alice... Pequeña -Mi madre me dedicó una sonrisa llena de calidez y amor, fue la primera vez que entendí lo que el amor de madre supone - Solo quiero que sepas que nunca quise abandonarte, pero... No aguanté... El parto me mató...

Ladeé la cabeza con total confusión, esa no era la versión que me habían contado ni lo que ponía en la carta, aunque por alguna razón no conseguí sentir rabia por aquella sucia mentira que Emma me había contado. Al ver mi rostro, la pobre chica me miró con pena, compadeciéndose de mí, y me invitó a sentarme con un simple gesto de su mano, a lo que yo acepté casi dejándome caer al suelo totalmente desorientada.

- Cielo... No te abandoné... El parto tuvo algunas complicaciones y yo... No pude resistir, morí a las 10 horas de parto... Lo único que le pedí a tu padre fue que te cuidase, se lo pedí antes de entrar al hospital... - Ja... Ja... Ja... Sí, me cuidó de maravilla, fue el mejor papá del mundo - Pero al parecer sus planes eran muy distintos... Esa cartita es toda falsa, Alice, él te abandonó, no sé por qué, pero no porque no se viese capaz de cuidarte... Aunque sigo teniendo la esperanza de que su familia le obligase, debes ir a buscarle... Yo sé que él te explicará todo.

En cuanto terminó de hablar volvió a sonreírme, me gustaba ver su rostro sonriente, me inspiraba confianza, cariño, amor, sentimientos que apenas habían estado presentes en mi vida.

- No es tu momento aún, Ali... Debes volver - La voz de Walt, esa voz que tanto echaba de menos, tan melodiosa, tan dulce, tan... Perfecta.

- Lo buscaré... Pero quiero quedarme, quiero quedarme un poco más al menos, por favor... -Sequé una lágrima que caía por mi mejilla, no podían pedirme que renunciase a ese momento tan de repente, no era justo.

- Si te quedas más no podrás volver, cariño, tu amigo tiene razón - Negué repetidas veces, no quería irme, y no podían obligarme... Spoiler, sí podían.

Ambos se acercaron a mí y me envolvieron en un abrazo, un precioso y cálido abrazo, me eché a llorar al notar el contacto, aquel podía ser perfectamente el recuerdo más bonito de mi vida, el más bonito y el más efímero.

Una luz me cegó completamente, pronto me di cuenta de que había abierto los ojos y justo encima de mí había una bombilla que brillaba con intensidad, una luz totalmente blanca. Cuando pude acostumbrarme moví la cabeza en todas direcciones intentando descubrir dónde me encontraba, vi paredes blancas, sillas blancas, mesas blancas... Todo era blanco, por ser hasta la televisión pequeñita sujeta a la pared era blanca.

- ¡Ha despertado, Evelyn, Alice ha despertado! - Me sobresaltó escuchar esos gritos, pero pronto reconocí la voz, el pequeño Zach me abrazó rompiendo en llanto. Se subió a la cama y, a mi pesar, se tiró encima de mí continuandl ese abrazo. Pensé que una punzada de dolor recorrería todo mi cuerpo, pero no.

- ¡Le vas a hacer daño, Zach! -Zaira apartó al niño, a lo que él solo pudo quejarse gruñéndole a su hermana mayor, se apartaron y comenzaron a discutir... Yo me los quedé mirando en plan "¿Va en serio esto? ¿Ahora vais a discutir?".

- ¡Ya vale, chicos, salid! -Evelyn los echó de la habitación, se sentó en una sillita a mi lado y tomó mi mano. Cuando la miré pude observar que sus ojos eataban rojos e hinchados, de pronto recordé todo.

- Adam... ¡Se lo llevaron! - Mi extrañeza al no saber dónde me encontraba fue sustituida por preocupación, al fin y al cabo el chico me había salvado la vida dos veces. Supuse que me encontraba en el hospital, lo confirmé cuando miré mis brazos y vi algunos cables.

- No le han encontrado aún... Pero suponemos quién se lo ha llevado - Ella me miraba con pena. Comenzó a explicarme toda la historia de Adam y Lotte, solo la puedo describir con una palabra... Locura.

~Al mismo tiempo, en un bar~

- ¡CHICOS! ¡POR FIN ADAM HA VUELTO A CASA! - Lotte tenía una sonrisa de superioridad y malicia que molestaba profundamente al chico, pero las restantes personas del bar comenzaron a reír, silbar y aplaudir, aunque otros miraban con total desconfianza y odio a Adam.

- No te saldrás con la tuya - El sabueso miró con rabia a la líder, quien se echó a reír para después besar sus labios - Ahora estás a mis pies, amor, ahora y siempre... Además, dudo que tu familia te deje volver, la pequeña ha muerto por tu culpa - Su sonrisa se amplió tras ese comentario tan cruel.

- ¡No fue mi culpa! ¡Fue tuya! ¡Ellos lo saben! - Apretó los puños mientras la ira crecía en su interior.

- Yo fui por ti, cielo... Tú siemore has sido la oveja negra, solo les faltaba esto para echarte... No te soportan... Solo... Me tienes a mí... -Susurró aquellas últimas palabras en su oído, el chico se estremeció haciendo después una mueca, bajando tras esta la cabeza para mirar el suelo, él sabía que le ayudarían, estaba seguro, eran su familia, y aunque sí les había dado muchos problemas, eran sus hermanos y siempre habían estado unidos.

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Y así, yo me quedé en el  hospital ingresada unas cuantas horas más hasta que me dieron el alta y pude volver a casa con las chicas y el pequeño Zach. La familia no había tenido tiempo de ordenar la casa, aunque eso no les había molestado en absoluto. Pronto los cuatro consiguieron recoger y limpiar todo el estropicio que Lotte y sus acompañantes habían formado. Mientras ellos ordenaban Adam estaba atrapado en su pasado, un pasado al que nunca creyó que volvería...

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Votad si quereis que la continúe, siento mucho la espera pero no sabía como continuarlo :"v En fin, espero que os esté gustando :3

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