Me pasé días encerrada en una de las habitaciones, a veces llorando, a veces simplemente necesitaba estar a solas, y, por supuesto, lo último que quería era ver a Adam por los pasillos para que me dedicase una de sus "amables" miradas. Evelyn y Zaira venían de vez en cuando, tocaban a la puerta y me preguntaban si quería salir a pasear, pues necesitaba que me diese el aire, sin embargo mi respuesta siempre era negativa. El pequeño Zach intentaba animarme trayéndome comida o cantando una canción de Shawn Mendes desde detrás de la puerta, porque yo nunca la abría, no tenía ninguna intención de salir, al menos por el momento.
Un día cualquiera, mientras todos habían ido a hacer unas compras (Zach necesitaba pantalones nuevos, y a Zaira le gustaba comprarse vestidos, aunque los utilizase en pocas y contadas ocasiones) yo decidí salir de la habitación y me dirigí a la cocina, de repente escuché un golpe estrepitoso, habían echado la puerta abajo. Al ver a un hombre entrar con un pasamontañas cubriendo su cara me asusté, quedé unos segundos paralizada observando los verdes ojos de mi atacante, el cual también se había sorprendido, pues pensaba que no había nadie en la casa. Pasaron unos dos o tres minutos hasta que mi cerebro decidió reaccionar y enviar la orden de huir corriendo a todo mi cuerpo, en ese mismo instante mis piernas comenzaron a moverse y, para cuando quise darme cuenta, corría veloz por toda la casa mientras uno de los atacantes me perseguía de cerca. Pude esconderme en la buhardilla, fui a una esquina y me coloqué tras unas cajas intentando que nadie me viese, pero los ladrones no eran idiotas, me encontraron fácilmente.
Me tomaron del brazo con fuerza mientras yo chillaba para que me soltasen, el intruso más grande se cansó rápido de mis gritos y me propinó un puñetazo en el estómago tan fuerte que quedé unos segundos sin respiración, claramente esos hombres no eran humanos. El tipo que me tenía agarrada me tiró al suelo obligándome a arrodillarme mientras yo miraba a esas cuatro personas muy asustada, no entendía qué estaba ocurriendo ¿Acaso al ver cómo el coche de Evelyn se iba habían pensado que la casa estaba vacía y habían querido entrar a robar? ¿O tal vez Eddy había localizado mi nuevo hogar y había enviado a esos hombres para matarme? Pronto descubrí que ninguna de estas hipótesis era la correcta.
-Niña, vas a decirnos dónde encontrar a Adam, ahora -La voz era femenina y dulce, pero sus palabras transmitían una firmeza y una ira contenida que me aterraban.
-S-se fue con los demás a comprar... No está -La chica se quitó el pasamontañas y me dio un bofetón con fuerza, yo cerré mis ojos todo lo que pude al sentir el golpe
-No me mientas, sé que está aquí y la paciencia no es una de mis grandes virtudes, precisamente -Hablaba con un tono tranquilo, como si en vez de tenerme a sus pies y ser una intrusa en la casa me estuviese invitando a tomar un batido en el bar de al lado.
-Ya le dije, señora, en serio que se fue con los demás... -Cuando vi cómo los ojos de la mujer iban volviéndose negros un miedo horroroso inundó todo mi cuerpo. Ahora estaba más que claro que no era humana, pero entonces... ¿Qué diablos era?
-Bien... ¡Adam, sé que puedes escucharme! -Habló mirando a toda la casa intentando deducir de alguna forma que yo no entendía dónde estaba el chico.- ¡Voy a contar hasta tres, y entonces mataré a tu amiguita! -Bien, aquí sí estaba aterrorizada, mis manos, bueno, toda yo, comenzaron a temblar, la mira con una expresión de temor completa, a lo que ella contestó riendo- Está claro, pequeña, que tú no le hueles... No sabes utilizar tus poderes -Rió de nuevo mientras colocaba el cañón de la pistola en mi cabeza, al sentirlo los temblores se volvieron más violentos- ¡UNO! -nadie apareció- ¡DOS! -Cerré con fuerza mis ojos mientras sentía cómo estos iban llenándose de lágrimas- ¡Y... TR...! -No pudo terminar la frase, ya que alguien la derribó antes interrumpiendo el sonido de aquella melodiosa voz, la última voz que yo hubiese escuchado si aquella figura no me hubiese salvado la vida.
Para cuando quise darme cuenta dos de los hombres ya tenían agarrado a Adam con fuerza, este estaba como loco revolviéndose por lo que el tipo enorme, mi amiguito de antes, le propinó otro puñetazo en el estómago, se ve que le hacía gracia ver cómo nos quedábamos sin respiración, ya que al ver a Adam comenzó a reírse, el muy...
-Adam, Adam, Adam... -La chica sonreía con superioridad mirándole- Ya te dije que te encontraría... También te advertí en el pasado que quien entra con nosotros... Jamás sale -Su sonrisa se amplió al decir estas últimas palabras- Pero... Tú y yo hemos vivido mucho juntos, amor... No puedo matarte así como así, volverás con tu verdadera familia... Conmigo -Se acercó acortando la distancia entre ellos para terminar besando al sabueso, yo alcé las cejas al ver que el muy estúpido le seguís el beso, culpadme, pero lo último que me apetecía después de todo era verlos besándose-.
-Aparta... -Adam retrocedió interrumpiendo el contacto de sus labios a lo que la chica frunció el ceño, en mi opinión se apartó algo tarde, pero bueno, mejor tarde que nunca.
-Adam, cariño, nunca te has resistido a mis encantos, y nunca lo harás... Me amas, soy tu droga, no puedes resistirte a mis encantos... -Ella besó su mejilla y pasó a susurrarle al oído- Ahora vienes conmigo... -Adam contestó dándole una cabezazo... Mala elección, la chica se enfadó mucho- ¡¿Qué diablos crees que haces?! -Como castigo, a la mujer no se le ocurrió otra cosa que dispararme, para mi sorpresa, Adam gritó preocupado- Una tontería más, y muere, atadla y vámonos... Esperemos que no tarden mucho en volver... Sino morirás -Me mostró una de las balas y al instante mis ojos se iluminaron, eso me dio una pista para deducir que esas balas no eran normales.
- ¡NO PUEDES DEJARLA, LOTTE, MORIRÁ! -Mira a la chica nervioso como si de verdad estuviese preocupado por mí.
-Mala suerte -La chica comenzó a reír divertida por la situación.
Los atacantes se llevaron a Adam a rastras mientras este intentaba desasirse para volver a ayudarme, realmente creo que el quería simplemente volver a la casa y lo maquillaba haciendo como que estaba asustado por mi próximo destino, el cual probablemente sería la muerte. Podéis llamarme desconfiada o mala persona, pero después de haberme llamado asesina no le tenía demasiado cariño.
Escuché cómo el coche de los que habían sido intrusos en la casa se alejaba rápidamente y mis ojos se humedecieron, sentía la herida arder, lo que causaba unas intensas punzadas de dolor, no sabía si aguantaría demasiado en ese estado, claro que tampoco sabía cuánto tardarían en llegar Evelyn y los demás, tal vez esa sería la última vez que vería la casa.
Habían pasado unas cuantas horas en las cuales mi piel había ido palideciendo rápidamente, comencé a cerrar los ojos lentamente, ya no sentía mis piernas... Se habían llevado a Adam para hacer quién sabe qué con él y yo me estaba muriendo, dudaba mucho que Evelyn llegase a tiempo... ¿Lo último en lo que pensé?
Ojalá no hubiese salido de la habitación.
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Cinere
Teen FictionEstoy harta de vivir aquí. En ese momento vi como Wally, uno de los chicos más idiotas que he conocido en mi vida, se acercaba a mi mesa... Yupi. - Los monstruos no comen con los humanos, comen solitos y alejados -me dedicó una sonrisa de suficienci...