Midoriya Escenarios © | BNHA |

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(…)

Paparazzi.
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Con una calma indefinida la chica tomó la foto. Era para una revista exclusiva, y por alguna razón y para llevar victoria ante su perezosa suerte, la habían contactado mediante sus redes sociales: (Nombre) sabía que su habilidad para enfocar fotos era grandiosa, aún más cuándo su quirk era desvanecerse sobre los ojos de su servicio; sin embargo ésta ocasión había tomado mucho café y le era imposible dejar de moverse completamente, por lo que sólo tenía cuatro segundos para fotografíar a Midoriya Izuku.

Maldijo al percatarse de lo borroso que se encontraba la foto recién hecha. Chasqueo la lengua guardándola en su bolsillo y emprender camino hacía dónde el héroe tomó curso.

Era el día libre de Midoriya. Disfrutaba de su pequeña caminata por el centro comercial aunque resultaba irritante que alguien estuviera pisando sus talones durante quince minutos. Sea quién sea, se había asegurado de marcar muy bien sus horarios libres, por lo cuál hizo que sus sentidos se agudizarán y fuera de ubicación en ubicación sólo para constatar en vano su acoso.

—¡Um, no! Carajo—susurró para ella misma mientras veía trás un depósito al héroe entrar a una boutique, lugar dónde claramente las cámaras estaban prohibidas.

Torció el gesto y decida, avanzó a la tienda con su herramienta dentro del bolso.

Sólo debía demostrar que el jóven no tenía ningún lazo con alguien, pues sus fanáticas estaban demasiado locas por él. Pero hasta ahora sus acciones mostraban lo contrario, dejándole un mal sabor de boca a la chica; él héroe llevaba observando vestidos de mujeres desde hace cinco minutos, descolocando sus expectativas.

—¿Puedo ayudarle en algo?—una muchacha más pequeña que (Nombre) se acercó con una sonrisa y las manos sobre su regazo.

—Oh, no, yo puedo sola, muchas gracias—contestó con cordialidad, expectando un avistamiento similar de la empleada, que se quedó mirándola una fracción de segundo para luego marcharse, observando que la cliente no era de ahí.

La chica suspiró, moviendo sus ray ban azules sobre su coronilla. Caminó hasta quedar unos metros cerca del héroe y fingió repasar algunos pantalones, siempre con el ojo sobre el rabillo.

Apretó la mandíbula sabiendo a duras que no se movería de ahí sin un empujón.

Así que la chica tomó dos pantalones alazares y se giró sobre sus talones despreocupada, chocando inminente contra la espalda del jóven mientras lanzaba un quejido sordo.

—¡Oh, lo siento tanto! No sabía que...usted, um, soy muy distraída. ¡Le pido que me perdóneme!

El jóven asombrado se le quedó mirándola. Sus rasgos resultaban espontáneos, encajaban perfecto con su rostro y pensó en la bonita que se veía preocupada: olvidando por unos momentos su actual prioridad. Elevó las cejas y sonriendo dijo.

—No te preocupes. ¿Estás bien?

(Nombre) se sintió culpable ante la gentileza del héroe, sin embargo prosiguió con su papel rogando porqué convenciera su credibilidad.

—Estoy bien—a esos grados la muchacha ya tenía la mirada fijamente en su facciones suaves y cuadradas. Frunció el ceño y tuvo un ligero sonrojo al darse cuenta de lo lindo que eran sus grandes ojos—Que tonta; me llamó (Apellido) (Nombre)—exclamó sin ataduras porque de seguro luego de verse jamás volverían a quedar. Lo que significaba que (Nombre) tenía una ocasión y sólo una oportunidad.

—Midoriya Izuku—se presentó el jóven dando una leve inclinación, a lo cuál la chica respondió bobamente, anticipando las supociones de él pues, la pronunciación del lenguaje era casi fluida de no ser por el indicio de una acento—¿Eres de por aquí, (Apellido)?

—¡Ajá!...debiste detectar mi acento, siempre sucede—admitió bajando la cabeza sonriente.

—Sólo, uno pequeñito—hizo una ademán correspondiente y río un poco.

—No, no lo soy, aunque ya debiste notarlo.

Se miraron unos instantes dónde Midoriya no sabía que acción ejecutar. Nunca en su vida se había sentido así, ya que por supuesto cada una de sus observaciones necesitadas las anotó en sus diarios. Más sin embargo, jamás tuvo que desviar sus observaciones a otros temas, mucho menos uno tan estremecedor del que su cuerpo no carecía en ése tiempo.

—Um, ¿quieres ir a comer un helado?

Ahora que había crecido tanto físicamente cómo mentalmente, los sonrojos involuntarios en la preparatoria pertenecían al olvido, se controlaron con el tiempo. Y con todo, no podía poner en duda el ardor que abarcaba en sus orejas.

Una sensación que conmovía toda su capacidad, percepción y sensibilidad.

Pero de pronto su celular comenzó a sonar desde su bolsillo, y tuvo que reprimir la exploración sobre la chica para contestar, viendo que se trataba de Todoroki.

—¿Qué sabor te gusta?

(Nombre) abrió la boca sólo para volverla a cerrar cuándo el celular del pelo verdoso comenzó a sonar de nuevo.

Está vez era Iida, que estaba cumpliendo sus deberes en Tokio. O al menos eso pensaba al recibir un mensaje suyo.

"Tenemos ataques en el centro de la ciudad. Apresúrate" era lo que decía el mensaje, preocupando a Midoriya pues tenía la percepción de que Todoroki le debió llamar por lo mismo, dándole a entender lo grave de la situación.

—Debo irme, (Apellido). Espero y puedas perdonarme—se disculpó adquiriendo una expresión decepcionada.

El trabajo de ella estaba perdido, sin embargo no era su culpa. No perdería nada más que tiempo ante la nueva situación. Así que asintió y sonrió, segura.

—No hay problema. Debe ser muy importante.

Midoriya le dijo lo grato que resultó conocerla, dando camino a la salida sin turbarse por el probable paparazzi o probable enemigo; cualquiera de los dos era mortal.

No obstante, se volteó para verla con sus bonitos ojos en él. Un rubor pintó sus mejillas, sonriendo con una indudable confianza.

—Sé que ésto sonará extraño, pero...¿Podrías darme tu número?

(…)

Dos en un día, papá.

Digo porque es una meta para mí, que actualizo cada semana :v

Ojalá y les hayan gustado los escenarios, aún si no me estoy esforzando mucho. Nuevamente agradezco sus votos <3

A veces no sé por qué descargo éstas fotos .__.