Esa mirada azul oscura e intensa, aún me hipnotiza, pero está vez... Esos misteriosos y hermosos ojos solo ven a una persona y es a mi.
La traición será parte de este amargo cambio y el manejarlo será difícil. ¿Qué pasara ahora? ¿Qué surgirá?
Pero...
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Desperté casi saltando de la cama, tratando de llegar al baño del pasillo. Descargando todo mi estómago y sin fuerzas me levanto, encontrándome con Anís al final del pasillo viéndome con angustia, solo sonreí y volví a la cama, pero antes de dormir le mande un mensaje a mi hermano mayor, Josh.
Hablando de la realidad, el no es mi hermano de sangre, es alguien que en algún momento conocí y se convirtió en un amigo casi al instante, pero de a poco llegamos a congeniar demasiado que los dos estuvimos de acuerdo en ser algo mas intimo, y los dos llegamos a acordar ser hermanos.
«Hermano, necesito un lugar donde quedarme, ¿podría ir contigo?»
«¿Qué sucede, Cassi? Y si pero si recuerdas que estoy viviendo a las afueras de la ciudad»
«Si, eso no me preocupa, necesito verte y contarte algo importante y quisiera estar unos días fuera»
«Okay»
Con eso entro a la página de la universidad enviando un email, diciendo mis condiciones, dejando en claro si podría terminar la carrera por internet, ya que estoy a unos cuantos meses de cerrar el ciclo.
Dándome noticias buenas y una certificación, junto con un permiso, salgo de allí y entro a mi correo electrónico, donde empezaron a llegarme los deberes y trabajos por hacer, al estar casi una semana sin ir son bastantes pero un fin de semana fuera, un café bien cargado y una buena dosis de chocolates, acabaré para el lunes.
Cierto... El cáfe está completamente prohibido...
Sintiéndome cansada y triste por ello, caigo en brazos de Morfeo.
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Con ruidos en toda la casa y mi alarma, me levanto de la cama, recordando todo de la tarde-noche anterior. Con pereza me levantó, me doy una ducha tardando un poco para despejar un poco la cabeza, sin lograrlo, me arreglo y voy al armario buscando un conjunto que me quede.
Sin mas, salí de la habitación y al hacerlo me llego el aroma a café, casi llegando en una nube a la cocina y murmurando un buenos días me sirvo un café con mucha crema y azúcar.
