3.Necesito esto.

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El silencio inundó la habitación.
Jonás se quedó de piedra al escuchar mi propuesta indecente.

-Si –contesto intentado sonar decisivo, pero note su voz temblorosa.

Sabía que había atracción entre los dos, no sé pero desde que nos conocimos siempre habido miraditas, momentos incomodos, roces sin querer, que no son comunes entre amigos de universidad.

Jonás me parecía muy sexy, me gustaban los chicos altos, tonificados aun que él era delgado pero no al extremo, y también me gustaba que tuvieran una sonrisa que cautivara y la mandíbula muy marcada.

Eso me derretía.

Lo que único que me echaba atrás es que parecía muy bueno, y claro a las mujeres nos gustan los cabrones, y él era tan caballeroso y tierno, que no llegaba a gustarme al 100%.

El entro en la estrecha cama y se giró dándome la espalda.

-Una cosa... -intente llamar su atención para que me escuchara.

Él se giró buscando mi rostro en la oscuridad.

-¿Crees que hoy he hecho el ridículo? – pregunte con timidez.

-Obvio que hoy no ha sido tu mejor noche, pero a todos nos ha pasado factura el alcohol.

-Sabes a veces, la gente piensa esa tía no debe quererse, mírala esta tirada borracha o drogada con su maquillaje corrido, pero tal vez solo se sienta sola e intente salir de esta mierda de monotonía.-dije mirando al techo de la habitación.

Al instante me arrepentí de haber dicho eso.

Jonás se quedó quieto y callado por unos segundos.

-Dafne a veces necesitamos tener alguien al lado que nos recuerde que no estamos solos.

Esa frase me puso pensativa, pero seguía sintiéndome vacía y perdida.

Jonás busco mi cuerpo, delicadamente puso su cuerpo junto al mío, me abrazo delicadamente, dándome el abrazo más sincero que me habían dado. Aparto un mechón y lo puso detrás mi oreja, se acercó y me susurro.

-Dafne no estás sola, yo estoy aquí.

Esas palabras hicieron que sintiera un escalofrió por mi espina dorsal, fue tan delicado y tan cálido que me hizo olvidar todo. Me sentí segura.

Quiero esto, necesito esto.

El dejo que me acurrucara en su pecho, mientras acariciaba mi cabello.

Nos dormimos, juntos.

*

A la mañana siguiente, me desperté sola en la cama. En un primer momento pensé en lo típico, que había huido para no tener que lidiar con la vergüenza. Pero luego supe que Jonás no era otro más.

Me dirigí hacia el salón buscando a mi amigo, pero no aparecía por ningún lado, llegue a la pequeña cocina y había un tazón de leche junto a dos cajas de cereales y una pequeña nota.

Cogí la nota y la leí.

Dafne, espero que hayas dormido bien.
He tenido que salir un momento a hacer unos recados, tardare en volver, pero no te preocupes te he dejado suficiente dinero para que pidas un taxi, no te preocupes por devolverme el dinero.

-Jonás.

           

Este chico tiene que tener algún defecto, es demasiado perfecto.

Me comí rápido los cereales, recogido y escribí un "Gracias."

Este chico creo que me alegro el día con sus palabras.

*

Salgo de clase bastante rápido para no cruzarme con nadie que estuviera en el Pub Amnesia, el sábado pasado.

Bajo a la cafetería como todos los miércoles, tomábamos algunas cervezas Agatha, Jonás y algunos amigos más.

Me senté enfrente de Jonás, el cual salude con un hola mudo.

-Bueno Dafne, me dijeron que ibas súper ciega el sábado en el Amnesia –comento Agatha, haciendo que volviera mi tormento.- yo no te vi porque iba a un más ciega que tu.- dijo soltando una carcajada y haciendo que todo el grupo riera al unísono.

-Lo sé, pero yo tuve un viaje astral, que me condujo hasta las manos de un héroe –dije mientras yo y Jonás cruzábamos mirada.

-Tía no nos cuentes tus sueños húmedos, por favor.-me contesto en modo de broma para que todos rieran.

-Tienes razón, no debo tomar más alcohol, hace que mi mente se colapse y me vaya de la lengua –dije de manera seductora mirando hacia  Jonás que coqueto soltó una carcajada dejando ver esa hermosa sonrisa que hacía que mis hormonas se alborotaran un poco, y cuando acabo de reírse me guiño un ojo.

La verdad es que me sorprendió e hizo que mis hormonas se quedaran aún más inquieras .

Esto me iba a traer problemas que no quería resolver.

Los chicos comentaron ideas para la semana que viene que era puente y eso significaba q tenía tiempo de poner al corriente mis trabajos de la uni y también poder descansar o pasármela de fiesta todo el día.

-¿Que os parece si vamos a mi chalet? Esta en un pueblo cerca de aquí -dijo Jónas entusiasmado.

-Mientras no te importe recoger colillas de tu jardín y botellas de vodka -bromeó Kevin, un amigo/compañero de Jonás, a veces era un pco insoportable.

-Acepto si no te desplomas con el primer chupito de Wisky -bromeó Jonás haciendo que todos riéramos y Diego soltara un risa incómoda.

Entre risas y proposiciones de planes fugaces, me giré al notar la mirada de alguien, vi a mi antigua profesora la misma que intenté ignorar y que hizo que mi memoria se distorsionara.

Ella me miraba fijamente, yo intenté ignorarla... No tenía ganas de que se fuera mi buena vibra tan pronto.

Note unos pasos detrás mío que me indicaron lo que yo ya sabía...

CRYROOMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora