En menos de un segundo sus ojos se dirigieron hacia mis labios y estampo sus labios con los míos haciendo que sintiera un cosquilleo por toda mi columna vertebral.
No pude contenerme y le respondí el beso apasionadamente haciendo salir una pequeña sonrisa en medio de ese ardiente beso, el me acerco cogiendo mi cintura sutilmente y atrayéndome a él, mis manos se enredaron en su suave cabello.
Nunca nadie me había besado con tanta delicadeza y a la vez con tanta excitación. Nuestras lenguas se rozaban haciendo que mi cordura se fuera desvaneciendo y cada vez hacerme querer más y más.
Nos separamos para coger aire los dos, pero yo no quería que esto acabara aquí, este beso me despejo, despejo mi cabeza de todo el alcohol y las drogas que había tomado esa noche e hizo que me excitara más de lo normal. Llevo mucho a dos velas y este hombre ha despertado algo que no conseguía recordar.
El deseo.
Lo acerque a mí y sonreí traviesa.
-¿Quieres venir a mi casa?- susurre en su oído, haciendo que se estremeciera. Así de simple. Ese beso había hecho que perdiera la timidez con el. Estaba claro lo que los dos queríamos y no iba a esperar a que él me seducida.
Ahora no había espacio para la mojigata que había en mi últimamente.
-Donde tú me digas. Soy tuyo.
Esa frase hizo que me entraran unas ganas horribles de quitarle la camiseta aquí mismo.
Nunca imagine esto con Jonás, él era el típico chico reservado y caballeroso que nunca arriesgaba, ni decía lo que pensaba. Pero esta noche se le veía muy seguro de todo y eso me ponía demasiado.
*
Llegamos a mi puerta, intento buscar mis llaves en mi bolso mientras nos besamos con ansia y pasión. De repente lo separo de mí, haciendo que él me mirara confundido.
-Necesito coger las llaves –dije mientras sonreía ruborizada.
El me sonrió tiernamente.
La puerta por fin se abrió, me gire buscando sus ojos y el me envistió suavemente haciendo que me subiera en él.
Entramos, yo estaba agarrada a su cuello mientras lo besaba, el me sujetaba gracias a mis muslos. Cerro la puerta y fue directo a la pared de mi apartamento, suavemente me puso contra está haciendo que nos besáramos intensamente. Esto estaba demasiado ardiente.
No quiero que pare.
Note como bajaba de mi boca a mi cuello besándolo sensualmente, eso hizo que lo presionara más hacia mi cuerpo. Tire la cabeza hacia atrás sutilmente para darle espacio.
Mientras mi calor aumentaba divise como sus venas se hinchaban más de lo normal, el tenia fuertes brazos, nunca había visto sus músculos, el solía llevar sudaderas bastante anchas. Pero realmente se le veía ligeramente tonificado, y ver que yo estaba llevándolo a ese nivel de excitación me excitaba mucho más a mí. Esto me estaba gustando, sin querer solté un leve gemido, note como Jonás sonreía en mi cuello y seguidamente le daba un pequeño mordisco.
Me separo de la fría pared y me llevo hacia mi habitación. Me soltó delicadamente en el colchón, lo atraje hacia a mi cogiéndole del cuello haciendo que se quedara encima mía. Allí le comencé a desabrochar su camisa mientras nos besábamos apasionados, él se quitó su americana negra y la tiro en una esquina de la habitación, haciendo que fuera más fácil deshacerme de su camisa. Cuando desabroche el ultimo botón, directamente acaricie su abdomen perfectamente tonificado, aun con la camisa puesta puse suavemente mi delgada mano en su lumbar haciendo que su cadera y su miembro se apegaran a mí, estaba duro y eso me sorprendió, yo había hecho todo eso.
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CRYROOM
RomanceDafne una universitaria con carácter muy audaz, se enfrenta a episodios psicológicos del pasado, un pasado que poco recuerda por culpa de una misteriosa clínica ilegal. "CRYROOM" Demasiadas preguntas que serán difícil despejar de su cabeza. Y dejan...