04 - ¡Armas no!

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Perdí totalmente la noción del tiempo mientras estaba con mi ardua tarea. Seguramente estuviera más tiempo de lo normal, porque entré en una especie de trance y no fui consciente de cómo pasaba el tiempo. Cuando creía que ya había hecho suficiente, abandoné mi pose de meditación y fui a acomodarme sobre el colchón que me había ofrecido Eva. La verdad es que no me esmeré mucho en acomodarme, porque vaya postura en la que me desperté, como un vaquero del oeste cuando se dormían sobre una silla: una pierna flexionada, la otra estirada, cabeza hacia abajo y las manos con los dedos entrelazados sobre mi regazo.

Quizá penséis que lo que me despertó fue un dolor terrible de cuello, pero no, fue alguien trasteando por mi alrededor. Qué queréis que os diga, llevo mucho tiempo andando sola y mi cuerpo está alerta la mayoría del tiempo.

- Qué curioso... - Murmuró. Ésta vez no me asusté, ya sabía dónde me encontraba. Abrí los ojos lentamente y lo primero que mis ojos captaron fueron el cuerpo de Eva semi-desnuda, con una simple camiseta y bragas. Me quedé mirándola con una ceja alzada.

- ¿Qué es lo que te parece curioso? - Me estiré levemente sobre el colchón, sin levantarme de él, empezando a desentumecer mi cuerpo. Eva pegó un repullo al escuchar mi voz.

- Ah, ahora lo entiendo... Cargaste las baterías... - Mordió una barrita energética con gesto distraído. Asentí.

-Sí... Estuve un rato más del que me dijiste que estuviera, por si acaso... - Me miraba, pero sin acertar en mis ojos.

- Supongo que es de buena educación preguntarte qué tal has dormido... - Me levanté del colchón y terminé de estirarme una vez de pie.

- Bien, gracias... ¿Y tú? - Me acerqué a ella. Ella se mostró como... ¿amenazada? Así que me quedé a una distancia prudente. - ¿Están bien cargadas las baterías? -

- Sí. Normalmente están por debajo de media carga y ahora mismo están a un 92 porciento. Yo he dormido bien... - Qué manía con contestarme a las preguntas de forma random. Aun así, con la noticia, chasqueé la lengua.

- Vaya... Debería de haber estado un rato más... No me gusta dejar cosas sin terminar... - Ladeé el morro. Ella negó.

- No. Ha bajado porque tengo un calefactor encendido por la noche. Por eso está a esa capacidad. - Alcé las cejas, comprendiendo.

- Oh, vale... - La miré una vez más. - ¿Acostumbras a ir en bragas? El día que tengamos que huir por algo y te pille así... - La miré de arriba a abajo. - Deberías vestirte... -

- Suelo ir así cuando acabo de levantarme. Una vez termine de desayunar me vestiré... ¿Te es problemática mi desnudez? - Ladeó la cabeza.

- Para nada... Pero hay gente que no lo ve demasiado... "normal". - Hice las comillas con los dedos. - Por mí como si vas desnuda... - <Y así me alegras la vista>, pensé. Me encogí de hombros con indiferencia y pasé por su lado, para acercarme al ventanal que miré el día anterior, como si ya fuera costumbre. - Saldré a buscar víveres... - Dije en un murmullo; fue más un pensamiento en voz alta que un comentario hacia ella.

- Hay para comer ahí... - Señaló a un saco en una esquina. - No tienes por qué buscarlo fuera... - Y se fue su catre a vestirse, aunque con ropa algo más cómoda; como de "estar por casa". - Pero, si quieres salir, hazlo cuando quieras... -

- Carezco de hambre ahora mismo. Lo decía más bien por tener una reserva hecha ya... - Volví a mi colchón para sentarme. - ¿Qué haces mientras tanto? ¿Estás todo el día con las máquinas estas? -

- Me dedico a recopilar instrumentos varios... Y recuperar algo del comfort previo a la guerra. - Comprobaba las baterías. - También salgo a recolectar cosas, comida... Lo que puedo. - Mientras tanto, creé tres bolitas de fuego y me puse a hacer "malabares" con ellas, como entrenamiento a mis reflejos. - Procuro salir lo menos posible, hay mucha gente malvada ahí fuera... - Dejé de mover las manos y las bolitas cayeron, incluso "botando" como si fuesen de verdad, hasta desvanecerse.

Fire Meet GasolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora